Experimentar En Animales

“Pregúntale a los experimentadores por qué experimentan con animales y la respuesta será: porque los animales son como nosotros. Pregúntale a los experimentadores por qué es moralmente correcto experimentar con animales y la respuesta será: porque los animales no son como nosotros.”

- Profesor Charles R. Magel

El tema de la experimentación en animales ha causado controversia en los últimos años, puesto que con los avances tecnológicos con los que se cuentan hoy en día, varias personas se comienzan a preguntar por qué no se han encontrado soluciones al respecto. Poco a poco más gente comienza a tener una revolución moral dentro de sí mismos, cuestionándose sobre varios aspectos que incluyen más que nada la naturaleza y el medio ambiente, pues se han ido dando cuenta de que hay que cuidar el entorno en el que se vive.

Más que nada ha crecido el debate entre los que experimentan y los que defienden los derechos de los animales, pues es muy complicado poner en una balanza la vida del hombre y compararla con la de un animal.

Pretendo desarrollar el tema en cuestiones de impacto en la sociedad actual y en aspectos de ética y moral, teniendo como propósito demostrar que un animal debe tener el mismo derecho a vivir que un hombre y es moralmente incorrecto experimentar en animales.

Este ensayo comprende de una explicación sobre el tema a través de argumentos en contra y a favor de la tesis presentada anteriormente, tratando de introducir la cuestión moral.

A través de los años, los animales han servido para obtención de beneficios no sólo para humanos, sino para ellos mismos. Han sido usados como modelos durante siglos, incluso Aristóteles hacía vivisecciones en animales para comprender las funciones corporales. (Levine, 2006)

La experimentación en animales se lleva a cabo más que nada para avances en la medicina, para obtener resultados lo más seguros posibles y que los humanos puedan de cierta forma no correr riesgos al tomar medicinas o tratamientos. Asimismo, varios productos caseros o productos para el uso humano, son usados primero en animales que tienen órganos o su metabolismo parecido al de los humanos.

Se han obtenido muchos resultados para la mejora de la salud humana a través de avances médicos que se deben a la experimentación en animales. Por ejemplo, el desarrollo de técnicas de inmunización contra las enfermedades a las que nos enfrentamos hoy en día tiene una dependencia total en este tipo de experimentación. Asimismo, también se han hecho vacunas para animales a través de experimentación, teniendo así un beneficio para ellos mismos. (Levine, 2006)

Se cree que los experimentos conllevan un enorme sufrimiento del animal en cuestión, pero hoy en día sólo sufren cuando la anestesia interfiere con el propósito del experimento o afecta los resultados que se necesitan. El 61% de los animales destinados a experimentación no son sometidos a procedimientos dolorosos, el 31% recibe medicamento para aliviar el dolor y el 8% sufre sólo para fines del tratamiento que se busca entender, si así se mejorará el tratamiento o si es el propósito del experimento.

Está bien que los animales sufran un poco si es para prevenir o evitar el sufrimiento de los humanos. Como bien dice la frase, el fin justifica los medios. Los animales no tienen la capacidad de razonar ni pensar, los humanos por otro lado pueden pensar, hablar y responder a estímulos de varias formas, lo cual los hace inferiores a los humanos y justifica su uso como objetos de experimentación. (Descartes, 1969)

Se utilizan los animales porque sólo de esta manera se puede comprender el funcionamiento de ciertos compuestos en el organismo y que así sea menos riesgoso para el uso humano. Estos tratamientos, medicinas o productos tienen que ser seguros y esto sólo se logra mediante un estudio animal previo.

Hoy en día hay muchas enfermedades para las cuales aún no existe una cura y hasta que no se encuentre ésta o su tratamiento, los humanos harán lo posible y utilizarán los recursos necesarios tanto económicos como emocionales para intentar aliviar el sufrimiento humano o al menos reducirlo. (Levine, 2006)

Por otro lado, Tom Regan, un filósofo estadounidense que está especializado en derechos de animales, menciona en su libro The Case for Animal Rights (1983) que los animales también deben tener derechos morales. Immanuel Kant tenía como parte de su teoría filosófica respetar a seres racionales, y a esto Regan responde que el humano mismo cede el valor de tratar con respeto y otorgar derechos a bebés o a gente con discapacidades mentales, quienes no cuentan con una racionalidad. También se refiere al concepto de “subject-of-a-life” o sujeto de vida, explicando que estos sujetos son seres que valoran su propia vida aún si los demás no lo consideran valioso o con derecho de vivir. Es así como él incluye a varios animales que caben dentro de esta definición, manteniendo la postura de que es incorrecto utilizar a cualquier otro ser vivo para los fines propios, y estos seres deben de tener derechos para su salud, dignidad y bienestar.

En cuestiones legales, los animales y humanos no son iguales, pero como menciona Tom Regan, eso no implica que el estatus moral también difiera, las cuestiones legales no son moralmente relevantes y mucho menos justifica el uso de animales.

De igual forma quizá los animales son inferiores a los humanos porque no poseen

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