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Entamoeba histolytica


Enviado por   •  10 de Agosto de 2020  •  Tareas  •  2.788 Palabras (12 Páginas)  •  155 Visitas

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  • Mencione la respuesta al huésped que tienen los parásitos estudiados

Entamoeba histolytica

Durante la respuesta inmune se da una serie de interacciones entre los mecanismos de defensa del huésped, para expulsar el patógeno, y las estrategias desarrolladas por el parásito para modular la respuesta del huésped y favorecer su supervivencia. Luego de la ingesta del parásito, la inmunidad innata o los mecanismos inespecíficos quizá desempeñen un papel esencial en la defensa frente a la infección y la diseminación de E. histolytica, como el ácido estomacal o la liberación de mucina, que constituyen las primeras barreras de defensa contra la invasión amebiana ya que previene que los trofozoítos se pongan en contacto con la capa de células epiteliales del intestino.

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A. Respuesta inmune del huésped al amebiasis intestinal. B. Mecanismos de evasión de la respuesta inmune. Interacción dinámica del parásito con el hospedero y su importancia en la patogénesis del amebiasis.

Las barreras naturales, además de actuar aislando al individuo del exterior, también cuentan con función bactericida y promotora de la inflamación. La mucina el principal constituyente de la capa mucosa del intestino, es una glicoproteína secretada por las células Goblet y glándulas submucosas; este componente se une y evita la adherencia de la Lectina Gal/GalNac del parásito a las células del epitelio intestinal.

El intestino humano del hospedero tiene aproximadamente 100 trillones de microorganismos, principalmente bacterias, que forman la microbiota regulando la homeostasis y promoviendo la salud digestiva, así como estimulan el balance del sistema inmune. Respecto a las interacciones entre la flora bacteriana residente en el intestino y E. histolytica, se ha señalado que pueden ser factores decisivos para la defensa del huésped, o la virulencia del parásito. En efecto, algunos estudios han demostrado que los trofozoítos aumentan su virulencia en respuesta a su asociación con bacterias. Mientras que otros reportan la reducción de la virulencia del trofozoíto, y sugieren que esta reducción puede estar asociada con una disminución de la lectina Gal/GalNAc. Estudios han mostrado claramente que la microbiota colónica tiene un papel importante para la formación de la primera línea de defensa innata del huésped contra E. histolytica, independiente de la capa mucosa Muc2 que es la mucina principalmente secretada en el tracto gastrointestinal.

Cuando E. histolytica sobrepasa la defensa innata del hospedero y entra en contacto con las células epiteliales del intestino, se producen una variedad de mediadores pro-inflamatorios (citocinas y quimiocinas), como IL-1β, IL-8 y TNF-α, iniciando una inflamación aguda. La IL-8 se expresa en las células intestinales, producto de la inducción de la respuesta Th1 y la producción de interferón gama (IFN-γ). Varios de estos mediadores tienen como objeto el reclutamiento de células incluyendo neutrófilos y macrófagos al sitio de la invasión. Los macrófagos activados con citocinas tales como IFN-γ o TNF-α eliminan trofozoítos in vitro por la producción de óxido nítrico a partir de L- arginina mediado por la inducción del óxido nítrico sintasa. Ratones deficientes de iNOS son más vulnerables a presentar absceso hepático amebiano y apoptosis de hepatocitos. De las dos citocinas mencionadas, el IFN-γ es la principal citocina que activa neutrófilos y macrófagos para iniciar su actividad amebicida.

El sistema de complemento es una barrera del sistema inmune; algunos estudios han demostrado que los trofozoítos responden a esta defensa activando la vía clásica y alterna del complemento en la ausencia de anticuerpos antiamibianos a través de la cisteína proteasas de 56 kDa. Por otra parte, la lectina Gal/ GalNac inhibe a su vez el ensamble de C8 y C9 en el complejo de ataque a la membrana, impidiendo la lisis del parásito mediada por el complemento. Otro grupo de trabajo demostró la presencia de moléculas similares a CD59 (inhibidor del MAC), en trofozoítos de E. histolytica encontradas en lesiones de colitis amebiana y en lisados del parásito por medio de un anticuerpo monoconal anti CD59 humano, sugiriendo que E. histolytica utiliza esta proteína similar a CD59 en contra de la acción lítica del complejo de ataque a membrana.

