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Futuro De Las Bicicletas


Enviado por   •  12 de Junio de 2013  •  2.932 Palabras (12 Páginas)  •  272 Visitas

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Futuro: ¿bicicletas eléctricas o vehículos personales?

Más allá del automóvil y la motocicleta, los nuevos conceptos de transporte personal propulsan desplazamientos urbanos y de corto y medio alcance con la ayuda de motores eléctricos cada vez más eficientes, la mayoría de los cuales se recargan en 1 o 2 horas y tienen una autonomía que suele superar la veintena de kilómetros con una sola carga. Se trata de bicicletas eléctricas y vehículos eléctricos personales para uno o dos pasajeros similares al Segway.

Hace sólo unos años, nadie habría apostado por que las apuestas en movilidad personal se centraran en la eficiencia y el menor impacto ecológico posible. Ahora, no sólo automóviles y motocicletas se preparan para un futuro eléctrico, sino que bicicletas y nuevos vehículos personales hacen lo propio.

Los "modelos del futuro" de hace 50 años

En los años 50 del siglo pasado, se diseñaban medios de transporte conceptuales que, se creía, se impondrían en las sociedades de principios del siglo XXI. Se escribían artículos sobre las maravillas que la gente vería cuando pasara medio siglo.

Entonces, se apostaba por automóviles privados que volaban, vehículos propulsados con energía nuclear, mochilas con motores a reacción que elevaban a los ocupados ciudadanos al nivel de las últimas plantas de los edificios y otros modelos que, ahora, son percibidos como un torpe ejercicio de prospectiva, una manera de proyectar hacia el futuro modelos que son del presente.

Poco se habrían imaginado las empresas y centros de investigación de hace más de medio siglo que el siglo XXI partiría con una crítica hacia el motor de explosión, que perpetúa la independencia del transporte privado (y buena parte del público) con respecto del petróleo.

¿Cómo será la bici Brompton plegable del futuro? (¿tendrá motor eléctrico?)

Aumenta el número de urbanitas que usan ligeras bicicletas plegables para ir de casa al trabajo o al centro de estudios, un desplazamiento que suele ser lo suficientemente largo como para requerir demasiado tiempo, de optar por ir a pie, y que puede generar estrés, si se elige el metro u otras opciones de transporte público.

Optar por la bicicleta plegable reduce el tiempo de preparación del vehículo para desplazarse, a menudo demasiado precioso durante el día a día como para lograr que un usuario se decante por el uso cotidiano de la bici o no; también se elimina la necesidad de buscar aparcamiento o estación de bicicletas, en el caso de los servicios de alquiler público.

Y se logran ventajas inestimables para muchos usuarios, entre ellos el convertir un desplazamiento rutinario y que se realizaba bajo presión en una oportunidad para hacer un poco de ejercicio, a un ritmo superior al paseo, sin llegar a la velocidad del tráfico rodado. Es decir: convertir un problema cotidiano en un pequeño placer que no es necesario "sufrir".

Muchas empresas y centros de investigación, conscientes de las ventajas de este tipo de bicicleta, cuyo ejemplo paradigmático es la ligera bicicleta plegable Brompton, se han lanzado a mejorar este modelo de desplazamiento personal.

Más rápido que a pie, más lentamente que en moto

Varios factores inciden sobre el replanteamiento de los distintos tipos de transporte privado. Preocupación por el cambio climático y aumento de la concienciación ecológica; necesidad de descongestionar las ciudades de partículas en suspensión, crisis económica; crecimiento de las ciudades del mundo en desarrollo y aumento del poder adquisitivo de sus habitantes; necesidad de crear estilos de vida -y modelos de transporte- más frugales económicamente y con menor impacto medioambiental.

Han pasado 100 años desde que Ferdinand Porsche y otros ingenieros automovilísticos presentaran sus automóviles con motor eléctrico, que perdieron la carrera tecnológica con el motor de explosión, debido a la sencillez y viabilidad de un motor que sólo requiriera la combustión de carburante para mover los pistones que, a su vez, alimentaban la transmisión.

Lo que no imaginaron los futurólogos del siglo XX: transporte ligero, ultracompacto y ecológico

Paradójicamente, los modelos conceptuales coches y medios de transporte personal que se imaginaron a mediados del siglo pasado para propulsar a la humanidad en el siglo XXI resultan hoy, como poco, ridículos. Si pudiéramos retroceder en el tiempo y mostrar a los autores de esos modelos conceptuales (coches voladores, coches con motor nuclear, etc.) de los 50 que el "motor del futuro" en el que se trabaja a principios del XXI es el motor eléctrico ya conocido -y desestimado entonces- desde principios del XX, probablemente no lo habrían considerado "moderno".

Su percepción del futuro y la modernidad desestimó el motor eléctrico porque, entonces, el uso de combustibles fósiles o energía nuclear no eran motivos de preocupación y se creía que la continua mejora de estas tecnologías crearía mejores máquinas.

El objetivo no consistía en producir vehículos más eficientes y menos contaminantes, aspectos tenidos en cuenta por la industria automovilística sólo a partir de la crisis del petróleo de 1973, especialmente en una Europa dependiente de la importación de petróleo procedente sobre todo de los países que habían conformado la OPEP.

Para los futurólogos de mediados del siglo XX, resultaría chocante que el transporte privado del futuro se haya encaminado hacia el uso de coches cada vez más compactos y menos contaminantes, con motores que se preparan para la propulsión íntegramente eléctrica.

Vehículo eléctrico personal: bicicletas eléctricas y Segway (y sus sucedáneos)

Pero sorprendería todavía más el éxito cosechado en los últimos años por la movilidad personal todavía más compacta y menos contaminante: motocicletas (que también inician su transición hacia modelos con motor eléctrico); bicicletas eléctricas; o bicicletas convencionales, que pasan de ser percibidas como un anticuado producto de recreo a constituir una pieza angular del llamado "transporte público individual" en las grandes urbes de Europa, Norteamérica y el resto del mundo.

Incluso se consolida un nuevo tipo de vehículo personal ultracompacto, con dos, tres o cuatro ruedas y capaz de transportar a una o dos personas, que empieza a usarse en determinados nichos de mercado, dada su extraordinaria movilidad en entornos urbanos muy densos, donde el automóvil o incluso la motocicleta generan problemas de movilidad y congestión.

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