FACTORES QUE AFECTAN LA FLORACIÓN EN ORQUÍDEAS
Shaca20028 de Mayo de 2013
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FACTORES QUE AFECTAN LA FLORACIÓN EN ORQUÍDEAS
Resumen
Se sabe que la inducción de la floración en las orquídeas se debe a diversos factores como son: La nutrición mineral, la temperatura, el fotoperiodo y la regulación hormonal. Conocer estos aspectos en éste grupo de plantas es de suma importancia para realizar un manejo adecuado de su cultivo. Aplicaciones de nitrógeno pueden estimular la floración en muchas especies e híbridos, el fósforo y el potasio podrían no jugar un rol importante en dicho aspecto. La luz y la temperatura son otro de los factores que juegan un rol fundamental en la estimulación de la floración. Dependiendo de la especie los rangos de temperatura para un buen desarrollo y estimulación de la floración pueden ser variables, la gran mayoría requiere de un periodo de vernalización a una temperatura aproximada de 15°C, para poder desarrollar los primordios florales. En cuanto a las hormonas vegetales, las que tienen un efecto directo en la floración son las giberelinas y citocininas. Las primeras si se aplican individualmente podrían producir deformaciones florales, por ello es mejor utilizar ambas hormonas en forma conjunta, para tener una buena producción floral. Otros reguladores de floración son el Thidiazuron (TDZ) y el Paclobutrazol (PP333), cuyos efectos son discutidos.
Introducción
Las orquídeas fascinan a muchas personas en todo el mundo, Son un grupo de plantas interesantes en floricultura. Son muy atractivas y coloridas. Pertenecientes a la familia Orchidaceae, la cual es una de las familias más grandes y diversas de las angiospermas (Schoserg, 1993), conteniendo un más de 25000 especies descritas, con 859 géneros (Cribb and Govaerts, 2005). Se encuentran distribuidas en todas las regiones del mundo excepto en la Antártida y crecen en diferentes hábitats y diferentes elevaciones (Pridgeon, 2000). A pesar de tanta diversidad presente en la familia que se encuentra en la naturaleza, solamente un pequeño número de géneros son cultivados uno como plantas con flores ornamentales: Cattleya, Phragmipedium, Miltonia, Cymbidium, Dendrobium, Oncidium, Paphiopedilum y Phalaenopsis. Las barreras de cruzabilidad entre las especies no son fuertes, debido a ello se han obtenido diversos híbridos, tanto naturales como manipulados. Ellos les permite una gran capacidad de adaptación a diversos ambientes y condiciones específicas (Schoserg, 1993),
Las orquídeas presentan tallos, hojas y raíces. Es posible distinguir dos diferentes patrones de crecimiento. El primer tipo es monopodial. En éste tipo las orquídeas crecen en una sola dirección, las nuevas hojas crecen en el ápice del tallo central y su crecimiento es en forma paralela, generalmente opuestas, a lo largo de todo el tallo. Cuando la planta llega a su estadío reproductivo deja de producir hojas y los meristemos apicales se diferencian en flores solitarias o inflorescencias (Schoserg, 1993). El segundo tipo de crecimiento que presentan las orquídeas es el simpodial, el cual es mucho más común y es principalmente horizontal. En este tipo de crecimiento se presentan muchos tallos llamados pseudobulbos, los cuáles están conectados con el eje principal. Los pseudobulbos sirven como reserva de agua y nutrientes, muchas especies pueden sobrevivir por prolongados periodos de sequía y adaptarse a dichos ambientes debido a que los presentan (Schoserg, 1993). Las orquídeas simpodiales desarrollan nuevos tallos una vez al año, el tallo principal tiene la misma tasa de crecimiento que los nuevos estadios desarrollando nuevas raíces a lo largo de los pseudobulbos, los cuáles toman diferentes formas y tamaños, algunos son parecidos a un huevo, por ejemplo en los géneros Lycaste y odontoglossum, y formas planas como en Oncidium (Schoserg, 1993). Los pseudobulbos de Dendrobium y Epidendrum son muy largos y delegados, éstos van multiplicando sus hojas en el ápice. La gran mayoría de orquídeas tienen un crecimiento simpodial (Pridgeon, 2000).
La forma de las hojas está adaptada a las diferentes formas de vida de cada género y/o especie. Unas sirven como reservorio de agua, y son suculentas, otras son delgadas y largas. Las venación de las hojas es paralela, éstas son típicas en todas las orquídeas, la cual es una característica de la clase Liliopsida (monocotiledónea) (Pridgeon, 2000). Algunos hojas pueden permanecer en el tallo por años, otras solamente en una estación. El color de éstas juega un importante rol en su adaptación para su hábitat natural (Pridgeon, 2000).
El hábito de crecimiento simpodial de esta planta compacta se distingue de Miltonia por la presencia de una sola hoja en el ápice del pseudobulbo, que está rodeado por vainas como hojas distintas. Varios híbridos se han desarrollado en los últimos años y se cultiva principalmente por los aficionados de orquídeas.
