La Paradoja Del Bioquimico
MonicaLoza14 de Noviembre de 2012
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La paradoja del bioquímico
Bioquímico Guido E. Mastrantonio G.
Ciudad de Córdoba, 2001
Desde la creación de la figura del bioquímico como hombre de ciencia vinculado a la problemática de la salud humana, su función en las tareas periciales, es decir, aquellas participaciones expertas como auxiliar de la justicia, ha sido requerida y valorada por los fuertes cimientos de sus certezas y la contundencia de sus aportes.
A fines de la década de los ochenta y, sobre todo, con mucha fuerza desde mediados de la década de los noventa, el perfeccionamiento de la normativa ambiental ha significado un nuevo flujo de aportes desde distintas ramas de las ciencias exactas, naturales y sociales.
Nuevamente aquí el bioquímico ha aportado en forma fundamental.
Pero las particularidades de las temáticas ambientales y la forma en que han ido evolucionando las distintas disciplinas que constituyen el marco de estudio del medioambiente y sus alteraciones, dan lugar a la aparición de problemáticas que, si no inéditas, en este contexto presentan una fuerza inusual. Una de las que aparece con cierta sutileza, pero no con menor importancia, es la que intentaremos describir aquí.
Los equipos multidisciplinarios en medioambiente
Primero es necesario reconocer la necesaria naturaleza multidisciplinaria de cualquier estudio formal aplicado sobre el medioambiente. Esta multiplicidad de disciplinas es incluso inherente a muchas de las definiciones legales de medioambiente: “el hombre lo integra... Los elementos más característicos son: a) el espacio en sí... también el espacio exterior... b) la tierra... c) los vegetales... d) los animales... e) el agua... f) la atmósfera... g) las cosas que el hombre elabora y sus desechos. h) los demás seres humanos”.
Esta multidisciplinariedad se reconoce como una participación más o menos jerarquizada de distintas disciplinas para la resolución de una o varias interrogantes que nacen durante la observación del medioambiente.
En este punto puede ser útil la comparación por analogía con los equipos de salud, que en una concepción clásica, sí están fuertemente jerarquizados, con la profesión del médico en la cúspide de la pirámide, que coordina las actuaciones de las distintas profesiones accesorias (bioquímicos, sicólogos, etcétera) y tiene a su cargo la participación de los oficios auxiliares (enfermeros, radiólogos, instrumentistas, etcétera). En este sentido, su esquema de funcionamiento es opuesto a los equipos de actuación medioambiental en donde no existe una profesión que predomine en la conformación ni en la dirección de sus equipos, existiendo sí cierto sesgo en función de la naturaleza del problema abordado. De esta manera si el objeto de estudio medioambiental es el componente tecnológico habrá ingenieros; si existe un fuerte sesgo hacia el estudio de la biota, serán los biólogos los encargados o geólogos si interesa el componente abiótico; si la problemática se encuentra en el contexto de los espacios urbanos, habrá arquitectos urbanistas; los médicos harán un importante aporte cuando son el hombre y su entorno sanitario una parte importante del problema.
Entendemos por transdisciplinario como aquellos ejercicios profesionales que requieren, a partir de una base en una determinada disciplina, ser construidos por la participación de conceptos propios de otras disciplinas. Es decir, al contrario de las tareas interdisciplinarias, las que se ejecutan necesariamente con la co-participación de distintos profesionales especialistas en una relación compartimentalizada, que puede ser jerárquica o no, las experiencias transdisciplinarias no necesitan de una pluralidad de especialistas. Antes bien, se dará una relación transversal de distintas disciplinas con una conexión jerárquica entre ellas, dada por la existencia de una disciplina madre.
Para volver a la analogía de los equipos de salud: en el diseño de muchos de los esquemas de atención primaria, es esencial la tarea del “médico generalista”, es decir, aquel profesional que reconoce la naturaleza de los problemas, ayuda a formular las preguntas adecuadas, deriva al especialista correspondiente y, con una mirada sintética más que analítica, construye la respuesta al problema en función de los resultados obtenidos por los distintos expertos. A la vista de lo que analizamos más adelante, uno de los posibles papeles del profesional bioquímico, además de la participación experta en algunos temas medioambientales, es la de profesional “generalista” en equipos de actuación multidisciplinaria de incumbencia medioambiental. Y es en el desempeño de este papel que surge la problemática a la que nos queríamos referir.
