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Generalidades De La Osteología


Enviado por   •  7 de Febrero de 2014  •  2.016 Palabras (9 Páginas)  •  576 Visitas

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Generalidades de la Osteología

La osteología es la parte de la Anatomía que estudia la estructura, las funciones y patologías de los huesos, quienes son piezas duras y resistentes de un color más o menos blanco, no inertes (comúnmente pensado por su apariencia exterior dura debido a las sales minerales que la integran). Por lo que esta rama se enfoca en todo el sistema óseo, encargado de sostener, proteger y mover al cuerpo; además de que dentro de él, se llevan a cabo procesos necesarios para el organismo como la homeostasis mineral y la producción de células sanguíneas.

Para poder estudiar los huesos de manera eficiente, se ha recurrido a diferentes modelos que apoyen en su enseñanza, existiendo dos tipos principales:

• Natural. Es aquel en el que los huesos se encuentran unidos entre sí, conservando sus elementos naturales (ligamentos, cápsula articular, sinovial, meniscos, etc.), pero que desgraciadamente no permiten la observación de las superficies articulares y pierden su forma y consistencia rápidamente.

• Artificial. Es aquel que presenta los huesos unidos entre sí por medios artificiales (alambres, goznes, etc.) cuyas piezas imitan, gracias a esos materiales los movimientos naturales de la articulación. En esta clasificación también se integra el esqueleto desarticulado, donde cada hueso se encuentra separado del adyacente, conservando sus posiciones y permitiendo la vista de las superficies de contacto.

Para preparar los huesos y los esqueletos artificiales se requieren cadáveres de individuos entre 25 y 30 años de edad y de diferentes técnicas para lograrlo. En primer lugar, se despojan de todas sus partes blandas con instrumentos de disección; en segundo lugar, y a través de la legra, se facilita la caída de las inserciones tendinosas y de los ligamentos. Posteriormente, las piezas se colocan en una solución saturada de cloruro de cal o se sumergen en peróxido de hidrogeno al 50% (durante 10-12 horas). Después son trasladados a una solución de cal común por 10 ó 15 días, para finalmente ser expuestos al sol en un lienzo por 20-30 días cambiando la posición para conseguir una desecación uniforme.

Otro método, más corto, para la maceración de los huesos es utilizando agua a alta presión, lo que precisa el empleo de tubos y llaves especiales, tardando de 2-3 días para posteriormente perforar las extremidades, haciéndoles pequeños orificios con el fin de arrastrar la sangre y grasa que contienen. Después se introducen en agua con cloruro cálcico a saturación, removiendo constantemente y renovando cada 2 ó 3 días para que, pasada una semana, se sometan a desecación solar.

De todas las regiones del cuerpo, el cráneo es el más complejo debido a que su desarticulación no es fácil: primero se debe retirar el encéfalo extrayéndolo por el orificio occipital y se macera por 2 ó 3 meses para despojarlo de sus partes blandas; de allí se introducen semillas de habas, maíz o garbanzo seguidas de agua caliente, lo que producirá el hinchamiento de las primeras logrando la desarticulación deseada, finalizando con el uso de pinzas y la cizalla. Los huesos de la cara y los que integran las orbitas oculares, pueden separarse de la misma manera, si se logran obstruir los orificios de comunicación de sus cavidades.

El estudio de la osteología en huesos humanos inició en el siglo XIV por Modini, pero no fue hasta el siglo XVI cuando se practicó en rigor alcanzando la perfección debida. Los antiguos médicos se ejercitaron gracias al empleo de huesos animales pero 4 siglos antes de la era cristiana inició la disecación de cadáveres por médicos griegos como Herophilus y Erasístrato. En el siglo II de nuestra era el esqueleto humano arreglado para su estudio surgió en la Escuela de Alejandría, aunque se encontraban preparados defectuosamente. Y no fue hasta 1673, cuando Simón Paulli, médico danés, preparó esqueletos sometiéndolos a la acción del ambiente, aunque posteriormente propuso la maceración en agua tibia por varios días seguida de un baño de lejía de sosa, cal viva, alumbre y cenizas de madera.

Desarrollo y Crecimiento de los Huesos

La osteogénesis u osificación es el conjunto de fenómenos histológicos, fisiológicos y anatómicos que conducen a la formación y crecimiento de los huesos hasta alcanzar la morfología y constitución en el adulto. Las piezas óseas inician su formación de tres maneras:

1. En medio conjuntivo.

2. En medio cartilaginoso.

3. En medio perióstico.

El proceso de osificación en las dos primeras maneras pasa por una fase preparatoria manifestada por la aparición de fibrillas conjuntivas que son la materia colágena, alrededor de las cuales se agrupan células conjuntivas o trabéculas cartilaginosas que después serán las trabéculas de la osificación, representando la segunda etapa que consiste en la impregnación de los elementos de estas últimas por la oseína (sustancia preósea, resultado de las sales calcáreas que llevan los vasos sanguíneos y que se deposita en el interior de las células) lo que inicia la aparición de los osteoblastos u osteocitos produciéndose la transformación citoplasmática de basófilo a acidófilo, que se realiza de forma progresiva, de tal forma que las trabéculas calcificadas se superponen constituyendo el crecimiento del hueso.

De cualquier forma, la osificación se debe a la actividad de capas de células embrionarias muy vascularizadas, conocidas como capas osteógenas. Las fibras de las membranas fibrosas sirven de tubérculas directoras del proceso de osificación, para la formación de la membrana del hueso y el engrosamiento de los huesos de cartílago.

Para todos los casos, la capa osteógena emite yemas, en forma tubular irregular, con un vaso sanguíneo en su centro. En el caso de la formación de un hueso de cartílago, las células embrionarias de las yemas, con actividad fagocitaria, reabsorben la sustancia cartilaginosa y las células del cartílago primitivo.

El principio de la osificación comienza por la colocación de las células embrionarias en las yemas en capas concéntricas alrededor del vaso sanguíneo central, depositándose entre ellas la sustancia ósea (constituida por una mezcla de osteína y sales calizas) originando un sistema de Havers, separados en un inicio por la sustancia cartilaginosa, hasta que se le incrustan sales calizas convirtiéndola en sustancia ósea.

Los cartílagos embrionarios ya tienen la forma de los huesos cartilaginosos a los que darán lugar y derivan del desarrollo del tejido conjuntivo embrionario, por lo que se dice que el esqueleto pasa por tres fases:

1. Estado

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