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Energia Del Futuro


Enviado por   •  16 de Abril de 2015  •  2.737 Palabras (11 Páginas)  •  167 Visitas

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La energía que viene

La escasez de combustibles fósiles resultará palpable en unas pocas décadas. En este reportaje, publicado en 2009 ganador de una mención honorífica en la categoría de mejor artículo periodístico de la última edición de losPremios Prismas Casa de las Ciencias a la divulgación, Abraham Alonso nos habla de la revolución energética que se aproxima.

Es inútil engañarse. Barril a barril, metro cúbico a metro cúbico, las reservas mundiales de petróleo y gas natural se agotan. Su desaparición no es inminente, pero sí preocupante. Tanto, que buena parte de la comunidad científica tuerce el gesto cuando se le consulta sobre las consecuencias de laextinción de dos de nuestras principales fuentes de energía. Su respuesta es prácticamente unánime: si en un futuro no muy lejano queremos seguir disfrutando de electricidad, calor e iluminación a un precio razonable, debemos buscar nuevos métodos para producirlos u optimizar la explotación de los recursos que hoy tenemos a nuestro alcance. Es más, según recoge un reciente informe elaborado por el Instituto alemán Fraunhofer, "se trata de la única forma de que los países de Europa occidental se liberen de la severa dependencia energética que sufren y, de paso, supondrá una importante reducción de las emisiones de dióxido de carbono".

La escasez de combustibles fósiles resultará palpable en unas pocas décadas. De hecho, es una de las causas del tiovivo tarifario que afecta a algunos de ellos y la principal responsable de que en los últimos años tanto las empresas como los consumidores hayamos tenido que rascarnos el bolsillo para poder pagar desde el transporte hasta el aire acondicionado.

China y la India dispararán el consumo de petróleo y gas

El Instituto Federal Alemán de Geociencias y Recursos Naturales calcula que la mitad de todas las existencias conocidas de petróleo se esfumará en poco más de veinte años. Peor aún, todos los analistas coinciden en que el consumo se disparará en los próximos lustros, especialmente cuando algunas superpotencias emergentes, como la India o China, incorporen plenamente la industrialización a sus economías. La Agencia Internacional de la Energía ofrece datos precisos: cada día se consumen 87,6 millones de barriles de petróleo -cada uno equivale a 158,99 litros-; y, previsiblemente, la demanda aumentará hasta los 115 millones de barriles en 2030. El tiempo se nos está echando encima y Martin Hoffert, catedrático de física en el Departamento de Ciencias Aplicadas de la Universidad de Nueva York, es taxativo al respecto: "Si no empezamos ya mismo a construir las infraestructuras que facilitarán la revolución energética que precisamos, no llegaremos a tiempo de afrontar la crisis que se avecina ni seremos capaces de solucionar el problema del cambio climático".

Precisamente, la reducción de las emisiones que genera la producción de electricidad es una de las prioridades de la agenda medioambiental global. Para hacerlo, es preciso rediseñar cuanto antes la inmensa mayoría de las centrales térmicas, por cuyas chimeneas se escapa una auténtica catarata de dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y CO2, un gas de efecto invernadero íntimamente ligado al calentamiento del planeta. El modelo a seguir es FutureGen, una superplanta localizada al otro lado del Atlántico, en Conles County (Illinois), que se inaugurará en 2012. Aunque se prevé que las instalaciones produzcan 275 megavatios -suficientes para alimentar a 275.000 hogares estadounidenses-, su valor añadido no es tanto su poder energético, sino sus reducidas emisiones, que serán cercanas a cero. La clave se halla en el secuestro del dióxido de carbono, una técnica que, en esencia, consiste en encapsular este compuesto a gran profundidad, en acuíferos salinos o en campos petrolíferos ya explotados, y almacenar los otros contaminantes en zonas seguras.

FutureGen será, además, un modelo de rendimiento energético. Y es que uno de los principales problemas de la generación de electricidad es la cantidad de energía que se derrocha en el proceso. Por ejemplo, en muchas de las plantas térmicas en las que se quema carbón, sólo se aprovecha el 38% del combustible. El resto se pierde. Las estimaciones del Instituto Fraunhofer señalan que el hecho de aumentar la eficiencia de una de estas plantas en sólo un 1% reduciría el consumo de la negra sustancia en 16.000 toneladas al año y el de emisiones de CO2 en otras 43.000. De momento, las más eficaces, de ciclo combinado, que utilizan turbinas de gas y vapor, alcanzan un rendimiento de alrededor del 52%.

El ahorro energético empieza en los propios hogares

Otra de las estrategias de ahorro pasa por aumentar la eficiencia energética de los edificios. Entre otras acciones, esto incluye aislar los pisos térmicamente, sustituir las luces por otras de bajo consumo, mejorar los sistemas de ventilación -las instalaciones modernas utilizan más energía para enfriar que para calentar-, desconectar los aparatos que se encuentran en modo stand-by -sólo en Alemania se consumen de este modo la producción energética anual de dos centrales nucleares- y, sobre todo, aprovechar al máximo la energía solar, equipando las instalaciones con sistemas de almacenamiento energético de larga duración.

Aunque estas medidas pueden retrasar unamás que previsible crisis global de la energía, a largo plazo será necesario obtener nuevas fuentes o, según plantean distintos colectivos ecologistas, explotar lo mejor posible las renovables. Lo cierto es que España todavía depende en gran medida de los combustibles fósiles. En el último informe sobre el sistema eléctrico de nuestro país elaborado por Red Eléctrica, se recoge que las energías renovables, especialmente la hidráulica y la eólica, cubren alrededor del 23% de la demanda. Sin embargo, un estudio del WorldWatch Institute -una organización que analiza el impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente- recalca que con las tecnologías actuales se podrían cubrir varias veces las necesidades energéticas del planeta utilizando exclusivamente fuentes inagotables. Así, el informe señala que frente a los 132,5 billones de kilovatios-hora que se consumen anualmente en todo el mundo, con los medios con los que contamos hoy se podrían obtener 444 billones de kilovatios-hora a partir de la energía solar, 167 billones a partir de la eólica, 139 de la geotermal y 69 de la biomasa. Una vez más, el problema sigue siendo que casi dos terceras partes de la energía se desperdician durante el proceso de obtención de electricidad.

¿Pero de verdad es posible abastecerse únicamente del sol, el

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