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La Increíble Maquina Humana


Enviado por   •  4 de Octubre de 2011  •  2.855 Palabras (12 Páginas)  •  11.038 Visitas

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La increíble maquina humana

El documental recreativo de National Geographic, nos muestra lo maravilloso del cuerpo humano, ya que este depende de múltiples sistemas de control para autoregularse tales como la excreción, defensa, regeneración, etc., con el fin de encontrarse en un óptimo estado de salud y bienestar.

Para ello, la primera barrera con la que cuenta el cuerpo humano es la piel, ella cubre y protege todo lo que el cuerpo tiene en su interior, sin la piel, los músculos, los huesos y los órganos del cuerpo humano, no estarían en su sitio correspondiente sino dispersos sin ningún orden. La piel está formada por tres capas, cada una con sus correspondientes partes importantes. La capa externa se denomina epidermis, y es la parte que podemos observar. En la base de la epidermis, se encuentran en generación nuevas células, cuando las células estén formadas, ellas se comenzaran a dirigir a la superficie de nuestra epidermis. Este recorrido dura entre dos semanas o un mes aproximadamente. Brevemente, se desprende de nuestros cuerpos en forma de escamillas. Y aunque no podemos ver este proceso, cada minuto del día perdemos aproximadamente de 30,000 a 40,000 células muertas de la superficie de nuestra piel, que corresponde al 80% del polvo en nuestros hogares. Esto representa alrededor de 4 Kg de células muertas cada año. Del 100% de nuestra piel, el 5% se dedica a la formación de la melanina. La melanina otorga a la piel su color característico. Cuanto más oscura sea la piel, mayor cantidad de melanina genera nuestro cuerpo. Al mismo tiempo la piel nos ayuda a regular la temperatura corporal a unos cómodos 37 ºC que son los que necesita nuestro cuerpo y células para mantenerse sanos, para ello, si estamos corriendo durante un día caluroso, nuestros vasos sanguíneos reciben la señal del hipotálamo para deshacerse del calor que el cuerpo genera, y lo hacen suministrando sangre cálida muy cerca de la superficie de tu piel. Esta es la razón por la que algunas veces nuestro rostro se enrojece cuando realizamos una actividad física. Para refrescarte, las glándulas sudoríparas entran en acción produciendo mucho sudor para deshacerse del calor corporal en el aire. Cuanto más caliente estés, más sudor tus glándulas sudoríparas producirán. Una vez que el sudor entra en contacto con el aire, éste se evapora de nuestra piel, para refrescarnos.

Además de la piel que nos protege del exterior, otro órgano que nos ayuda a sobrevivir es el sentido de la vista, ya que permite percibir la forma de los objetos a distancia, y también a su color. La luz que llega a ellos es captada por una capa sensible, la retina, que manda la imagen al cerebro para ser interpretada. También cuenta con la pupila que es el diafragma del ojo. Los músculos del músculo ciliar que tienen forma circular y de radio, la abren o la cierran en función de la luminosidad, es por ello que se dilata o se contrae dependiendo de la luminosidad a la que se somete, y esto solo le toma una fracción de segundo. Una vez que la luz llega a la retina, la luz se transforma allí en impulsos eléctricos que el nervio óptico transmite al cerebro. Y cuando no lo hace, ello hace imposible enfocar a distancias muy pequeñas, por lo que deben llevarse gafas para leer o aparatos especiales que ayuden a facilitar el trabajo de la vista.

En los lados de nuestras cabezas están los micrófonos, los oídos, que nos proporcionan equilibrio, diciéndonos donde estamos en el espacio en cualquier momento. Este está compuesto por mecanoreceptores quienes captan las vibraciones y las transforman en impulsos nerviosos que irán hasta el cerebro, donde los estímulos serán interpretados. Los canales semicirculares y el vestíbulo están relacionados con el sentido del equilibrio. En estos canales hay pelos similares a los del órgano de Corti, y detectan los cambios de posición de la cabeza. Los tres canales semicirculares se extienden desde el vestíbulo formando ángulos más o menos rectos entre sí, lo cual permite que los órganos sensoriales registren los movimientos que la cabeza realiza en cada uno de los tres planos del espacio: arriba y abajo, hacia adelante y hacia atrás, y hacia la izquierda o hacia la derecha.

De todos los sonidos que capta el hombre, no hay otro de mayor agrado que no sea el de la voz humana, es un instrumento asombrosamente versátil, pero es vulnerable. El sonido de este instrumento es producido por una columna de aire que es empujada por el diafragma hacia la parte superior de la boca, pasando por la laringe y haciendo vibrar las cuerdas vocales que allí se sitúan. Las cuerdas vocales descansan en forma horizontal y al momento de respirar, se abren completamente, y tienen aproximadamente un lardo de 3/4 de pulgadas en las voces masculinas y 1/2 pulgada en las voces femeninas. Además, hay que dejar claro que este fenómeno sonoro se hace posible también por la respiración y la articulación, pues según el manejo correcto de estos, pueden producirse cambios notables en la emisión del sonido vocal.

Sin la respiración no sobreviviríamos más de un par de minutos, con cada inspiración nuestra nariz o boca ingiere más de medio litro de aire unas 20,000 veces al día. La respiración no podría producirse sin la ayuda del sistema respiratorio, que incluye nariz, garganta, laringe, tráquea y pulmones. Cada vez que respiramos, tomamos aire rico en oxígeno por la nariz y la boca, y los pulmones se llenan y se vacían. Y aunque el aire que respiramos esté sucio o contaminado, nuestro sistema respiratorio puede defenderse de las sustancias y organismos extraños que penetran por la nariz y la boca. Los contaminantes se exhalan de nuevo, se tosen, se tragan, salen por los intestinos o son destruidos por los jugos gástricos o devorados por los macrófagos, un tipo de célula de la sangre que recorre el cuerpo buscando gérmenes para destruirlos.

En el interior de los pulmones, los bronquios se ramifican en bronquios más pequeños e incluso en conductos más pequeños denominados bronquiolos. Los bronquiolos terminan en minúsculas bolsas de aire denominadas alvéolos, donde tiene lugar el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Cada pulmón alberga alrededor de unos 300 ó 400 millones de alvéolos.

Con cada nueva respiración nuestra nariz puede distinguir 10,000 olores diferentes algunos placenteros, otros no. El olor se genera por una mezcla compleja de gases, vapores y polvo, donde la composición de la mezcla influye en el tipo de olor percibido por el receptor.

Cada respiración que tomamos proporciona oxigeno a nuestros billones de células hambrientas de energía y hace que nuestro corazón bombee. La sangre es el fluido que circula por todo el organismo a través del sistema circulatorio, formado por el corazón y los vasos sanguíneos.

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