La historia de la brújula

LA BRUJULA

Una brújula, es un instrumento que permite determinar la orientación con respecto a la superficie terrestre, a través de una aguja que indica la dirección del norte magnético; generalmente consiste en un recipiente con tapa transparente, en cuyo interior una aguja imantada, montada sobre un eje o flotando en un medio acuoso (como el keroseno, para mayor estabilidad en la indicación), señala este norte magnético.

Con respecto a la historia de la brújula, se cree que sus orígenes datan del 2.500 antes del nacimiento de Cristo. Es más, en toda Asia, era ampliamente utilizada, para el siglo III, luego de Cristo.

La brújula desarrollada por los chinos, estaba compuesta por un trocito de

flotar en el agua. Con este sencillo procedimiento, se podía conocer el norte magnético. El magnetismo era conocido y utilizado por aquellas culturas.

Asimismo, para el siglo XII, ya existía un tipo de brújula bastante rudimentaria, pero brújula al fin y al cabo, en Europa. De igual manera, los árabes se interesaron en esta idea y la llevaron consigo hacia el oriente.

Con respecto a la brújula marina, esta fue desarrollada a fines del siglo XIV y comienzos del siglo XV, en Italia. Esta brújula, era muy parecida a la que existe hoy en día. Más adelante, incluso apareció y se incorporó a la brújula, la rosa de los vientos, la manera más práctica, para ubicarse en ultramar.

Los únicos lugares en donde la brújula tradicional no es muy útil son aquellos cerca de los polos, en donde las líneas de fuerza del campo magnético terrestre convergen; para solucionar este problema se comenzó a experimentar con diversos tipos de instalaciones, manteniendo básicamente el mismo principio.

A comienzos del siglo XX, se crea una revolución en cuanto al diseño del instrumento. Ya que se crea la brújula giroscópica. Esta, señala el norte verdadero, en vez del norte magnético; con un disco girando a gran velocidad operado mediante la energía eléctrica y las fuerzas de fricción se logra aprovechar la rotación del globo terráqueo.

Es la tecnología más avanzada en la materia, por lo mismo es que la brújula giroscópica, es la que actualmente utilizan los trasatlánticos o buques de guerra en ultramar; versiones modificadas de esta se usan también para la aviación moderna. Para referirnos a la brújula hoy en día es más común emplear el término de compás magnético.

Hay que decir que una brújula consta de base, anillo giratorio graduado, aguja magnética, flecha orientadora, punto de lectura y flecha de dirección de viaje. Todo su cuerpo se apoya en una única base fabricada a base de plástico resistente y donde se anclan las demás piezas. En esta misma plataforma se encuentran también las escalas de medición e, incluso, a veces una lupa. En principio debe ser transparente para que se pueda consultar lo más fácilmente posible pero esto no se cumple en todas las brújulas.

El anillo giratorio está situado encima de un cilindro aplastado que se puede ver en la misma base de la brújula. Tiene divisiones que marcan cada 2 grados (es la distancia correcta para que resulte útil) y llega a completar un círculo de 360º, con lo que se

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