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Historico De Discapacidad


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2014  •  1.773 Palabras (8 Páginas)  •  341 Visitas

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DEL EXTERMINIO A LA EDUCACIÓN INCLUSIVA:

UNA VISIÓN DESDE LA DISCAPACIDAD

Gilda Aguilar Montoya (gaguilar2003@yahoo.com)

Departamento de Educación Especial / Ministerio de Educación Pública.

V Congreso Educativo Internacional:

De la educación tradicional a la educación inclusiva

Universidad Interamericana

Julio-2004

RESUMEN

Este artículo analiza la influencia de las diferentes concepciones hacia la discapacidad presentes a lo largo de la historia humana y sus repercusiones en la educación ofrecida las personas con discapacidad; asimismo la influencia de enfoques centrados en los derechos humanos surgidos en la historia más reciente y su impacto en grupos poblacionales sistemáticamente excluidos. Además, plantea algunas reflexiones de nuestro papel como actores sociales en la ruta a seguir de una educación tradicional a una educación inclusiva.

INTRODUCCIÓN

El concepto de discapacidad ha evolucionado a lo largo de la historia, consecuentemente la concepción acerca del tipo de educación que deben recibir las personas con discapacidad también. Como referente explicativo de esta evolución existen tres modelos que pueden ubicarse en diferentes momentos históricos: el tradicional, rehabilitador y el de autonomía personal, entendiéndose los mismos inmersos en las corrientes económicas, políticas y de organización social propios de la época.

Para una mejor comprensión de lo expuesto a continuación, es necesario entender que estos modelos no se han sucedido de una forma estrictamente escalonada, con un principio y fin claramente delimitado, sino más bien que en las prácticas cotidianas derivadas de los mismos subyacen y coexisten componentes de cada uno, incluso a contrapelo de resultar contradictorios.

Es el propósito de este texto en primer término, hacer un recorrido a lo largo de la historia de la humanidad para enmarcar dentro de la misma, los diferentes enfoques y percepciones hacia la discapacidad que han existido y cómo también estos han influido directamente en diferentes abordajes educativos e incluso en algunos movimientos pedagógicos. Y quizá, lo más importante es contribuir a una revisión de nuestra propia práctica educativa, develando bajo cuál modelo estamos trabajando o bien, hacia cuál estamos avanzando.

1. EL MODELO TRADICIONAL

1. 1. La muerte, la caridad y el asistencialismo.

La historia de la humanidad ha sido testigo de como las personas con discapacidad han sido excluidas, rechazadas y marginadas por los miembros de su propio grupo social. Esta valoración de la capacidad individual de las personas ha generado distintas expectativas y una conciencia social al respecto, de ahí la necesidad de evidenciar cómo estos acontecimientos y concepciones científicas han influenciado la educación en general y particularmente la educación de las personas con discapacidad.

Una de las referencias más antiguas con respecto a la discapacidad, se ubica en la sociedad espartana durante los siglos X – IX a.c, durante la cual, las leyes permitían que los recién nacidos con signos de debilidad o algún tipo de malformación se lanzaran desde el monte Taigeto .

Más tarde, durante la Edad Media la iglesia condena el Infanticidio, alentando a su vez la idea de atribuir a causas sobrenaturales las “anormalidades” que presentan las personas: por tanto se les considera poseídas por el demonio y otros espíritus infernales; sometiéndolas incluso a prácticas exorcistas y en algún caso a la hoguera. Entretanto, en este largo periodo la influencia de la iglesia fue muy importante, ya que a partir de esta institución se genera una actitud bastante negativa hacia las personas con discapacidad, debido a que se les deja de ver como inocentes del Señor para ser visualizados como productos del pecado y del demonio. (Arnaiz, 2003)

1. 2 El asilo como forma de redención

Particularmente, con la aparición del cristianismo, las practicas de exterminio como pruebas del rechazo social hacia la persona “deforme” o “lisiada” evoluciona hacia ciertos estilos de redención, de tal manera que a las personas con discapacidad se les permite “vivir”, pero son asumidas como objetos de caridad, pues son dolientes y pobres portadores de los males de la sociedad. De forma invariable, el destino para aquellas que lograban sobrevivir y llegar a la etapa adulta era la feria, el círculo de bufones, la mendicidad o el asilo de la Iglesia. (Bautista, 1993; Astorga, 2003).

Posterior al Renacimiento, los asilos pasan a manos del Estado, surgen los hospitales reales y se crean las condiciones para que con la llegada de la Ilustración, se le asigne un nuevo puesto a los pobres y a los “inútiles” : convirtiéndolos en sujetos de asistencia. Sánchez y Torres (2002) señalan que en es el siglo XV, cuando se funda la primera institución dedicada a la asistencia de enfermos mentales, el Hospital d' Innocents Fol y Orats, creado por el Fray Gilabert Cofre, el cual recogía a modo de asilo a huérfanos e inocentes .

Sin embargo, el asilo como una forma de redención solo evitaba la muerte, porque por ejemplo, en el caso de las personas con discapacidad mental durante los siglos XVII y XVIII, eran ingresadas en orfanatos, manicomios, prisiones y cualquier otro tipo de institución estatal.

