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Enzimas. UN RETO SABOREADO


Enviado por   •  1 de Abril de 2018  •  Informes  •  3.657 Palabras (15 Páginas)  •  83 Visitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA

ETNOGRAFÍA

INTEGRANTES:

GALINDO PEDRAZA IMELDA

LIPE LUQUE ALESSANDRA

CONDORI OCHOA ANTHONY

DOCENTE

GONZALES CONSUELO

RÍMAC, PERÚ– 2017

UN RETO SABOREADO

¡RANK! El ómnibus se detuvo, estaba tranquila contemplando el paisaje relativamente hermoso. Alistó sus cosas y recogió los lapiceros caídos durante la noche pues ya habían llegado a Atiquipa Jauki , Ajaqui , tras 9 horas de viaje desde Lima. Bajó apresuradamente del ómnibus, al parecer ya quería pisar tierra firme y una brisa paró los pelitos de su cara e irrumpió el clima cálido dentro del carro y tuvo una sensación de estar lejos de casa. Miró asombrada todo el lugar y se quedó mirando uno en particular, lo que solo al verlo se podía intuir sería la plaza del lugar, ella dio unos cuantos pasos como si marchara en la banda escolar dijo: ¡No estamos en un piso horizontal ¡Seguimos en la pendiente ! Desplazándose a la plaza se quedó asombrada por ver a un vacuno exactamente era un toro a pocos metros del centro de la plaza parecía tener valor en la mirada, decidido a salvar su vida en una corrida de toros. Miró con extrañeza, girando su cabeza unos treinta grados antihorariamente observó una cruz arriba de lo que parecía ser la iglesia del lugar. En ese momento alguien la llamó,le advirtió que si seguía distraída olvidaría su maleta en el bus. Lo analizó, volteó ciento ochenta grados antihorariamente, dio 5 pasos y bajo las 5 gradas Con una cara de asombro se percató que solo una angosta pista separaba la plaza de donde se había estacionado el ómnibus.

Abriendo paso al cúmulo de estudiantes preocupados por sus pertenencias decidió encontrar las suyas, un hombre de gorra verde pasó por su lado, la miró y se fue, buscaba sus pertenencias con un poco de desconfianza en la maletera del carro, pues no la encontraba. Alguien dijo su nombre: <<¡Luna!>>, ella no volteó, seguía buscando y otra vez:¡¡Luna!!, ella se alejó, seguía buscando ya casi asustada decidió preguntó al hombre de gorra verde, él ayudaba a sus demás compañeros , sobre si a parte de esta maletera, se encontraba otro lugar donde se guardara las cosas. Una voz viril y suave cerca de su oído y muy cerca de su cara con expresión de estar cansada dijo suavemente <<Luna>>. Ella volteó lentamente y dijo sonriendo ¿Sí?.

Él dijo<<decía tu nombre hace un momento>> Ella agregó <<estaba buscando mis maletas, no te escuché>>. Él le respondió<<bien, tómalas >> Ella con una cara de asombro<< ¿las tenías? >> Él<< pues,sí >> Ella <<Gracias>>.

¡Bien, CHICOS acérquense!, una voz fuerte los llamó.<<Bien>> dijo Luna <<lo sabía>> al parecer ya conocía la voz de la profesora. Frotando sus ojos y después de pasar sus manos por la cara, suspiró y corrió a juntarse con los demás compañeros. Ya cerca y rayana a los estudiantes de la otra especialidad de su facultad parecía sentirse bien y feliz, atendió la bienvenida y las indicaciones de la profesora y la guía, terminada su explicación de ambas, observó las casas de la comunidad de solo un piso máximo de dos, de colores cálidos le sorprendió una de ellas, a pesar de no estar pintado las paredes eran de carrizo.<<Interesante>> susurró, desde el lugar donde se encontraba observó una mano que se extendía y señalaba tal casa y escuchó<<Ahí, ahí nos hospedaremos>> dijo la guía, ella solo sonrió.

Una amiga la llamó por la espalda y tocó su hombro, le dijo muy cerca al oído ¿Vamos?- ella con expresión de extrañeza pero sonriendo dijo<<Vamos>>. Antes de avanzar volteó y señalo al vacío, pensó unos segundos, tocó sus mejillas y sonrió de nuevo.

Al adentrarnos a la pequeña cabaña que se nos ofrecía como morada para alojarnos se sorprendió al darse cuenta que prácticamente todo el lugar estaba sin un techo, observó desde el lugar donde estaba, por cierto muy cerca a la puerta hecha de carrizo, el lavadero que se miraba como a un metro y medio por ello desde ahí parecía que el lugar donde se iban a alojar era una zanja abandonada en donde se construiría una casa aúnno construída, pero no era así.

Ella, Luna junto a sus compañeros tuvieron que acomodar sus carpas porque ya se acercaba la noche, esta actividad duró aproximadamente unas tres horas, ya que por ser la primera vez que iría a acampar, fue algo complicado que le sucedió me acuerdo que una compañera le comentó que barriera o mejor dicho que retire las piedras que se encontraban en el lugar donde anclaríansus carpas con lo clavos. Fue muy gracioso verla perdiéndose entre los fierros que dan forma a la carpa sin embargo este placer duró poco tiempo ya que algunos amigos se le acercaron para poder ayudar. Su orgullo no impidió que fuese ayudada si solo si ella lo armaría también. Cuando caminó pudo observar que el lugar que de lejos parecían pequeños muebles alrededor de una mesa eran trozos de manera rociadas de tinner esto por ser brilloso a la vista. Por encontrarse en medio de este lugar que era extrañamente una sala se percató que las carpas eran de diferentes colores y adornaban esas tierras que vio por primera vez al entrar a la casa. Ese lugar ya no era el mismo ahora era mucho más acogedor, la profesora le comentó las reglas del hogar además el lugar donde desayunarían, almorzarían, y cenarían pues al haber pocas sillas disponibles para los estudiantes tuvieron que irse a otra casas. En la hora del almuerzo comieron un chifa y un vaso de avena y Luna me dijo << Pensé que darían alimentos propios del lugar>>. Cuando estaban sentados, la maestra comentó que mañana o sea el día siguiente subirían las montañas hasta llegar a lo más alto. Ella al escuchar esto, saltó de alegría y empezó a rogar para que amaneciese más rápido lo que no pudo concretarse porque el grupo con quienes compartiría su carpa trajeron a un adolescente que conocieron mientras jugaban fútbol y, dentro de la carpa él les empezó a comentar los mitos del lugar , mitos que ella imaginaba ya que no podía dormir. Y así fue toda la noche, ellos no se cansaron mas ella sí. Cerró los ojos a las cuatro de mañana pero esto no detuvo las ganas que tenía para subir esa montaña así que a las siete de la mañana tomó su toalla, su jabón y el poco shampoo que le quedaba y fue a la ducha, luego ella me dijo lo comentado por la guía “No tenemos mucha agua” fue entonces que ella me recordó a mí el motivo de encontrarnos en la universidad y estudiar la carrera de Ingeniería

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