En cuanto a estimulación de la floración en orquídeas, sabemos que ésta es influenciada por múltiples factores, tales como: La nutrición mineral, la temperatura, el fotoperiodo y hormonas vegetales. Estos aspectos deben ser adecuadamente manejados cuando se hace un cultivo de orquídeas. Dichos aspectos son discutidos en el presente trabajo.
Nutrición mineral
La nutrición mineral en las orquídeas es uno de los mayores problemas en su cultivo, debido al desconocimiento que hay en cuanto a su nutrición para estimular el crecimiento, la precocidad en la floración y la calidad comercial.
Las orquídeas al ser un tipo de plantas altamente evolucionadas, presentan ciertas adaptaciones, como asociaciones simbióticas con hongos micorrízicos. Muchos de éstos hongos son Basidiomicetos, tales como: Rhizoctonia, Tulasnella, Thanatephorus y Ceratobasidium (Plenchette, 1982). Cuando éstos se establecen en las células del hospedero dan lugar a una estructura en forma de ovillos de hifas, que en la naturaleza permiten un mejor desarrollo de la planta. El hongo estimula el crecimiento del hospedante; esta particularidad es más significativa, cuanto más débil es la concentración de nutrimentos en el medio. Strullu (1982). El hongo hospedero proporciona el carbono total o parcialmente cuando la planta está en etapas no autotróficas, y también brinda protección contra enfermedades (Plenchette, 1982). En cuanto al cultivo, dichas asociaciones pueden reducir los requerimientos de los fertilizantes y, en consecuencia, los costos de producción. La micorrización actúa especialmente en la nutrición fosforada y, además, otros nutrimentos pueden estar incluidos: zinc, azufre y potasio.
Otro de los aspectos importantes relacionados a la nutrición mineral, es el medio de cultivo. Cuando un medio tiene buena capacidad de retener la humedad y los nutrientes, permiten el crecimiento normal, sin importar el tipo de fertilizante que se aplique (Wang 1996).
Una de las principales fuentes de nitrógeno como nutriente, el amonio es la fuente principal para especies en estadios inmaduros (Curtis & Spoerl, 1948). Cuando las orquídeas tienen un estadío más desarrollado pueden usar como fuente de nitrógeno los nitratos, pues las especies de hongos micorrízicos poseen la enzima nitrato reductasa, lo que posibilita el aprovechamiento de éstos, aunque los mecanismos no están totalmente dilucidados (Plenchete, 1982).
Los requerimientos nutricios de algunas especies se muestran a continuación:
Phalaenopsis
En Phalaenopsis al incrementarse la concentración de Nitrógeno de 50 a 200 mg/L se promueve la producción de hojas y la floración (Wang & Gregg, 1994). Wang y Gregg (1994) aplicaron a Phalaenopsis, proporciones de 20-8.6-16 de N-P-K respectivamente. Determinaron que los mejores niveles de aplicación son de 0.25 y 0.5 g L-1 en forma soluble en el agua de riego. Con dicho tratamiento se observó que se presenta una emergencia de la inflorescencia, además de menor tiempo para llegar a la floración comparados con la aplicación de 1.0 g L-1. Algo similar ocurre cuando se incrementa la concentración de nitrógeno de 50 a 200 mg/L, se promueve la floración y producción de hojas en (Wang & Gregg, 1994a). Wang 1996, probó diferentes concentraciones de NPK en plántulas jóvenes de Phalaenopsis en concentraciones de 200 o 100 mg/L. notó que no hay diferencias en el desarrollo vegetativo de la planta. Los cambios en concentraciones de NPK pueden resultar en que las plantas produzcan diferente número de hojas (Wang, 1996). Pero no siempre una planta reacciona de la misma manera a las mismas concentraciones de nitrógeno. Así por ejemplo, Phalaenopsis en su periodo juvenil tiene una alta velocidad de producción de hojas y expansión de área foliar (Lee, 1991) por lo que requerirá de mayores cantidades de nitrógeno disponible, el cual es mejor utilizado en forma de Amonio (NH4+), permitiendo un incremento en el área foliar. Por ello puede resultar beneficioso usar altas concentraciones de fertilizante (200 mg/L) en plantas jóvenes para su rápido desarrollo. Una vez que la planta ha llegado a la madurez, se puede reducir la concentración de fertilizantes para evitar tener una planta que excesivamente grande (Wang & Gregg, 1994). Pues se sabe que diferentes concentraciones de NPK en plantas maduras no afecta la floración, pues no se presentan diferencias significativas al ser comparadas con el blanco. Por otro lado los niveles de fosforo (P) y potasio (K), no muestran efectos significativos ni en el crecimiento de plántulas ni en el incremento o estimulación de la floración en Phalaenopsis (Shehan, 1960).
Se sabe que el clorato de potasio (KCl3) promueve la floración en espinaca (Topoonyanont et al., 2000). Pues podría alterar los niveles de hormona en lo ápices. Promueve la formación de altos
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