Frutas

EL DÁTIL

El dátil es una fruta obtenida de la palmera datilera (Phoenix dactylifera), alimento básico para países del Magreb. La fruta es considerada edulcorante por su cantidad de azúcar aproximadamente el 70%.

Los mayores productores a nivel mundial han sido Irán e Irak (hasta la Guerra del Golfo).

En Colombia solo se produce en la ciudad de Soatá.

En California existe un importante cultivo de este fruto.

Existen muchas variedades, entre ellas: Zahid, Medjool, Kadrawi, la más apreciada es la Deglet Nour.

El dátil es una fruta muy poco conocida en nuestro medio, donde apenas tiene fieles consumidores en el departamento de Ica, donde se ubican las escasas plantas que subsisten sin cuidado alguno en los desiertos de Lanchas y Villacurí; en algunos lugares aislados del valle de Ica, principalmente en Cachiche y Ocucaje y en los valles de Sta. Cruz, Río Grande, Palpa, Ingenio y Nazca, e incluso Acarí del departamento de Arequipa.

Sin embargo es una fruta de gran demanda en el mundo y la antigüedad de su consumo se remonta a los orígenes de nuestra civilización. Por su riqueza calórica, su fácil conservación y transporte fue la fruta ideal para las largas jornadas de conquista y el comercio en el mundo oriental. Acompañó a Moisés cuando deambuló por el desierto en la búsqueda de la Tierra Prometida, a las caravanas en la larga y dura Ruta de la Seda y a los jinetes moros que conquistaron España.

En los tiempos modernos también estuvo dentro de los tanques y los morrales de los soldados iraquíes en la guerra del desierto y continúa y continuará siendo la fruta preferida de millones de personas.

El dátil está íntimamente ligado a la historia, la cultura y la dieta alimenticia de los pueblos islámicos, que lo consumen masivamente durante todo el año. Durante el Ramadán, mes en que los árabes rememoran el ayuno de Mahoma en el desierto, su consumo y precios se incrementan notablemente en los mercados internos, reduciendo los stocks de cada temporada. Sin embargo, debido a su exquisito y delicado sabor y a prestarse para una amplia gama de usos que incluyen la pastelería y heladería, su consumo se ha extendido a los países occidentales, generándose una atractiva demanda que pocos países pueden atender bajo los estrictos estándares de calidad que se exigen en esos mercados.

Introducción al Perú

La palma datilera, botánicamente Phoenix dactilifera L., fue introducida al Perú durante los primeros años de la colonia, a partir de semillas traídas de Marruecos por los jesuitas que se instalaron en el departamento de Ica. Conocedores de los secretos de la agricultura, los religiosos españoles introdujeron también la vid, el olivo, la higuera y el granado, que se adaptaron bien al medio desértico de la costa sur. Se conoce que con las datileras llegaron también camellos, pero que por falta de conocimiento sobre su cuidado se extinguieron posteriormente.

Fue así que las datileras se desarrollaron en las pampas de Lanchas y Villacurí, alrededor de un monasterio del cual todavía existen vestigios, así como en el valle de Ingenio, donde hubo otro importante asentamiento jesuita.

A partir de estos puntos se dispersaron por otros lugares del departamento mediante hijuelos y semillas, dando lugar a una amplia variedad de tipos, dentro de los cuales destacan muchos por la calidad de sus frutos.

Se estima que en el país existen en la actualidad entre 50,000 y 80,000 plantas productivas que rinden alrededor de 4,000 Tm de dátiles que en su mayor parte nadie cosecha, además de otras 600,000 plantas juveniles, hijuelos y machos improductivos.

Cultivo ideal para los desiertos del Perú

El dátil no ha sido aún "descubierto" ni valorado por agricultores, exportadores y autoridades del sector agrario, pese a que la costa peruana cuenta para el cultivo de la palma datilera con mejores condiciones climáticas que los países árabes donde tuvo su origen y es además en el hemisferio sur, la zona ideal para producirlos. Es una planta sumamente rústica, que a través de milenios logró destacar como la especie dominante del duro ecosistema del desierto norafricano.

Por ubicarse la costa peruana entre la Línea Ecuatorial y el Trópico de Capricornio, que es la zona tórrida del mundo y tener la influencia de la corriente marítima de Humboldt, goza de un clima de trópico seco que es único en el mundo y con la excepción de los valles de cielo nublado de la costa central, recibe a lo largo del año mayor radiación solar que el norte de África y en el Medio Oriente y por no tener invierno acumula más grados de temperatura; factores que sumados se traducen en una fotosíntesis muy intensa, que determina mayor precocidad para la entrada en producción y un potencial de productividad que no pueden igualar países de tecnología tan avanzada como Israel o Estados Unidos.

Tratándose de un producto no perecible, de fácil y larga conservación, tener la producción en contraestación no es muy importante, pero en cambio sí lo es el hecho de poder venderse mediante cartas de crédito, en lugar de hacerse a consignación.

Variedades

Barhi

Variedad de dátil fresco procedente de Israel. Se comercializa normalmente en racimos.

Estos frutos son de forma ovoide, su piel es lisa y de un brillante color amarillento.

Deglet Noir

Esta variedad se distribuye como fruto seco. También llamado dátil moscatel.

De pequeño tamaño y color caoba, piel poco rugosa. Una variedad de bastante calidad y de exquisito sabor.

Halawi

Variedad distribuida como fruto seco.

Fruto de pequeño tamaño. Color marrón-rojizo. Tierno y dulce, sin duda una de las mejores variedades.

Hayani

Después de cosechados se congelan para, poco antes de ponerlos a la venta, descongelarlos.

Fruto de piel negro-amarronada, terso o rugoso cuando pasan unos días después de ser cosechados. Sabor muy dulce y exquisito. Procede básicamente de Israel.

Medjoul

Variedad que se distribuye como fruto seco.

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