Farmacos
alexismm1995Tesis1 de Septiembre de 2014
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La farmacocinética
Es el estudio de las acciones de una sustancia activa contenida en un medicamento sobre el organismo una vez se ha ingerido o administrado. La farmacocinética se puede designar también con el signo ADME: absorción, distribución, metabolismo y excreción. Una de las especialidades de la farmacocinética es la Toxico cinética, su objetivo es estudiar los efectos de las sustancias químicas en el organismo, permite determinar la forma galénica de un medicamento o, incluso su, posología.
ABSORCIÓN DE LOS FÁRMACOS
La absorción es el paso de las moléculas de un fármaco a la sangre, todos los fármacos, excepto los que se administran por vía tópica con el fin de producir efectos locales, deben entrar en la circulación para así poder llegar al lugar de acción y ejercer su efecto terapéutico. Existen numerosos factores que influyen en la absorción de un fármaco como, por ejemplo, la vía de administración, el sitio de absorción, la solubilidad, la superficie de absorción, la concentración, el flujo sanguíneo y las posibles alteraciones en el área de absorción. En cuanto a las distintas vías de administración, cada una de ellas influye de forma diferente en la absorción del fármaco. Así, por ejemplo, la vía respiratoria permite una absorción rápida, ya que los fármacos inhalados son absorbidos rápidamente a través de la red capilar pulmonar pudiendo producir efectos inmediatos, mientras que los fármacos administrados por vía oral presentan una velocidad de absorción lenta, puesto que deben atravesar el tracto gastrointestinal. La absorción de los medicamentos administrados por vía parenteral varía, a su vez, en función del tipo de administración. Así, en la vía subcutánea o en la intramuscular la absorción depende fundamentalmente de la vascularización de los tejidos; la vascularización en los músculos es mayor que en el tejido subcutáneo, por lo tanto, un fármaco administrado por vía intramuscular se absorberá con más rapidez que si se administra por vía subcutánea, aunque en algunos casos se elige esta última para producir un efecto más prolongado en el tiempo al ser la absorción más lenta.
VÍA ORAL
Es la vía de administración más frecuente y consiste en introducir el preparado farmacológico en la boca para ser deglutido. Es una vía de fácil administración, cómoda y, generalmente, más económica en comparación con los preparados para administración por otras vías. Tiene como inconvenientes que algunos fármacos pueden tener sabor desagradable o producir irritación gástrica, y que no se puede utilizar en pacientes con dificultad para deglutir, en pacientes que presentan vómitos y en enfermos inconscientes, la absorción por esta vía se ve modificada por numerosos factores como la motilidad, la inactivación de algunos fármacos por los jugos digestivos o en el medio ácido del estómago, el flujo sanguíneo, la solubilidad (para que el fármaco atraviese las membranas lipídicas de las células debe ser liposoluble), el tipo de preparado farmacológico (las soluciones y suspensiones en estado líquido se absorben con mayor rapidez que los comprimidos o las cápsulas) y factores químicos como el pH. Los fármacos se ingieren con alimentos, la superficie de contacto es menor y, por tanto, también será menor la velocidad de absorción. Cuando el estómago contiene alimentos, el contenido se vacía lentamente al duodeno, retardando así la absorción del fármaco, además, algunos componentes de los alimentos se pueden unir a determinados fármacos formando complejos que no pueden atravesar la mucosa gastrointestinal disminuyendo la absorción y, por tanto, reduciendo la eficacia del medicamento.
VÍA SUBLINGUAL
Consiste en depositar el fármaco debajo de la lengua, zona de gran vascularización superficial, por lo que se absorbe a través de los vasos sanguíneos del lecho de la lengua hacia la vena lingual y maxilar interna, y de esta pasa a la yugular.
La vía sublingual tiene la ventaja de ser rápida y de fácil administración; además, en comparación con la vía oral, se evita el efecto de “primer paso” por el hígado y la posible destrucción por los jugos digestivos.
Esta vía sólo se utiliza en circunstancias especiales y con un número reducido de fármacos, ya que son pocos los que se absorben fácilmente debido a que el fármaco debe ser muy liposoluble. Además, el preparado puede tener sabor desagradable o producir irritación de la mucosa bucal, las consideraciones para la preparación y administración de estos medicamentos son semejantes a las que hay que tener en cuenta en otras vías. Los fármacos administrados por vía oral o sublingual se deben distribuir en recipientes desechables rotulados con el nombre del paciente, número de habitación y cama y nombre del medicamento. Una vez identificado el paciente, se le dará el fármaco y se permanecerá con él hasta que lo haya ingerido. Puede ser necesario proporcionar al paciente algún líquido para deglutir el medicamento si se administra por vía oral, si la vía de administración es la sublingual, es preciso recordar al paciente que no tiene que deglutir el fármaco.
