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La obesidad y el control de venta de productos chatarra en escuelas

Hasta el momento, una serie de ejercicios le han mostrado la aplicación de la teoría de la demanda y cómo por medio de ésta puede analizarse el comportamiento del consumidor. Sin embargo, en estos ejercicios se aplicaron solo algunas herramientas de manera aislada, por lo que el objetivo de este caso es que identifique el dominio que posee en los conceptos de demanda y su representación gráfica, así como la diferencia entre los factores que provocan un movimiento a lo largo de la curva de demanda y un desplazamiento de ésta, en una situación específica. De esta manera comprenderá mejor el comportamiento del consumidor.

Instrucciones: Lea con atención el caso a continuación y realice lo que se le solicita al final. Puede resolverlo de manera individual o en equipo, según las indicaciones del asesor.

La obesidad es una enfermedad crónica, resultado de malos hábitos alimentarios como el consumo elevado de refrescos, bebidas alcohólicas, tacos, tortillas, tortas y frituras, así como de la escasez de agua, frutas y verduras en la dieta y de ejercicio físico.

La OCDE reveló en su informe de 2010 que el país ocupa el primer lugar mundial en obesidad y sobrepeso, por encima incluso de los Estados Unidos. Dos de cada tres mexicanos tienen sobrepeso, así como una de cada tres mujeres, y uno de cada cuatro hombres son obesos, dice el informe.

A esta realidad se suma la que más preocupa a los expertos en salud y población. Hay 4.5 millones de niños con sobrepeso en México. Algunos datos relevantes son:

Cada mexicano consume más de 160 litros anuales de refresco gasificado por año.

Los adolescentes mexicanos pasan 14 horas a la semana frente a la televisión.

Los niños mexicanos gastan 20 millones de pesos anuales (aproximadamente 1.66 millones de dólares) en comprar alimentos chatarra en las cooperativas escolares.

El promedio de consumo anual de azúcar de un mexicano es de 48 kg, más del doble del promedio mundial (cifras de 2003).

El 12% de la población en pobreza tiene diabetes, con más del 90% de estos casos atribuibles a la mala alimentación.

Los programas individuales de prevención podrían evitar anualmente hasta 47,000 muertes por enfermedades crónicas. Asimismo, si las diferentes intervenciones combinaran una estrategia integral de prevención, las defunciones evitadas serían hasta 55,000. Un programa de asesoramiento a las personas obesas por los médicos de familia también daría lugar a una ganancia anual de más de 150,000 años de vida con buena salud.

Tabla 1

Evaluación económica de las intervenciones a nivel de la población

(efecto promedio por año)

Fuente: OCDE, mayo 2011

La prevención puede mejorar la salud a un costo menor que los tratamientos que ofrecen los sistemas de salud de la OCDE hoy en día. En México, todos los programas de prevención examinados serán rentables en el largo plazo en relación con las normas internacionalmente aceptadas, que corresponden aproximadamente a 640 000 pesos por año de vida ganado en buena salud.

Tabla 2

El coste por año de vida ganado en buen estado de salud derivado

de las intervenciones para combatir la obesidad

Fuente: OCDE, mayo 2011.

Es por ello que a partir del próximo ciclo escolar, en los más de 250 mil planteles de educación básica, públicos y privados, se dejará de vender refrescos, jugos industrializados, fritangas y algunos alimentos que sobrepasen las 400 calorías, como son las papas fritas y ciertos pastelillos, informaron las secretarías de Educación Pública y de Salud.

Ahora que conoce estos datos, se preguntará ¿cómo esta situación puede analizarse desde la microeconomía?

A continuación encontrará la relación que se establece entre la microeconomía y ciertos aspectos sociales.

Dos formas de reducir la cantidad demandada del consumo de alimentos altos en calorías en México

Dado el nivel de desorden alimentario actual y sus consecuencias sobre la salud, éste se ha considerado como un problema que requiere de atención especial y seguimiento. El gobierno de México ha intentado reducir la cantidad de alimentos altos en calorías que consumen los niños en la educación básica. A continuación figuran dos de estas propuestas:

1. Intervención en escuelas

Las campañas de sensibilización en las escuelas sobre la salud y la obesidad en niños y la prohibición sobre la venta y consumo de los alimentos chatarra son medidas que pretenden reducir la cantidad demandada de este tipo de alimentos.

Entre los productos que, aseguraron, no pasarán a los centros educativos están las papas fritas, pastelillos, jugos no naturales, tamales, gorditas, quesadillas fritas y palomitas con mantequilla. Tampoco se permitirá la venta de tortas, molletes, sopes, pizzas, hot cakes y tostadas que contengan grasas.

Algunos de los alimentos permitidos son el agua natural en todas sus presentaciones, jugos elaborados en casa, naturales y sin azúcar, palomitas naturales, cacahuates con cáscara, algún tipo de frituras de bajo contenido calórico como las deshidratadas, jugos de soya, leche descremada y yogur natural.

El secretario de Educación Pública precisó que para que se tenga éxito con estas medidas, será necesaria la participación y la educación de los padres de familia, ya que los más de 25 millones de estudiantes pasan el 20% de su actividad en las escuelas.

Más que la efectividad de la prohibición en sí, se pretende el despertar de la conciencia en este sentido desde edades tempranas, para así prevenir problemas futuros de salud pública que si actualmente representan un gasto de 67 mil millones de pesos, en el 2017 podrían alcanzar 160 mil millones de pesos.

2. Una tasa fiscal más alta

Tradicionalmente, los productos naturales o con baja cantidad de calorías son más caros que los panes y golosinas

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