LA SABILA
Sandrap150319 de Febrero de 2014
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Proyecto De La Sabila
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, los humanos han recurrido a las plantas lo mismo como alimento que como medicina, incluso para embellecerse. Desde los pobladores primitivos que buscaban la corteza del sauce para usarla a manera de aspirina, hasta la civilización moderna que recurre a la penicilina antibiótica procesada a partir de simple moho de pan, los humanos siempre han hecho un buen uso de las plantas curativas y buena prueba de ello, es el hecho de que aún hoy, como ayer, muchos fármacos y cosméticos proceden del reino vegetal.
Es por ello que, el estudio de dichas reino, nos han permitido conocer el origen, las propiedades y el poder curativo de muchas plantas, principalmente de la sábila.
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
1.1. Planteamiento del Problema
Las plantas se utilizan desde el principio de los tiempos para proporcionar belleza y salud. También desde tiempos inmemoriales el hombre ha tratado de conseguir por otros medios imitar el poder de los activos naturales de las plantas y desde el siglo XIX, la química, los ha ido sustituyendo con preparados médicos, más fáciles de elaborar, almacenar, transportar, dosificar y administrar.
En los últimos tiempos se ha vuelto la vista de nuevo a las propiedades de las plantas para curar o sencillamente para mejorar la salud, la belleza o el bienestar.
Por lo que, recurrir a las propiedades cosméticas de las plantas medicinales para conservar una piel sana es tan antiguo como la humanidad.
Por tal motivo, se quiere determinar el porqué de las propiedades y beneficios medicinales de la sábila como mascarilla facial.
1.2. Formulación del Problema
Determinación y comparación de los factores que inciden en la sábila como mascarilla facial.
1.3. Objetivo General
Determinar y comparar las características medicinales de la sábila como mascarilla facial.
1.3.1. Objetivos Específicos
1.- Identificar las propiedades curativas y cosmetológicas de la sábila
2.- Conocer la importancia de la sábila como planta medicinal.
3.- Establecer y comprender los principios activos de la sábila que beneficia al cuerpo humano.
4.- Adquirir el conocimiento básico acerca de las propiedades medicinales de la sábila.
1.4. Justificación
La recopilación de información referida a las características medicinales de la sábila, es con el fin de proyectar e interpretar las propiedades de la planta, así como de evidenciar el uso de sus agentes activos como mascarilla facial.
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
2.1. Antecedentes de la Investigación
Si se investigan los antecedentes históricos de la sábila, se podrá notar que su estudio está bien documentado ya que, el uso de la planta se remonta a los orígenes de la humanidad.
Los chinos fueron los primeros en usar la sábila y en el antiguo Egipto era comúnmente utilizado y se referían a la sábila como la planta de la inmortalidad incluyéndolo entre los regalos funerarios enterrados con los faraones.
Se ha escrito que Alejandro Magno conquistó la isla Socotora en el sur de Arabia, porque en ella había gran cantidad de sábilas que servirían para la curación de heridas y enfermedades de sus soldados durante las campañas.
También, Cleopatra usaba diariamente la sábila como ingrediente esencial en sus cuidados diarios. Ya, en el siglo I de nuestra era, Dioscórides lo describió intensamente en su herbario griego por sus virtudes medicinales y cosméticas.
Existen documentos históricos de los romanos, griegos, hindúes, árabes y otros pueblos de climas cálidos, que comentan sus virtudes medicinales y cosméticas.
Los Franciscanos españoles la trasladaron desde nuestras tierras a América, seguramente a la isla Barbados, de donde viene su actual nombre científico ALOE BARBADENSIS.
En España, a lo largo de la ribera del Mediterráneo, el Aloe fue un elemento esencial en la medicina popular, hasta que el empleo generalizado de la farmacopea moderna lo relegó al olvido junto a la mayoría de las plantas medicinales.
Durante la II Guerra Mundial se redescubrió su valor terapéutico. Las quemaduras causadas en las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki por las explosiones atómicas, se curaron más rápidamente con el aloe y en muchos casos sin dejar señales ni cicatrices.
En la actualidad, y por sus características como regenerador celular y otras particularidades medicinales, ha despertado el interés de muchos países para su estudio y su aprovechamiento. Por ser la sábila una especie susceptible de adaptarse y ser propagada en las zonas áridas y semiáridas, presenta un gran potencial como generadora de una actividad económica de importancia en tales regiones.
