La Eutanasia

Título: La Eutanasia: artificial, pero aún así, vida.

"La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor."

-Séneca

Exordio:

¿Qué harías tú si tu papá o tu mamá se encontraran en una situación como la siguiente: a causa de un accidente han quedado en coma y tú eres el único con la responsabilidad de decidir si se mantiene viviendo artificialmente o muere?

Proposición:

En los últimos años ha habido un considerable debate sobre la moralidad de la aceptación de la eutanasia. Pero, ¿cómo podríamos nosotros tomar decisiones sobre la vida de alguien más? Mi propuesta es que nos informemos bien sobre el tema y nos pongamos en el lugar de nuestro familiar o el paciente que está sufriendo y de acuerdo a las circunstancias en las que se encuentre, actuemos.

División:

En el siguiente texto primero presentaré la definición de eutanasia y algunos antecedentes, en segundo lugar los argumentos a favor de mi postura; tercero, trataré de aclarar algunas objeciones sobre ella y respecto a mis argumentos; cuarto, daré mi opinión sobre algunas dudas u objeciones; quinto, intentaré refutar los argumentos contrarios; sexto, haré una breve recapitulación y finalmente haré mi conclusión.

Narración:

La palabra eutanasia viene del griego: eu = bueno, thanatos = muerte, es decir, "buena muerte". Término que ha evolucionado y actualmente hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de minimizar su sufrimiento.

La eutanasia, es un tema de debate recurrente en la actualidad, ha sido fenómeno de discusión desde la aparición (y constante evolución) de la tecnología médica. Debido a que el desarrollo de esta ciencia ha empezado a ser parte de nuestras vidas, es que el rol del médico y del paciente ha cambiado. Es así que se comienza a cuestionar hasta qué punto es razonable y moralmente correcto, prolongar la vida de una persona, así como también, qué se debe priorizar: la calidad de vida de un individuo o el tiempo de esta misma.

Argumento principal:

Estoy a favor de la eutanasia porque todo ser humano tiene el derecho de morir en paz y con dignidad, también considero que es importante conocer las condiciones en las que es aceptable que una persona siga viviendo.

1. En algunas circunstancias vivir es peor que morir, ya que el sufrimiento y el dolor causado por una enfermedad terminal o accidente pueden hacer la vida tan agonizante y difícil de llevar que la muerte puede parecer un “acto humanitario”.

2. La vida pierde toda calidad y significado, de forma que la muerte es preferible.

3. El respeto por la autonomía de las personas requiere el reconocer su derecho a decidir cómo vivir sus vidas. Esto incluye el proceso de la muerte y la habilidad de elegir el destino propio.

4. No es digno prolongar la vida de un paciente, la cual ya no depende de él, sino de aparatos y costosos medicamentos que han convertido su vida en una vida artificial.

5. La intención de la eutanasia no es matar al enfermo por medio de fármacos para entonces aliviarle sus sufrimientos, sino la de aliviarle sus sufrimientos por medio de medicinas adecuadas, aún corriendo el riesgo de que la muerte se aproxime más rápidamente por ello o que pierda la consciencia, parcial o completamente, siempre y cuando haya graves motivos.

Subargumentos:

En primer lugar, todos tenemos el derecho a disponer de nuestra propia vida, en uso de su libertad y autonomía individual.

En segundo lugar, una vida en determinadas condiciones puede resultar indigna. Para el enfermo terminal, el sufrimiento puede ir más allá del dolor como resultado de las condiciones en que se encuentra y éstas hacer la vida insoportable, como por ejemplo: la progresiva pérdida de movimiento y actividad, la pérdida de libertad asociada con la dependencia de otros, molestias físicas como náuseas o vómitos, la incapacidad de tragar o de hablar, el miedo a morir, la incontinencia, la debilidad, la pérdida de la dignidad personal, la demencia, etc.

En tercer lugar, no debe intentarse prolongar la vida cuando ésta no se pueda vivir, es decir, de los deficientes psíquicos profundos o de los enfermos en fase terminal, ya que se trataría de vidas que no pueden llamarse dignamente humanas, sino haciendo del paciente un caso clínico interesante.

En cuarto lugar, el ser humano es por sí mismo digno, por lo tanto

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