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LAS LLAVES DEL REINO INTERNO.


Enviado por   •  9 de Mayo de 2013  •  Síntesis  •  1.168 Palabras (5 Páginas)  •  416 Visitas

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LAS LLAVES DEL REINO INTERNO.

Antes del Principio existía el Cero (0). En el principio existió el uno (1).

La Eterna Letra "O" envolvía la Eterna Letra "I".

El seno Ilimitado de la circunferencia ocultaba el Eterno Radio.

Antes del principio existía el Verbo sin manifestación porque no había llegado el principio.

La "I" era envuelta en la "O"; el Saber en el Poder y la Inteligencia en la Imaginación.

Había el Espacio, pero vacío de la Forma.

Había el "AQUELLO", pero no había el "AQUEL".

La duración envolvía el tiempo; la Conciencia envolvía la Mente; el Pasado contenía el Futuro, el

Número estaba preñado del Fenómeno.

No había la Trinidad porque no se manifestaba la Unidad; no existían los Siete, porque no existía la

Trinidad; no se manifestaban los Doce por la ausencia de los Siete. Con todo, los Doce yacían en los Siete, los Siete en los tres, los tres en el UNO y el UNO en el NO SER.

La Circunferencia sin límites absorbía el Todo: Padre, Madre, Hijo, Espíritu, Alma, Cuerpo; Esencia, Sustancia, Materia. La Esencia había aspirado la Sustancia, la Sustancia inhaló la Materia, la Infinita Circunferencia absorbió al TODO. Espíritu, Alma y Cuerpo tenían el Ser en el No Ser, sin embargo, nada Existía.

No había perfección porque no había Manifestación. No había aroma porque no había flor.

No había la creación porque no había la necesidad. No había el efecto porque no se manifestaba la CAUSA. Había la Inspiración o la Inhalación retenida sin la Respiración Exhalada.

La Existencia palpita en el seno de la no Existencia; el Futuro visible en lo Eterno Invisible.

No era la Nada en la Nada; era el Ser en el No Ser.

La causa sin causa envolvía la existencia. La Oscuridad Luminosa absorbía la Luz oscura; la

Eternidad envolvía los tiempos. En el Útero de la Eternidad se movían las tinieblas porque era hora de dar a Luz: EL HIJO.

La Luz Absoluta era Tinieblas; el poder Absoluto era inacción.

No había Principio porque no existían principios; ni polaridades porque no existía el centro.

No había el poder Imaginativo, IMAGINACION, para manifestar su espíritu creado: no vibraba el

Espíritu para emanar el Alma; no existía el saber para modelar el cuerpo.

Esto fue Antes del Principio.

En el principio el Uno asume en el Cero y Forma todos los números.

En el principio la Eterna letra "I" se manifiesta en la "O" y el YO forma todo el Cosmos.

El Radio se traza en la Circunferencia y mide la Eclíptica. "En el Principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y por el Verbo, todo lo que es hecho fue hecho."

El Aquello manifestó el Aquel y la forma ocupó el Espacio. El tiempo midió la duración; la mente vislumbró la conciencia y el Noúmeno alumbró el Fenómeno.

El UNO dividió el Cero en Dos formando las dos polaridades para convertirse en ellas en Trinidad.

La Trinidad emanó los Siete, de los Siete brotaron los Doce y el No Ser se hizo Ser; sin embargo, el No Ser sigue oculto en el Ser, los Doce en los Siete, los Siete en los Tres y los Tres en el Uno Yo.

La Eterna Letra "O" exhaló de sus entrañas la Eterna letra "I-O" y la "I" centro de la "O" forma dos polaridades: Atracción y Repulsión; pero la causa de la atracción y de la repulsión se mueve en la línea recta y las tres fuerzas: extensión, repulsión y atracción forman la "A" o triángulo dentro de la

"O"

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