Informe Sobre Ciencias Sociales En La Escuela: Sentidos De La Enseñanza" El Autor Isabelino A. Siede

En el capítulo 1 del texto “Ciencias Sociales en la escuela: sentidos de la enseñanza” el autor Isabelino A. Siede habla de lo difícil que es saber que Ciencias Sociales se enseña en la escuela. Sumado a esto, hace mención a una serie de relatos de jóvenes que cursaron la escuela primaria en los años ochenta y noventa, por lo cual destaca que no debe interesar juzgar a los maestros de estos alumnos, sino que esto nos debe permitir formular un interrogante sobre nuestra tarea cotidiana: ¿Qué queda de lo que enseñamos?

También plantea que estudiar Ciencias Sociales implica acercase a la realidad social para poder comprenderla y formar parte de ella, de este modo, requiere ampliar y confrontar las socializaciones primarias de los grupos de referencia de cada estudiante.

Asimismo, el diseño curricular de la Ciudad de Buenos Aires hace referencia que al hablar de esta disciplina estamos haciendo referencia a una construcción didáctica que agrupa los contenidos que dan cuenta del estudio de la sociedad, desde múltiples dimensiones.

En este capitulo se encuentra presente una pregunta un poco utilitaria pero tan radical: ¿Por qué y para qué enseñar Ciencias Sociales? Isabelino menciona que de los contenidos que se incluyen en el área, interesa entender la realidad social, esto implica la actualidad como el pasado y la prospectiva, tanto los espacios cercanos y lejanos. Además, encontrar herramientas para participar en ella, incidiendo en sus cambios, recuperando sus legados, atravesando sus dilemas, reconociendo problemas y desafíos. Al mismo tiempo, describió que el objeto de enseñanza es la realidad social y que se ha convertido en el objeto de conocimiento de diferentes disciplinas.

Además de esto, argumenta que las Ciencias Sociales han llegado a la escuela en respuesta a finalidades políticas, tales como formar al ciudadano para moldear las identidades y establecer valoraciones compartidas. Por eso, dice que uno de los desafíos de la escuela es mantenerse cerca del ritmo y los avances de la producción científica para que las ciencias escolares sigan siendo tales y no devengan en discurso sin fundamento.

El escrito concluye planteando que se habrá cambiado el para qué de la enseñanza cuando los alumnos recuerden y puedan afirmar que en las clases de Ciencias sociales siempre tenían que pensar mucho, descubrían cosas nuevas, comenzaron a preguntarse en qué mundo vivían, etc. Quizás para lograr esto no falte mucho pero debemos comenzar a trabajarlo.

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