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Filogenia Y Ontogenia Del Niño


Enviado por   •  7 de Febrero de 2014  •  1.543 Palabras (7 Páginas)  •  414 Visitas

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Filosofía jurídica y económica

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« La estructura de la mente y la generación del concepto de justicia

El desarrollo evolutivo de la mente y de un sentido de justicia »

Aprendiendo del desarrollo de los niños. Ontogenia y filogenia.

Como he indicado en comentarios de artículos anteriores, los científicos señalan que los niños tienen un conocimiento intuitivo, al menos, en cuatro áreas de la conducta: lenguaje, psicología, física y biología; y ese conocimiento intuitivo en cada momento en que aparece está relacionado con el estilo de vida de los cazadores recolectores, atrás, muy atrás en la prehistoria.

De la capacidad para aprender intuitivamente el lenguaje ya hemos hablado. Hablemos de la capacidad de interpretar los estados anímicos de terceros, de saber lo que piensan otros. Respecto a esto podemos afirmar que a la edad de tres años los niños atribuyen estados mentales a otras personas cuando intentan explicar sus acciones, entienden que los demás tienen creencias y deseos y que éstos tienen un papel causal en su conducta. Esto ha sido descrito como psicología intuitiva, psicología de las creencias-deseos, o teoría de la mente. Los conceptos básicos de creencia y deseo que los niños usan, cualquiera que sea su entorno cultural, no pueden ser construidos o desarrollados desde la evidencia utilizable por ellos en las etapas más tempranas de su desarrollo, sino que derivan de una estructura psicológica innata. Un apoyo a esta teoría es el hecho de que los niños autistas no pueden captar lo que otros están pensando, es decir, no pueden captar el hecho de que otros puedan estar pensando, son como ‘ciegos de mente’.

Nicholas Humprey[1] arguye que cuando los individuos viven en grupo, y entran en relaciones mutuas cooperativas y competitivas, los individuos con una habilidad para predecir la conducta de otros conseguirán tener el mayor éxito reproductivo. Además, los poderes de la inteligencia social son esenciales para mantener la cohesión social del grupo. Estamos hablando, pues, de habilidades para leer el contenido del pensamiento de los otros, y no hay duda de que a esto se le puede llamar consciencia[2].

La utilidad de esta capacidad lleva a hacer reflexiones respecto del comportamiento de otros tales como: ‘¿es el esperado, o me ha traicionado? ¿Es justo su comportamiento? Ya sabré a qué atenerme en un futuro’.[3]

Los niños también tienen, nada más nacer, la capacidad de entender que los seres vivientes y los objetos inanimados son fundamentalmente diferentes. Les son inmediatamente reconocibles las nociones de individuo y especie. Por otra parte, todas las culturas tienen el mismo conjunto de nociones respecto a la clasificación del mundo natural, así como todas las lenguas, precisamente, presentan una misma o muy semejante estructura[4]. No hay duda de que hay buena evidencia de que la mente ha especializado un mecanismo para aprender respecto del mundo natural. ¿Podría tal biología intuitiva ser tenida en cuenta en las presiones evolutivas de los cazadores recolectores prehistóricos como C & T nos dan a entender? Probablemente sí, pues el modo de vida de los cazadores recolectores requería el conocimiento más detallado del mundo natural para tener éxito en sobrevivir y reproducirse.

También hay que considerar la física intuitiva de la que, asimismo, parecen estar dotados los niños, para los cuales no parece que haya problema en entender, de inmediato, las propiedades de los objetos físicos, ni los conceptos de estado sólido, gravedad e inercia. También entienden fácilmente que, así como un perro es un perro esté donde esté y haga lo que haga, la identidad de los objetos, en cambio, depende del contexto, no tienen esencia. Con esta capacidad uno puede desarrollar un conocimiento cultural transmitido respecto a los objetos particulares que se requieren para un determinado estilo de vida.

Entonces si existen en los niños, casi completamente utilizables desde poco tiempo más allá del momento de nacer, determinados módulos mentales intuitivos, ¿cómo ocurre el mayor desarrollo de la mente? Se acumula la evidencia de que los niños poseen, al menos desde los dos o tres años de edad, una mente compuesta de zonas o módulos específicos. Antes, según Patricia Greenfield[5], hasta la edad de dos años, la mente del niño es como un ‘programa de aprendizaje de propósito general’ que permite que tenga una inteligencia general. Es después, –dice ella- cuando ocurre la modularización. Por lo tanto es solamente después de alcanzar esta edad que ocurre la explosión del lenguaje.

Los pasos se podrían describir diciendo que desde el nacimiento, la mente es como un programa concebido para un propósito general que permite una inteligencia general. A partir de los dos años de edad se produce la modularización, una mente compuesta de zonas o módulos

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