Fenomenos Paranormales Explicados Por El Metodo Cientifico
dgf614 de Febrero de 2013
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¿Qué es el método científico?
R: El método científico es un método diseñado para la obtención de conocimiento, y asegurarnos a la vez que éste tiene unos cimentos sólidos para poder entender la naturaleza y manipularla para mejorar nuestra calidad de vida.
Es un método que se ha desarrollado y refinado a lo largo del tiempo. Sus dos características principales son por un lado la lógica formal, que hace que a partir de unas premisas iniciales se deduzcan una serie de resultados libres de incoherencias y contradicciones, y el empirismo, que pone a prueba esos resultados con experimentos que en última instancia determinan la validez de las hipótesis asumidas.
Se puede dividir en varios pasos:
• Observación de fenómenos y determinación del objeto de estudio.
• Formulación de hipótesis.
• Desarrollo y predicción de consecuencias.
• Experimentación para comprobar la hipótesis. Si el resultado coincide con la predicción, se sigue desarrollando la hipótesis, y experimentando. Si no coincide, se modifica la hipótesis inicial.
• Publicación de resultados en revistas científicas.
P: ¿Qué es ciencia y qué es pseudociencia? ¿Quién lo decide?
R: La ciencia es el conjunto de conocimientos que se han obtenido usando el método científico.
La pseudociencia en cambio, pretende hacer pasar hipótesis extraordinarias como si fueran conocimiento científicamente comprobado, pero cuando se analiza la forma en que se llega a las conclusiones, nos damos cuenta de que tan sólo es apariencia.
Qué es ciencia y qué pseudociencia lo decide el análisis crítico de cómo se ha obtenido el conocimiento. Si se ha seguido el método científico con rigurosidad, entonces se está haciendo ciencia.
Si en cambio se apela a la ciencia sólo para dar prestigio a las afirmaciones, si se tergiversan términos científicos perfectamente definidos para justificar hipótesis extraordinarias, y sobre todo, si la rigurosidad brilla por su ausencia en la experimentación o los razonamientos, entonces estamos ante un claro caso de pseudociencia.
P: ¿Qué entiendes por "observar un fenómeno"?
R: Si queremos describir y entender la naturaleza, el primer paso es observarla y detectar fenómenos que ocurren sistemáticamente; es decir, siempre que se den las mismas condiciones, el fenómeno se producirá de forma objetiva.
Observar, detectar, medir y cuantificar cuales son estas condiciones, y en qué forma se produce el fenómeno es importante, porque permite definir cual va a ser nuestro objeto de estudio, y cuales son sus características principales.
Los supuestos fenómenos paranormales en cambio, están frecuentemente sujetos a interpretaciones subjetivas del observador, y la definición del objeto de estudio siempre se hace en negativo. Basta ver su definición más común en un diccionario de términos paranormales cualquiera
"Fenómeno Paranormal: son los fenómenos que no tienen explicaciones lógicas y objetivas, provocados por facultades desconocidas de la mente humana o por energías inteligentes"
Es decir, define lo que no es, pero seguimos sin saber lo que es: no tenemos objeto de estudio.
P: ¿Por qué no es válida esa definición de fenómeno paranormal?
R: Porque no describe la naturaleza o características que posee, sino las que no tiene. Con esa definición, sólo puedes aspirar a demostrar que ese fenómeno no responde a teorías ya conocidas, pero sigues sin saber o intuir a cual obedece. Cuando consigas descartar absolutamente todas y cada una de las hipótesis conocidas, seguirás sin saber qué está ocurriendo.
En pocas palabras: a partir de definiciones negativas, no es posible obtener conocimientos nuevos.
P: Los fenómenos paranormales son impredecibles, no sabemos cuando van a suceder para estar alerta y poder observarlos detalladamente
R: Las erupciones volcánicas, los terremotos, las supernovas, los tornados o los huracanes, también son o fueron en su momento impredecibles, pero eso no ha sido obstáculo para poder determinar cuales son sus características principales, formular hipótesis, comprobarlas y así entender estos fenómenos.
P: Hay mucha gente que ha sido testigo de fenómenos paranormales, y que incluso los describe de forma idéntica, siendo personas sin ninguna relación. ¿No demuestra esto que los fenómenos existen?
R: Un testimonio raramente puede ser considerado como prueba de algo. Una persona hace interpretaciones subjetivas de lo que percibe y siempre intenta dar una explicación. Sin embargo, la falta de conocimientos, o de más datos puede hacer que no encontremos explicación, o que encontremos una equivocada.
