Historia Del Derecho
maisato22 de Abril de 2014
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1. FILOSOFÍA DEL DERECHO
La filosofía del Derecho es una rama del Derecho y la filosofía que estudia los fundamentos filosóficos del Derecho como orden normativo e institucional de la conducta en sociedad.
EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO
El contenido de la filosofía del Derecho en un sentido amplio trata de aglutinar el estudio filosófico no ya sólo de la norma jurídica positiva, sino de todas las corrientes de pensamiento que sirven de fundamento al propio Derecho, entendido éste como el orden normativo e institucional de la sociedad. Sus campos de estudio se pueden dividir en:
• El estudio del Derecho como fenómeno y como ciencia, y de la norma jurídico-positiva en general (Teoría del Derecho). Como teoría crítica y como filosofía de la experiencia jurídica, la filosofía del Derecho debate y cuestiona los fines que persigue el Derecho, las funciones sociales que efectivamente cumple y los principios morales que la inspiran.1 Trata pues de las cuestiones filosóficas planteadas por el hecho jurídico, por la existencia y la práctica de las normas.2
• Relacionado con lo anterior, la epistemología, lógica y argumentación jurídicas.
• Historia de la filosofía del Derecho, iusnaturalismo y teorías de la Justicia; Las corrientes históricas de pensamiento filosófico jurídico-político que tratan de reflexionar acerca de diversos elementos jurídicos como el estado, la ley, el gobierno, la justicia, la propiedad, los derechos y la aplicación de un código legal por la autoridad; Qué son, por qué o incluso si son necesarios, qué hace a un gobierno legítimo, qué derechos y libertades debe proteger y por qué, qué forma debe adoptar y por qué, qué obligaciones tienen los ciudadanos para con un gobierno legítimo (si acaso alguna), y cuándo pueden derrocarlo legítimamente (si alguna vez). En definitiva, el estudio del pensamiento humano acerca de conceptos jurídicos y políticos.
• El fundamento filosófico de los derechos humanos.
• La relación del Derecho con la sociología, la antropología, la psicología, la moral, etc.
• El análisis económico del Derecho.
LA TEORÍA DEL DERECHO
Junto con el Derecho Natural, la parte más importante de la filosofía del Derecho lo ha constituido el estudio de la norma jurídica desde el punto de vista positivo (Iuspositivismo).
LA TEORÍA DEL DERECHO COMO CONCEPTO HISTÓRICO
La filosofía del Derecho aparece, con este preciso nombre, a finales del siglo XVIII e inicios del XIX. Hasta entonces, la reflexión de carácter filosófico sobre el fenómeno jurídico se había enmarcado dentro de la tradición de la filosofía política del Derecho Natural, bien de corte escolástico o racionalista. Al lado de las leyes positivas, el Derecho Natural se presentaba como un orden válido por sí mismo, evidente, e invariable, que constituía la regla última de toda comunidad humana. El Derecho Natural no es obra de los seres humanos, y no es producto de la historia.3
Frente a esta concepción, las corrientes iuspositivistas consideran a los ordenamientos jurídicos como creaciones humanas que se desarrollan y cambian en el tiempo histórico. El Derecho es siempre un sistema normativo e institucional efectivamente válido y vigente en un grupo social determinado. No es un orden lógico y racional, surgido de la naturaleza, sino un conjunto de normas de conducta elaborado artificialmente como respuesta a los conflictos y a las necesidades de una comunidad específica en un momento histórico.4
De este modo, durante la segunda mitad del siglo XVIII el concepto “Derecho Natural” va perdiendo su primacía y comienzan a aparecer numerosas obras en que la reflexión teórica sobre las instituciones jurídicas se reviste de otra terminología. En 1797 Kant emplea la expresión “teoría del Derecho”; en 1798 Gustav Hugo utiliza “filosofía del Derecho positivo”; en 1803 Jakob Friedrich Fries emplea “teoría filosófica del Derecho”, y el término “filosofía del Derecho” es empleado desde 1800 en adelante por autores como W. T. Krug, Chr. Weiss o Karl Christian Friedrich Krause.4 En 1821 Hegel publica en Berlín sus “Principios de la filosofía del Derecho”, que adquieren una resonancia decisiva.5
Las grandes cuestiones de la teoría del Derecho
• Ontología jurídica: habla de fijar el ser del derecho, es decir, cuál será el objeto sobre el que se va a filosofar; este objeto es anterior al conocimiento que se le aplica, es decir, tiene una realidad propia antes de ser estudiado. La ontología jurídica obtendrá un concepto del derecho que servirá como base para una reflexión filosófica posterior.