1. 3 La institucionalización

Es a finales del siglo XVIII, cuando se inicia una reforma de las instituciones a favor de una orientación asistencial y un tratamiento más humano hacia las personas con discapacidad, situación que se ve influenciada por movimientos y acontecimientos sociales como la Revolución Francesa de 1789.

Posteriormente, en el siglo XIX con el neopositivismo, para Astorga (2001) se añade un nuevo matiz a éstos enfoques racionalistas del siglo anterior y la persona con discapacidad pasa de ser un sujeto de asistencia a un sujeto de estudio, fundamentalmente psico-médico-pedagógico, lo cual influenció en forma muy importante la visión de la educación de las personas con discapacidad.

Durante este período, la sociedad hace conciencia respecto a la necesidad de atender a estas personas, aunque a esta atención en un principio se le dé un carácter más asistencial que educativo. El análisis de las acciones que se llevaron a cabo en ese momento indica la presencia de concepciones acerca de la necesidad de proteger a la “persona normal” de las que no lo eran: las personas con discapacidad solo podrían traer daños y perjuicios a la sociedad. Por eso, la consigna en esta época era proteger a la sociedad de estas personas, para lo cual construyeron centros especializados para ubicarlos fuera de las ciudades, donde no molestaran ni se vieran.

Si bien esas prácticas se amparan en la idea que esos centros eran un entorno más adecuado para ellos, en la realidad, el resultado de esta concepción se traduce en la misma práctica: a la persona con discapacidad se le separa, se le segrega y se le discrimina.

La práctica de la institucionalización especializada de las personas con discapacidad es posible ubicarla a partir de finales del siglo XVIII e inicios del XIX, siendo considerada de alguna forma como el inicio de la Educación Especial.

En este punto es necesario rescatar que a mediados del siglo XIX, se observan dos corrientes diferenciadas, la que sigue proporcionando un tratamiento médico-asistencial en los centros especializados mencionados previamente, y por otra, la que se apoya en la línea educativa iniciada por Itard, basada en una pedagogía curativa y rehabilitadora consolidada después por Seguin (Sánchez, 2002).

A Jean Itard se le atribuye un abordaje innovador para la época, distinto al médico-patológico imperante en aquel momento. Mediante su trabajo con el niño salvaje de Averyon (1800-1806), plantea la posibilidad de aprendizaje de las personas deficientes, al reconocer la modificabilidad de la conducta, marcando así los principios de la educación sensorial y del estudio individual de cada caso.

No obstante, la situación de institucionalización se prolongará hasta mediados del siglo XX, entre otras razones por:

• Lo arraigado de las actitudes negativas hacia la discapacidad.

• El uso y abuso de la psicometría.

• La alarma eugenésica que al extenderse a las ciencias políticas y sociales proporcionó una visión de las personas con retraso mental, como sujetos que destruirían el vigor de la especie humana, al considerarlos inferiores. De ahí que se admitiera su extinción al aplicárseles resultados de transmisión genética obtenidos de animales y plantas. (Bautista 1993, Arnaiz 2002)

1. 4 Los centros de Educación Especial

La aparición y el aumento de niños “débiles mentales” unido a la obligatoriedad de la escuela, inician a dar como consecuencia, el desarrollo de una clara tendencia social a definir que los sujetos que no son capaces de adaptarse a las exigencias escolares de las escuelas normales, son la población a ser atendida por la educación especial, lo que pone de manifiesto que la escuela ha sido selectiva desde sus orígenes.

en las propuestas de atención para esta población se comienza entonces a perfilar una concepción más de tipo médico-educativa, también influida por las teorías clásicas de la organización dicen que, el fin último de la organización escolar es lograr el rendimiento y eficacia en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En ese contexto, toma fuerza la idea de que la necesidad de establecer una agrupación homogénea de alumnos con capacidades y deficiencias semejantes, así como la especialización de la enseñanza en función de dichas características; ya para Grau (1998, 20)”este modelo supone la creación de centros diferentes para cada tipo de deficiencia, donde se desarrolla una enseñanza especializada en cuanto profesores, recursos, instalaciones, etc.” Modelo que sigue teniendo vigencia en muchos países, incluido el nuestro.

Una de las consecuencias más graves que ha tenido y sigue teniendo esta propuesta educativa, aparte del desapego familiar , es que la socialización se ha visto muy parcializada, la única posibilidad de socialización es con otras personas con discapacidad, unos cuantos docentes y sus familiares. Además, lo más triste es que una vez que terminado el proceso escolar estos regresan a sus comunidades o bien deben pasar mayor tiempo en ellas, y no son concebidos y aceptados como parte de estas. No tienen ningún vínculo con esas comunidades, la gente no los conoce, nunca han interactuado y participado en la vida social de sus comunidades de referencia.

Pese a las diferencias en los momentos descritos hasta ahora, en todos ellos se pueden observar los elementos comunes al modelo tradicional: la marginación, la discriminación, la dependencia y la subestimación de las personas con discapacidad, quienes no son considerados como sujetos con iguales derechos que el resto de las personas que componen la sociedad.

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