Cuando estos fenómenos son además impactantes, por raros o inesperados, la sorpresa aumenta la incapacidad para conseguir identificar el fenómeno. El testimonio puede tardar cierto tiempo hasta llegar a los oídos de algún investigador. Sin embargo, la memoria del ser humano no es perfecta ni mucho menos, y el testigo puede describir la experiencia de forma sesgada, recalcando o exagerando aspectos que en su momento le parecieron más sorprendentes, y que en cierta forma, van encaminadas a describir la interpretación subjetiva que se le da. Dos testigos pueden ser capaces de describir una experiencia similar de forma parecida a grandes rasgos, pero sin embargo uno recalcará ciertos aspectos, mientras el otro hará más hincapié en otros, que pueden ser incluso contradictorios con el primero.
En resumen, hay mucha subjetividad en un testimonio para poder ser tenido en cuenta. No se niega que la persona fuera testigo de un suceso, sino que se pone en duda que su descripción sea fiel a los hechos, y la interpretación que le da.
Un ejemplo muy bueno se puede encontrar en el artículo Falsas memorias, falsas percepciones, donde se describe una prueba acerca de la memoria de unos estudiantes de periodismo. En un momento dado y por sorpresa, dos personas entran en la clase, intercambian unas palabras, pelean, y salen corriendo. Se pide a los estudiantes que describan el suceso, y al comparar los escritos, resulta haber grandes discrepancias respecto a las palabras que se dijeron, la descripción de las personas, o quién agredió a quién.
P: ¿Qué forma propones entonces para observar un fenómeno?
R: Observar un fenómeno no es poner los cinco sentidos en alerta para percibir todo lo que sucede. No nos podemos fiar de nuestros sentidos. Para una observación objetiva se requieren ciertas herramientas como la instrumentación y los análisis estadísticos, que permiten identificar variables que influyen en el fenómeno, y cuantificar, o al menos intuir, en qué forma éstas varían la forma en que se manifiesta. Así se determinan las propiedades de lo que va a ser nuestro objeto de estudio, y poder realizar una definición en positivo de él.
Otras veces en cambio, la definición de nuestro sistema a estudiar no proviene de una observación directa, sino que se deduce a partir de una teoría que ha sido puesta a prueba. Si esa teoría resulta ser válida, implica que tal o cual fenómeno, partícula o sistema debe existir, y que además tiene tal o cual propiedad. A partir de aquí se puede empezar a formular hipótesis y realizar experimentos para observar directamente tal existencia, comprobar que sus propiedades son las predichas, e investigar sus mecanismos de funcionamiento.
P: ¿Qué es una hipótesis?
R: Una hipótesis es una idea, o conjunto de ideas, que intentan explicar un fenómeno, concretamente su causa y sus mecanismos fundamentales. Pero tener la idea no es suficiente. Hay que expresarla en términos claros e inequívocos, y que permitan deducir consecuencias, o hacer predicciones a partir de ellas.
Las matemáticas son la herramienta ideal, porque facilitan la deducción de resultados de una forma cuantitativa. De esta forma, el fenómeno es descrito por un conjunto de números. A la hora de realizar un experimento, se obtiene otro conjunto de números a comparar con los teóricos, y de esta forma se puede decidir de forma objetiva si la teoría es aceptable tal como está formulada, o si es errónea y hace falta modificarla.
P: ¿Es válida cualquier hipótesis de partida?
R: En última instancia la validez de una teoría la determina su concordancia con un experimento que la ponga a prueba. Por tanto, una hipótesis de la que no se puedan hacer predicciones nunca será válida de partida, porque no existe forma de comprobarla experimentalmente.
Un hipótesis no puede ignorar como si no existiera el conocimiento obtenido anteriormente. Si dadas unas condiciones, una teoría comprobada da cierto resultado, una nueva hipótesis en las mismas condiciones debe ser capaz de producir el mismo resultado. Si el resultado es radicalmente distinto, indica que la teoría está mal formulada.
Por último, las hipótesis basadas en otras hipótesis no comprobadas tampoco son válidas. Para explicar un misterio, no podemos basarnos en otro misterio.
En el caso de las pseudociencias, las hipótesis tan sólo sugieren una causa para un fenómeno. Pero en ningún momento abordan la cuestión del mecanismo fundamental que lo rige. De esta forma, es imposible desarrollarla y predecir resultados, y consecuentemente, no se pueden comprobar. Hay veces que de estas hipótesis sí se pueden deducir algunas consecuencias indirectas, pero que caen en el segundo error: contradicen radicalmente hechos explicados con teorías contrastadas experimentalmente.
Y como no hay dos sin tres, es habitual que las hipótesis pseudocientíficas se apoyen en otras hipótesis sin demostrar, tales como
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