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Formas De Extincion De La Herencia


Enviado por   •  14 de Febrero de 2014  •  10.832 Palabras (44 Páginas)  •  457 Visitas

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Presentación

Introducción

Índice

FORMAS DE EXTINCION DE LA HERENCIA

CAPITULO I: INDIGNIDAD

I. INDIGNIDAD según RAE.-

La palabra INDIGNIDAD según el diccionario de la real academia de la lengua española tiene las siguientes acepciones:

1. (Del lat. indignitas, -atis. ) f. Cualidad de indigno.

2. Acción indigna o reprobable.

3. ant. Enojo, ira.

4. Der. Motivo de incapacidad sucesoria por mal comportamiento grave del heredero o legatario hacia el causante de la herencia o los parientes inmediatos de este.

II. LA INDIGNIDAD

Cuando una persona ha cometido inconductas contra el causante o sus pa-rientes próximos puede ser excluida de la herencia. Esta exclusión impuesta por decisión judicial toma el nombre de indignidad.

El autor uruguayo Hugo Gatti la define como sanción o pena civil dicta¬da por autoridad judicial competente, a pedido de los interesados, y tiene por objeto excluir al indigno de la sucesión, lo que se traduce prácticamente por la caducidad del derecho hereditario.

Salvo la última expresión referida a la caducidad, estamos de acuerdo con dicha definición, pues la indignidad es una forma de exclusión de una sucesión (la otra forma es la desheredación) debido a una inconducta del sucesor, lo cual se traduce en una suerte de pena civil expedida por la autoridad judicial, ya que la indignidad no procede por decisión propia del causante ni de los herederos, sino que debe provenir de una decisión judicial que termina excluyendo de una sucesión a la persona que ha cometido la falta tipificada por la ley.

Existen varias definiciones de la indignidad, como la de Rébora para quien es una anomalía de la vocación hereditaria, o la de Alvadalejo, quien la califica como ineptitud para suceder. En el Perú, Luis Echecopar refiere que se trata de una sanción al sucesor en virtud de la cual no puede heredar por haber co-metido actos graves contra el causante, actos que han originado disolución de todo vínculo moral entre el causante y el sucesor. Para nosotros queda claro que se trata de una sanción judicial impuesta al sucesor que ha cometido actos contra la persona o los intereses del causante, o contra sus cercanos y directos parientes.

II.1. DIFERENCIAS DE LA INDIGNIDAD CON OTRAS INSTITUCIONES QUE, DIRECTA O INDIRECTAMENTE, ALUDEN A LA SEPARACIÓN DE UNA SUCESIÓN

Con la desheredación, tanto la indignidad como la desheredación son for¬mas de exclusión de una sucesión por inconductas, sin embargo la deshereda¬ción juega exclusivamente con los herederos forzosos y se mueve únicamente en la sucesión testamentaria; mientras que la indignidad se da en todo tipo de sucesores, sean herederos forzosos, voluntarios, legales y legatarios. Asimismo, la indignidad se da tanto en la sucesión intestada como en la testada. Por otro lado, la desheredación depende exclusivamente de la voluntad del testador y, salvo la contradicción, opera sólo con el testamento que la contenga, mientras que la indignidad requiere necesariamente de una decisión judicial.

Con la preterición. La palabra preterición proviene del vocablo latino prae- terire (pasar por delante) y significa hacer caso omiso de una persona o cosa. Luis de Gasperi refiere que el heredero preterido viene a ser la omisión efectua¬da por el testador de los herederos forzosos legítimos, bien sea prescindiendo el testador de los herederos forzosos legítimos, instituyendo a otros en su lugar o, en su caso, no instituyendo heredero alguno.

En consecuencia, el testador no considera dentro de su sucesión al heredero forzoso y esta marginación puede deberse a un acto consciente o inconscien-te del testador, pues lo relevante es que el heredero forzoso no es tomado en cuenta, no existiendo causal de desheredación alguna, lo cual va a producir la caducidad de la institución de heredero voluntario que se haya convocado, tal como lo consigna el artículo 806 del Código Civil de 1984.

De lo señalado podemos establecer las diferencias con la indignidad, pues ésta se da en la sucesión testamentaria e intestada, mientras que la preterición es una figura exclusiva de la sucesión testamentaria. Asimismo la preterición sólo se da respecto de los herederos forzosos, mientras que la indignidad puede afectar a cualquier tipo de sucesor, trátese de forzosos, legales, voluntarios y legatarios.

Con la incapacidad. El legislador del Código Civil de 1936 trató la indigni¬dad como una de las incapacidades para suceder. Sobre el particular ya hemos manifestado nuestro parecer respecto de la confusión de ese cuerpo de leyes, pues la indignidad no es una incapacidad, sino una sanción judicial por hechos imputables al sucesor. Por otro lado no existe incapacidad para suceder, en tan¬to que todos somos capaces de adquirir derechos sucesorios, pues se trata de la capacidad de goce, que la tenemos por ser personas o sujetos de derechos.

Si efectivamente existiera incapacidad para suceder, el incapaz no podría suceder a nadie, entonces no se trata de incapacidad, lo cual no significa que determinadas personas sean excluidas de determinadas sucesiones por hechos configurados por la ley como pasibles de esa sanción civil. Además el excluido de una sucesión por indignidad no hereda al causante que agravió, sin embar¬go, sí puede suceder a otras personas. No hay en el Perú incapacidad para su¬ceder, lo que existe son inhabilidades para suceder en determinados supuestos, encontrándose el indigno en uno de esos supuestos.

II.2. RESEÑA HISTÓRICA DE LA INDIGNIDAD

Procede del Derecho imperial romano. La indignidad se derivó de-dos ins-tituciones: La ex hereda tio como posibilidad de que el padre pudiera privar de los bienes a sus hijos, lo que dio lugar a litigios; y el ereptorium, por el cual, en caso de silencio del difunto la ley apartaba a ciertos herederos cuando eran indignos de heredar.

Procede de la palabra latina ereptorius a um, lo que debe ser quitado o arrebatado. Las causas de indignidad estaban contempladas en el Digesto y en general se refieren a conducta inmoral, delictiva o deshonrosa del heredero respecto del causante.

En el Derecho germánico se admitió la indignidad en los únicos casos que contemplaba el precepto

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