• Axiología jurídica: trata el problema de los valores jurídicos, es decir, dilucida sobre cuáles sean los valores que harán correcto un modelo de derecho o que primarán a la hora de elaborar o aplicar el derecho. Así, en los ordenamientos europeos no existe la pena de muerte; el valor consistente en que "el Estado no mate" es fundamental. De todos los valores del derecho, el más importante es el de "justicia"; tiene tanta importancia que algunos autores designan a la axiología jurídica como teoría de la justicia. Otro valor de gran alcance es la "seguridad jurídica".
• Filosofía jurídica existencial: tiene su razón de ser en el marco de la antropología, es decir, trata de poner de relieve la relación entre el hombre y la realidad jurídica; no podemos prescindir del hombre en la realización del derecho porque la humanidad es la que crea y aplica el derecho, aún más, crea y aplica a sí misma el derecho.
4. HISTORIA DE LA REGIÓN MEDITERRÁNEA
La historia de la región mediterránea es la de la interacción entre las culturas y las gentes de las tierras que rodean al mar Mediterráneo, la vía principal de transporte para el intercambio comercial y cultural entre los diversos pueblos hasta la llegada del ferrocarril y el transporte aéreo. El conocimiento de esta historia es importante para entender el origen y desarrollo de Mesopotamia, Egipto, Persia, Fenicia, así como el de los pueblos judío, griego,latinos (Italia, Francia, España y Portugal), árabes y la cultura otomana, y por lo tanto es necesario para comprender el posterior desarrollo de la civilización occidental.
PRIMERAS CIVILIZACIONES
La fértil zona del Mediterráneo oriental vio nacer el Neolítico en occidente y crecer las primeras civilizaciones. La primera fue Sumeria, que surgió en Mesopotamia en el IV milenio a. C., y poco después el valle del Nilo se unía bajo los primeros faraones; la civilización se extendió rápidamente por el Levante, (Siria, Líbano e Israel), un área de similar geografía y clima que facilita el crecimiento de plantas anuales con semillas comestibles y con una mayor productividad a lo largo de las estaciones que las plantas perennes. En el Creciente se encuentran las plantas que fueron más importantes en el neolítico, como el farro, trigo, cebada, lino, garbanzo, guisante, lenteja o el yero, y allí comenzó la domesticación de cinco especies de animales: la vaca, la cabra, la oveja, el cerdo y el caballo.
Más tarde, se desarrollaron los grandes imperios de Asia Menor, como el asirio y el hitita. La expansión se retrasó hasta que fueron capaces de construir barcos apropiados para cruzar el mar, al tiempo que se desarrollaban las sociedades en Chipre y otras islas, y en Creta florecía la civilización minoica. Mientras que en las primeras épocas prosperaron las ciudades situadas junto a los ríos, las sociedades situadas en la costa se enriquecieron posteriormente con el comercio marítimo, consiguiendo mayor poder.
Edad antigua
Los más notables fueron las ciudades estados griegas y fenicias. Los griegos se extendieron a través del mar Negro y al sur hasta el mar Rojo. Los fenicios exploraron el Mediterráneo occidental, incluyendo el norte de África y la Península Ibérica. El núcleo fenicio en el Levante estaba dominado por los reinos arraigados al este, en Mesopotamia y Persia, y los fenicios proporcionaban a menudo las fuerzas navales del aqueménida.
Al norte de Grecia continental, en Macedonia, la habilidad tecnológica y de organización griega se forjó a través de diferentes guerras, en las que vencían gracias a la caballería. Bajo el mando de Alejandro Magno, esta fuerza se encaminó al este, y en una serie de tres batallas decisivas, derrotó a las fuerzas persas y tomó su imperio, que incluía Egipto y las tierras fenicias. Con ello, los centros principales del Mediterráneo se convirtieron en parte del imperio de Alejandro. Su imperio no le sobrevivió, y el Oriente Medio, Egipto, y Grecia fueron otra vez independientes, pero las conquistas de Alejandro difundieron los conocimientos y las ideas griegas a través de la región.
Véase también: Helenización
La región mediterránea oriental fue eclipsada en el 220 a. C. por los pueblos del oeste. En África del norte, la colonia fenicia de Cartago creció hasta dominar sus alrededores con un imperio que mantuvo muchas de las características fenicias. Sin embargo, fue una ciudad en la península italiana, Roma, la que dominaría toda la cuenca mediterránea.
Expandiéndose primero a través de Italia, Roma derrotó a Cartago en las Guerras Púnicas, convirtiéndose en la fuerza principal de la región. Los romanos pronto invadieron el este que regía Grecia, y la herencia griega desempeñó un papel importante en el Imperio romano. En esta época las culturas costeras que se dedicaban al comercio habían dominado sobre los valles interiores que habían sido la cuna de las grandes civilizaciones.
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