2.2. Bases Teóricas
La sábila es un género de plantas suculentas de la familia Asphodelaceae con alrededor de 400 especies. Es nativo de las regiones secas de África y Oriente Medio, aunque se halla difundido en todo el mundo en la actualidad.
Los miembros de los géneros Gasteria y Haworthia, que tienen un modo de crecimiento similar son, a veces, cultivados y popularmente conocidos como aloes. Otra familia generalmente confundida con los aloes son las agaváceas, pero se diferencian de éstas en que sus hojas jóvenes no se agrupan de forma cónica y su escapo no es terminal y la planta no muere después de la floración.
2.2.1. Características
La mayoría de las especies forman una roseta de grandes hojas carnosas y gruesas que salen de un tallo corto (en algunas especies es muy largo e incluso ramificado). Estas hojas son normalmente lanceoladas con un afilado ápice y márgenes espinosos, los colores varían del gris al verde brillante y a veces están rayadas o moteadas. Las flores tubulares, con colores desde amarillo, anaranjadas o rojas, nacen en un tallo sin hojas, simple o ramificado, agrupadas en densos racimos (inflorescencias). La sábila son plantas que se reproducen por polinización cruzada y se multiplica por semilla o por retoños.
Muchas de las especies aparentemente no poseen tallo, surgiendo la roseta directamente a nivel del suelo; otras variedades pueden tener o no tallos ramificados de donde brotan las carnosas hojas. Algunos de las sábilas nativas de Sudáfrica tienen largos troncos, lo que les da el aspecto de árboles.
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Este género tiene la capacidad de conservar el agua de lluvia, lo que le permite sobrevivir durante largos períodos de tiempo en condiciones de sequía.
Después de tres años de vida de la planta, el gel contenido en las duras hojas verdes externas está al máximo de su contenido nutricional.
2.2.2. Hábitat, Distribución y Composición
Se crían cerca de 200 especies en las laderas soleadas, en lugares rocosos y pedregales de Europa, Asia, África, América. Por lo general es fácil encontrarla en los mercados de hierbas y de plantas medicinales.
Las hojas de la sábila producen un jugo cuajado en una masa sólida, de color muy oscuro y un tanto amargo, llamada acíbar. Generalmente se obtiene dejando fluir el licor que se escurre de sus hojas cortadas transversalmente, por la cortadura de las cuales rezuma. Este licor se deja que se concentre y se vaya espesando por el calor del sol o con el calor artificial.
Según cuál sea el proceso de secado, el acíbar adopta colores que irán desde el marrón rojizo hasta el negro, en forma de terrones similares al barro seco, frágiles, de fractura concoide, a los que hay que proteger de la humedad. La composición del acíbar varía según el tipo de sábila del que proceda, la época de recolección y la forma de elaborarlo.
Contiene del 6 al 10% de agua y los de mayor calidad dejan un 2% de cenizas. Lo que más varía es la cantidad de resina, que oscila entre el 40 y el 80%. Esta resina que no tiene importancia farmacológica es un éster del ácido paracumaico y un alcohol resínico, el aloerresinotanol. Además, el acíbar contiene hasta el 20% de aloínas. Por hidrólisis, las aloínas dan emodina que es el constituyente activo del acíbar.
La sábila contiene también aloemicina, de gran poder antiinflamatorio y analgésico, y aloeuricina, cuya propiedad es activar y fortificar las células epiteliales, lo que la hace de mucha utilidad en las úlceras gástricas y estomacales. Contiene gran cantidad de aminoácidos como son la valina, metionina, fenilalanina, lisina y leucina.
Posee además al polisacárido lignina, el glucomannan y otros glúcidos como la pentosa, galactosa y los ácidos urónicos que proporcionan una profunda limpieza de la piel, pues penetran en todas sus capas, eliminando bacterias y depósitos grasos que dificultan la exudación a través de los poros.
Entre los elementos constitutivos figuran el yodo, cobre, hierro, zinc, fósforo, sodio, potasio, manganeso, azufre magnesio y gran cantidad de calcio. Es una de las pocas especies que contienen vitamina B12, además de vitaminas A, B1, B2, B6 y C. Contiene fuertes proporciones de germanio que actúa como filtro depurador del organismo, elimina los venenos y desechos de las células, reestructura y revitaliza la médula ósea, reactiva el sistema inmunológico,
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