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Fenomenos Atmosfericos


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2013  •  6.337 Palabras (26 Páginas)  •  484 Visitas

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“Astronomía y Fenómenos Atmosféricos”

Índice:

Aurora 1

Luz Zodiacal 2

Nube Noctilucente 3

Parhelio 4

Halos 5

Coronas 6

Espectro del Brocken 1

La sombra de la Tierra 2

Rayo verde 3

Rayos Crepusculares 4

Niebla 5

Cambios Cromáticos 6

Rayos, Relámpagos y Truenos 1

Arco Iris 2

Fenómenos Naturales 3

Sismos y Terremotos 4

Tsunamis 5

Huracanes 6

Tornados 1

Granizada 2

Erupción Volcánica 3

Eclipses 5

Bibliografía 6

Fenómenos Atmosféricos

Son los fenómenos que ocurren en la atmósfera: viento, nubes, precipitaciones (lluvia, nieve, granizo, etc.) y fenómenos eléctricos (auroras polares, tormentas eléctricas, etc.). Los vientos, sin embargo, son los desencadenantes de la mayoría de los fenómenos atmosféricos. Se deben fundamentalmente a variaciones de la temperatura y densidad del aire de unos lugares a otros. El viento va desde las zonas de aire más frío (más denso) hacia las zonas de aire más caliente (más dilatado y pesa menos).

Los fenómenos atmosféricos son todos aquellas actividades que ocurren en la atmósfera de manera natural, tengan o no relación con el clima. Se producen por la interacción de los diferentes elementos climáticos entre sí o con otros elementos atmosféricos (polvo en suspensión, luz del sol...). Algunos fenómenos atmosféricos son:

Aurora

Son fenómenos producidos en latitudes cercanas a los polos magnéticos de la Tierra, pues se producen mediante la interacción de estos con las partículas que transporta el viento solar. Cuando las partículas llegan a la Tierra, impactan contra las moléculas de la atmósfera superior y por tanto las excitan (ionizan), hecho que produce el conocido resplandor de las auroras. Éstas se conocen como auroras boreales o australes, según en el hemisferio donde se las ve. Normalmente las auroras sólo pueden verse a latitudes por encima de los 65º (ej. Alaska, Canadá), pero durante periodos de alta actividad solar (como las tormentas solares), éstas incluso pueden verse desde latitudes más bajas, alrededor de los 40º. Estos fenómenos pueden durar alrededor de 1 hora, o bien toda la noche si es durante un periodo de alta actividad. La aurora consiste en manchas y columnas luminosas rápidamente cambiantes, de varias tonalidades. Los fenómenos de aurora extensos están acompañados por perturbaciones en el magnetismo terrestre e interferencias con las transmisiones de radio, teléfono y telégrafos. Los periodos de máxima y mínima intensidad de las auroras coinciden casi exactamente con los del ciclo de manchas solares, que dura 11 años.

El brillo auroral se desencadena cuando el viento solar, que recorre todo el Sistema Solar, se ve reforzado por partículas subatómicas de alta energía procedentes de las manchas solares. Las partículas colisionan con las moléculas de gas de la atmósfera, excitándolas y produciendo luminiscencia, es decir, emisión de luz visible.

La aurora adopta una inmensa variedad de formas, entre ellas las siguientes: el arco auroral, un arco luminoso que cruza el meridiano magnético; la banda auroral, que suele ser más ancha y mucho más irregular que el arco; los filamentos y luces ondulantes perpendiculares al arco o a la banda; la corona, un círculo luminoso cercano al cenit; las nubes aurorales, masas nebulosas difusas que pueden aparecer en cualquier parte del cielo; el brillo auroral, un fenómeno luminoso situado a gran altura sobre el horizonte, con filamentos que convergen hacia el cenit; cortinas, abanicos, llamas o luces ondulantes de distintas formas.

Auroras en otros planetas:

Este fenómeno no está restringido a la Tierra. Otros planetas del Sistema Solar muestran fenómenos análogos, como es el caso de Júpiter y Saturno que poseen campos magnéticos más fuertes que la tierra (Urano, Neptuno y Mercurio también poseen campos magnéticos), y ambos poseen amplios cinturones de radiación. Las auroras han sido observadas en ambos planetas, con el telescopio Hubble.

Estas auroras, al parecer, son causadas por el viento solar; además, las lunas de Júpiter, especialmente Ío, son fuentes importantes de auroras. Se produce debido a corrientes eléctricas a lo largo de unas líneas, generadas por un mecanismo dínamo causado por el movimiento relativo entre el planeta y sus lunas. Ío, que posee volcanes activos e ionosfera, es una fuente particularmente fuerte, y sus corrientes generan, a su vez, emisiones de radio, estudiadas desde 1955.

Las auroras han sido detectadas también en Marte por la nave Mars Express, durante unas observaciones realizadas en 2004 y publicadas un año más tarde. Marte carece de un campo magnético análogo al terrestre, pero sí posee campos locales, asociados a su corteza. Son éstos, al parecer, los responsables de las auroras en este planeta.

Luz zodiacal

La luz zodiacal es una banda débil de luz, de forma casi triangular, que puede apreciarse en el cielo nocturno extendiéndose a lo largo del plano de la eclíptica donde se encuentran las constelaciones del Zodíaco. Cubre el cielo por completo aunque sólo es apreciable sobre el plano de la eclíptica y es responsable del 60% de la luz natural en una noche sin Luna. Está causada por la dispersión de la luz solar en partículas de polvo que se encuentran a lo largo de todo el Sistema Solar.

Observación

La luz zodiacal es muy débil y es completamente invisible en cielos débilmente iluminados por otros objetos brillantes como la Luna o la contaminación lumínica. En las latitudes medias del hemisferio Norte se observa mejor dirigiendo la vista hacia el Oeste en la primavera, después del crepúsculo, o mirando hacia el este en el Otoño, justo

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