El modelo experimental de amibiasis en hámster ha mostrado que la etapa temprana de la infección se caracteriza por una infiltración predominante de los neutrófilos. Esta activación conlleva a la liberación de especies reactivas de oxígeno y péptidos antimicrobianos. Al igual que los neutrófilos, los macrófagos adquieren actividad amebicida después de ser la estimulados con IFN-γ. Además, se demostró que el componente de membrana de E.  histolytica, lipopéptidofosfoglicano induce a los neutrófilos a la formación de trampas extracelulares (NETs) como un mecanismo de respuesta inmune innata temprana en contra del parásito.

Se ha demostrado que diversos componentes de la superficie de los trofozoítos son reconocidos por los macrófagos a través de los receptores tipo Toll, los TLR-2 y TLR-4. El contacto directo con macrófagos humanos activados y con linfocitos T citotóxicos implica un efecto letal significativo sobre E. histolytica. La actividad citotóxica de los macrófagos es atribuida a la producción del óxido nítrico a partir de L-arginina y que es capaz de inhibir las CP y la enzima alcohol deshidrogenasa 2 del parásito. La modulación de esta respuesta, por parte de la amiba, ha sido suprimir el estallido respiratorio en macrófagos y disminuir los niveles de NO, TNF e IFN-γ. Por parte de la respuesta humoral del huésped, aproximadamente 81-100% de los pacientes con amibiasis invasiva responden desarrollando anticuerpos específicos contra la lectina Gal/GalNac. Además, se observó que la respuesta de la IgA de mucosas está vinculada a la protección contra la infección.  Los eventos que marcan la progresión del amebiasis invasiva a nivel intestinal y extraintestinal (hígado) están bien caracterizados en pacientes y en modelos animales a nivel de tejido.

Trichomona vaginalis

La laminina (glucoproteína localizada en la base del epitelio vaginal) promueve la adhesión, diferenciación, forma y motilidad en células normales y se ha demostrado que tiene propiedades quimiotácticas. La mucosa vaginal es pobre en nutrientes para los parásitos y T. vaginalis no tiene la capacidad de sintetizar lípidos, por tanto, utiliza al eritrocito como fuente de hierro y ácidos grasos; la lisis del eritrocito está mediada, al parecer, por receptores proteicos ubicados en la superficie de ambas células. La hemólisis, que es un fenómeno dependiente de contacto-temperatura, cuya actividad más elevada ocurre a los 37 ºC, consiste en tres etapas: la primera es la unión de ambos receptores, la segunda la liberación de una perforina parasitaria (quizá cisteína proteasa) con capacidad de formar poros en la membrana del eritrocito y, por último, la separación de la célula huésped con la consecuente lisis celular, lo que confirma el hecho de que las proteasas de superficie son necesarias para el ataque a la célula huésped. Los mecanismos independientes de contacto más importantes, relacionados también con la patogenia, son el pH, metabolitos ácidos y el llamado factor de ataque celular (cdf). Este último es una glucoproteína extracelular de 200 kDa, lábil al calor y al medio ácido con efecto citopático in vitro, cuya actividad se presenta a un pH de 5.0 a 8.5; posee relevancia clínica debido a que el pH durante la tricomoniasis se eleva a 5.0. También se ha observado que la protección que en condiciones normales ejerce Lactobacillus acidophilus en la vagina no existe en la tricomoniasis, por lo que se ha sugerido la fagocitosis bacteriana por el parásito o destrucción por las proteasas del cdf; el aumento de éste se correlaciona con la gravedad de los síntomas en la vaginitis. La producción del cdf se vincula con la concentración de estrógenos en la vagina, ya que in vitro disminuye este factor en presencia de b-estradiol, lo que explicaría la presencia de síntomas durante el embarazo y la menstruación, cuando los niveles estrogénicos se encuentran bajos. Esto último también da cuenta de una atenuación de los síntomas con la aplicación vaginal de estradiol, aun sin erradicar la infección.

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