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El tratamiento de la hepatitis


Enviado por   •  14 de Julio de 2014  •  Trabajos  •  2.677 Palabras (11 Páginas)  •  204 Visitas

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HEPATITIS B

La hepatitis B es una enfermedad del hígado causada por el virus de la hepatitis B, perteneciente a la familia Hepadnaviridae (virus ADN hepatotrópico). Es una enfermedad infecciosa del hígado causada por el virus y caracterizada por necrosis hepatocelular e inflamación. Puede causar un proceso agudo o un proceso crónico, que puede acabar en cirrosis (pérdida de la "arquitectura" hepática por cicatrización y surgimiento de nódulos de regeneración) del hígado, cáncer de hígado, insuficiencia hepática e incluso la muerte.

El tratamiento de la hepatitis está íntimamente relacionada con el tratamiento de la infección por el VIH, pues las dos enfermedades requieren un amplio conocimiento de la inmunología, la virología, la genética y el conocimiento de las actuales normas terapéuticas, que suelen cambiar rápidamente con las actualizaciones modernas.

Etiología

La hepatitis B es causada por un virus del género Orthohepadnavirus perteneciente a la familia Hepadnaviridae conocido con el nombre de virus de la hepatitis B (VHB o HBV, por sus siglas en inglés). El virus tiene aproximadamente 42 nm de diámetro con un ADN que es parcialmente de doble cadena de unos 3200 pb de largo encapsulado por una cápside, el cual está a su vez cubierta por una envoltura viral rodeado por lípidos y proteínas incrustadas en su superficie. La proteína viral de superficie (HBsAg) tiene tres formas principales, L-, M- y S-.

El virus de la hepatitis B consta de ocho genotipos (A-H), los cuales se distribuyen de forma desigual geográficamente.

FISIOPATOLOGIA

La infección se adquiere por contaminación oral-fecal para las hepatitis A y E, por vía parenteral para las hepatitis B, C y D. Además la hepatitis B puede adquirirse por transmisión sexual o vertical de madre a hijo. Una vez los virus ingresan al organismo se fijan al hapatocito por receptores específicos. La hepatitis A y la D producen solamente un efecto citopático directo leve, siendo la respuesta inmune mediada por células T la responsable del mayor daño.

Diagnóstico

Las manifestaciones clínicas no permiten diferenciar la hepatitis B de la hepatitis causada por otros agentes virales y, consiguientemente, es esencial la confirmación del diagnóstico en laboratorio.

Se dispone de algunas pruebas de sangre para diagnosticar la hepatitis B y hacer el seguimiento de las personas infectadas. Mediante esas pruebas se pueden distinguir las infecciones agudas y las crónicas.

El diagnóstico de laboratorio de la hepatitis B se centra en la detección del antígeno superficial del virus de la hepatitis B (HBsAg). La OMS recomienda que se analice la presencia de este marcador en todas las donaciones de sangre, a fin de evitar la transmisión del virus a los receptores.

La infección aguda se caracteriza por la presencia del HBsAg y de inmunoglobulina M (IgM) en el antígeno del núcleo HBcAg. En la fase inicial de la infección los pacientes también son seropositivos para el HBeAg.

La infección crónica se caracteriza por la persistencia (más de seis meses) del HBsAg (con o sin concurrencia de HBeAg). La persistencia de HBsAg es el principal marcador del riesgo de ulterior desarrollo de hepatopatía crónica y carcinoma hepatocelular.

La presencia del HBeAg indica que la sangre y los líquidos corporales de la persona infectada son muy contagiosos.

SÍNTOMAS

Los síntomas de la enfermedad son comunes a las formas de hepatitis A, B y C. La persona que contrae cualquiera de las formas de hepatitis, A, B o C, acostumbra a sentirse como si tuviera la gripe. Hay síntomas que aparecen siempre, y otros que sólo los presentan algunas personas. Otras, incluso no presentan ninguno. De cualquier forma, si se presentan algunos de los trastornos que siguen a continuación, lo aconsejable es acudir al médico. Si éste sospecha que puede tratarse de hepatitis, seguramente hará una prueba sanguínea.

Síntomas habituales

Cansancio

Náuseas

Fiebre

Pérdida del apetito

Dolor de estómago

Diarrea

Síntomas que sólo presentan algunas personas

Oscurecimiento de la orina

Excrementos de color claro

Color amarillento de ojos y piel (ictericia)

PREVENCIÓN

Para evitar el contagio de la hepatitis B, existen dos posibilidades, igual que sucede con la hepatitis A: las vacunas (inyecciones) y los cuidados personales.

Vacunación en bebés . Todos los bebés tienen que ponérsela. La primera inyección se administra en cualquier momento entre la 4ª u 8ª semana de vida, pero si la madre es portadora se administra a las 12 horas del nacimiento; la segunda, entre los 30 días s y los 2 meses de edad (dependiendo de cuándo se administró la primera); y la tercera, entre los 6 y los 18 meses de edad.

Vacunación en niños mayores y adultos . También pueden vacunarse los niños y los adultos que lo hayan hecho antes. La vacunación se realiza a lo largo de seis meses, durante los que hay que ponerse tres inyecciones en el plazo de seis meses. Los niños que no se han vacunado deben hacerlo. Pero además, este método preventivo, que se conoce como vacuna combinada, está especialmente indicado en:

-Viajeros en zonas endémicas del virus A y B: África, América del Sur, Mediterráneo Oriental, Sudeste Asiático, China y las islas del Pacífico (excepto Australia, Nueva Zelanda y Japón).

-Homosexuales masculinos con múltiples parejas.

-Usuarios de drogas por vía parental.

-Pacientes hemofílicos.

-Personal sanitario de hospitales.

Otra posibilidad pasa por los cuidados personales, medidas higiénicas que todo el mundo debería adoptar, como por ejemplo:

-Usar preservativo cada vez que se mantengan relaciones sexuales.

-No compartir con nadie agujas para inyectarse drogas.

-Usar guantes si tiene que tocar la sangre de otra persona.

-No usar el cepillo

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