Estrategias para la reflexion teoria-practica en los ciclos formativos de formacion profesional

ESTRATEGIAS PARA LA REFLEXION TEORIA-PRACTICA EN LOS CICLOS FORMATIVOS DE FORMACION PROFESIONAL.

Autor

Pere Peris Morancho *

El modelo educativo de la LOGSE, refiriéndose a la formación profesional, establece (artículo 30.2) que “tiene como finalidad la preparación del alumnado para la actividad en un campo profesional”.

Partiendo de una formación de base y una formación cultural y social adquirida a lo largo de anteriores etapas, la función de los ciclos formativos es primordialmente la formación profesional específica entendida como el conjunto de conocimientos y habilidades profesionalizadoras, que se pretende que el alumnado adquiera tanto en el centro educativo como en el centro de trabajo (prácticas) y que culminan en la formación profesional. En segundo lugar la formación profesional ha de contemplar la posibilidad de adaptarse a los cambios tecnológicos y a las necesidades sociales, y como consecuencia ha de estar vinculada a la realidad laboral-productiva considerando un contexto formativo abierto a la participación de los agentes sociales para, así, formar profesionales con conocimientos polivalentes.

El centro educativo, responsable de la formación del alumnado, establecerá el desarrollo curricular de acuerdo a las premisas anteriores y utilizará estrategias metodológicas de enseñanza que faciliten la integración de conocimientos tecnológicos y prácticos para facilitar al alumnado la adquisición de competencias profesionales propias del campo específico que se trate.

Los conocimientos, habilidades y actitudes que el alumnado ha de adquirir para llegar a obtener competencia en la profesión, son susceptibles de adquirirse tanto desde el ámbito teórico como desde el práctico y de forma funcional poniendo en relación ambos.

Es, por eso, necesario que desde el centro educativo se planteen estrategias que faciliten esta relación reflexiva entre el marco teórico y el campo práctico.

Desde la planificación curricular establecida por las instituciones ya se plantea la necesidad de que la formación se lleve a cabo contemplando esta dualidad pero en la forma que , desde el centro educativo, se establezca está la llave del éxito de la misma.

Lo que ahora nos planteamos es hacer un análisis sobre en que momentos, donde y con que estrategias podemos hacer una reflexión teoría-práctica a lo largo del proceso formativo (ver cuadro 1)

En la presentación del programa de los diferentes créditos es importante hacer referencia a los objetivos que pretendemos que el alumnado asuma relacionándolos con la funcionalidad de los aprendizajes propuestos. Es un momento de reflexión sobre el hecho de que desarrollar una tarea implica, como mínimo, saber porque la hacemos y que necesitamos para realizarla. Se trata de que, en el desarrollo de la profesión, no sea la intuición el referente principal.

Una primera reunión con el alumnado para planificar (las prácticas) la formación en centros de trabajo (FCT) facilita hacer una síntesis de la utilidad de la FCT, al margen de la obligatoriedad de la misma. La variedad de centros de trabajo permite cubrir los diferentes ámbitos de la profesión y las posibles tareas a desarrollar, reflexionando sobre que conocimientos y destrezas son más peculiares de cada puesto de trabajo. Se pretende informar sobre diversidad de centros o empresas y de la posibilidad o conveniencia de acceder a más de un centro o empresa, a la vez que disponer al alumnado a tomar decisiones sobre que centros o empresas se adaptan más a sus características e intereses.

La realización de visitas a centros de trabajo las podemos plantear con diversas finalidades, en primer lugar como complemento a la presentación de los posibles centros de formación práctica, facilitando al alumnado el conocimiento global del centro y de las posibles tareas a desarrollar en el mismo. Otra función posible de las visitas es relacionarlas directamente con algún aspecto concreto del programa de cualquiera de la materias o créditos que se imparten a lo largo de la formación, en este caso la finalidad de la visita podría responder a una forma de iniciar un crédito, a hacer un análisis o síntesis sobre el tema o bien para verificarlo en la práctica. La opción que elijamos responderá a los criterios metodológicos que en cada momento se consideren mas adecuados.

Sea cual sea la razón por la que se realiza una visita a un centro de trabajo o empresa, ésta siempre nos ofrece conseguir una tercera finalidad que consiste en disponer de un referente compartido entre el alumnado y que nos facilita la comunicación en el momento de tratar, en el centro educativo, algunos aspectos del programa.

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