VÍA RECTAL
Consiste en la administración del medicamento en el recto la absorción se produce a través de las venas hemorroidales superiores, medias e inferiores, se emplea como alternativa a la vía oral en pacientes con vómitos, inconscientes o en niños que rechazan la medicación oral. Los fármacos administrados por esta vía sufren una absorción irregular e incompleta por la retención y mezcla del fármaco con las materias fecales, que impiden el contacto con la mucosa rectal, además, puede ser una vía incómoda para algunas personas, ya que existe la posibilidad de irritación local y no se puede utilizar en casos de fisuras anales, hemorroides o diarrea.
Para la administración, el paciente debe colocarse en posición de en decúbito lateral, siendo muy importante salvaguardar la intimidad del paciente, con una mano usaremos guantes se coge el supositorio, con una gasa, y se introduce hasta superar el esfínter anal, en el caso de enemas y pomadas, los recipientes de ambos disponen de una cánula que se introduce en el recto y se aplican presionando el envase.
Esta vía se puede utilizar también para obtener un efecto local como, por ejemplo, cuando se administran supositorios de glicerina con el fin de facilitar la defecación.
VÍA SUBCUTÁNEA
Las cantidades de medicamento, como cualquier otra administración por vía parenteral, la piel se rompe por la inserción de la aguja, existiendo riesgo de infección y puede producir dolor. Esta vía se utiliza para fármacos como la insulina por la facilidad de autoadministración.
Zonas de punción subcutánea:
Cara anterior del muslo.
Cara externa del brazo.
Abdomen (zona peri umbilical).
Región subescapular.
VÍA INTRADÉRMICA
Consiste en inyectar el preparado farmacológico en la capa dérmica de la piel, justo debajo de la epidermis. Admite un pequeño volumen y la absorción es lenta
La zona de punción más común es la cara interna del antebrazo, aunque también se emplean la región subescapular y la parte superior del tórax. Es una vía utilizada, fundamentalmente, para realizar testificación con alergenos y para administrar algunas vacunas.
Vía intramuscular
Consiste en inyectar el fármaco en el tejido muscular. En general, es una vía más rápida que la oral, no obstante, la velocidad de absorción depende del riego sanguíneo en la zona y, por tanto, del lugar de inyección y del tipo de preparado. Los fármacos en solución acuosa se absorben rápidamente, pero no ocurre lo mismo con soluciones oleosas o suspensiones, cuya absorción es más lenta.
Entre sus ventajas se puede citar que la absorción es rápida, en comparación, por ejemplo, con la vía subcutánea, debido a que a nivel muscular existe una mayor vascularización; además, se puede inyectar una cantidad mayor de fármaco que por vía subcutánea. Tiene como desventajas que la piel se rompe por la inserción de la aguja existiendo riesgo de infección y que se pueden lesionar vasos y nervios.
La administración de fármacos por vía intramuscular puede conllevar una serie de complicaciones como la aparición de hematomas, nódulos o endurecimientos (se producen por una mala absorción y suelen mejorar aplicando calor), abscesos sépticos (se producen por infección y se pueden deber al uso de material contaminado o a la realización de una técnica séptica), shock anafiláctico (es la reacción más grave y puede aparecer en pocos segundos) y parálisis del nervio ciático (puede estar producida por la punción directa del nervio o por la cristalización del fármaco en la fibra nerviosa provocando, en algunos casos, la rotura de ésta).
En cuanto a las zonas de punción es necesario elegir aquellas que tengan masas musculares profundas apartadas de vasos y nervios. Las zonas que habitualmente se utilizan son:
• Zona dorsoglútea: esta zona se puede usar en los adul-tos y en los niños que tengan bien desarrollados los músculos glúteos, no debiéndose emplear en niños menores de tres años. Para delimitar la zona exacta y no producir lesiones en el nervio ciático se debe trazar una línea imaginaria horizontal desde el alto del pliegue interglúteo y otra vertical que divida al glúteo en cuatro cuadrantes, de los cuales hay que elegir el superior y externo.
• Zona ventroglútea: es una localización idónea porquea este nivel no hay grandes nervios ni vasos sanguíneos. La posición del paciente puede ser la de decúbito supino o lateral con la cadera y la rodilla
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