Alcance e incumbencias del título de bioquímico
La carrera de bioquímica fue creada en Argentina en el año 1918 por el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, es decir, surge desde el seno de las Ciencias Médicas Humanas.
Pero en esta primera concepción ya se concibe un profesional con formación en “... biología, por sus estudios de botánica, zoología, anatomía y fisiología comparadas; que forman su criterio biológico para la exploración de los fenómenos vitales; en farmacodinamia y toxicología, por su sólida preparación en química, anatomía y fisiología comparadas y física biológica.”, “... en bromatología, porque sus vastos conocimientos químicos y biológicos le permiten la solución de problemas alimenticios.”; “... con el complemento de materias fundamentales para el complejo problema biológico, tales como química general en diversas ramas, análisis clínicos, matemáticas y otras asignaturas”.
Desde 1983 la profesión bioquímica es reglamentada por el Ministerio de Educación.
La actuación en tareas relacionadas al medioambiente está mencionada en forma indirecta al indicar que el bioquímico puede “actuar como asesor, consultor y/o perito, desempeñándose como director técnico en cargos, funciones y/o comisiones que entiendan en problemas que requieran del conocimiento científico o técnico que emane de la posesión del título de bioquímico”.
Es interesante notar que el perfil de formación profesional y científico del bioquímico se encuentra enriquecido con varios de los aspectos que son de incumbencia de médicos (por el dominio de muchos conceptos de sanidad), ingenieros (por el conocimiento a grandes rasgos de fundamentos tecnológicos), biólogos, geólogos (por el entendimiento de los seres vivos y, por ejemplo, los ciclos biogeológicos), químicos y físicos (por su formación respecto a las leyes fundamentales de la naturaleza), es decir, se encuentra a “medias aguas” entre muchos de lossaberes que aportan en los equipos interdisciplinarios. En cierto modo, el bioquímico puede desempeñar el papel de moderno “naturalista”, emulando a aquellos estudiosos “de todo un poco” en los nacimientos del método científico. Más aún, dada su actuación profesional en los equipos de salud, y su contacto con el paciente, el componente humanístico, por oficio, también se encontraría presente.
Aunque no todo bioquímico responda a este esquema de formación general, todos cuentan con las herramientas básicas para ejercerlas de esta manera. Se podrá argumentar que el aporte del bioquímico no es de la necesaria profundidad en todos estos aspectos nombrados; Y esto puede ser cierto, lo que más bien contribuye a la virtud en su participación en actividades multidisciplinarias antes que a una incapacidad.
¿Qué es la Bioquímica Ambiental?
Lo que podemos denominar genéricamente como Bioquímica Ambiental tiene, por supuesto, una faz de actividad científica pura, de investigación básica o aplicada, que no necesita de definiciones respecto de sus límites. Tampoco el ejercicio de la docencia requiere de aquellos. Pero es en la actividad profesional en donde es necesario determinar con cierta precisión cuales son los ámbitos de ejercicio de los profesionales bioquímicos, cuales son de su exclusiva incumbencia, cuales serían ámbitos compartidos y cuales corresponden a otros oficios
y profesiones, con exclusión de la participación del bioquímico.
Dado que aún es históricamente reciente el ejercicio sistemático de las profesiones liberales sobre el medioambiente como objeto de trabajo, estos límites aún no se encuentran claramente definidos y será la práctica y el resultado de la interacción de las distintas disciplinas las que paulatinamente los irán determinando.
Sin que sea una enumeración que agote los alcances del ejercicio profesional en temas ambientales, las actividades específicas en que el bioquímico tiene especial incumbencia, comparable o por sobre otras profesiones serían:
! Análisis ambientales: selección de muestras sólidas, líquidas y gaseosas, sitios de muestreo, decisión sobre la naturaleza de los analitos relevantes a ser investigados, evaluación de metodología analítica a aplicar, interpretación de resultados.
! Toxicología ambiental: estudio de los efectos deletéreos de las sustancias químicas sobre los organismos. En este punto también se incluiría el estudio de los efectos deletéreos producidos por agentes físicos (radiaciones electromagnéticas, temperaturas extremas, emisiones radioactivas, etc.)
! Bioensayos: diseño, desarrollo e interpretación de sus resultados, con el conocimiento del metabolismo de los organismos ensayados y la respuesta de éstos a los tóxicos o muestras ensayadas.
! Biomarcadores: búsqueda, evaluación e interpretación
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