La mortalidad materna-infantil

La mortalidad materno-infantil se refiere a las muertes por complicaciones del embarazo o el parto que ocurren durante o después del embarazo. Esta representa un grave problema de salud pública, sus causas son evitables y es la máxima expresión de injusticia social. En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el apartado de salud y bienestar, se visualizan los objetivos de las políticas públicas para dar solución a dicha problemática. Refleja que la esperanza de vida ha aumentado radicalmente y con esta las tasas de mortalidad materna han disminuido.

Gozar de buena salud es esencial para el desarrollo sostenible, es así, como se toma en cuenta el aumento de las desigualdades tanto económicas como sociales. Donde se busca que todas las personas tengan acceso a una vida sana, terminar con la pobreza y reducir las desigualdades, pero el progreso entre países es desigual, e inclusive esto también se puede observar al interior de un país, algunos avanzan y otros se quedan atrás. Las cifras revelan que al menos 400 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud básicos, y el 40% carece de protección social. ^[1]

En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la sección de salud y bienestar, tiene como objetivo garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades. Con base a lo anterior, las metas que se requieren para lograrlo es que en el 2030 haya una reducción de la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100,000 nacidos vivos; y que para 2030, poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años, logrando que todos los países intenten reducir la maternidad neonatal al menos hasta 12 por cada 1,000 nacidos vivos, y la mortalidad de menores de 5 años al menos hasta 25 por cada 1,000 nacidos vivos. En los indicadores de INEGI, en cuanto a la meta, en el periodo 2019

Resalta que la Razón de Mortalidad Materna (RMM) calculada es de 31.2 defunciones por cada 100 mil nacimientos estimados, la cual representa una disminución de 12.8%

 hay una diferencia entre las entidades federativas de México respecto a, las defunciones de mujeres que son medidas por el indicador la Razón de Muerte Materna (RMM) la cual relaciona el número de defunciones maternas por cada 100 mil nacidos vivos. El estado de Chiapas tuvo el índice más alto con 58.3 seguido de Guerrero con 53.9; por otro lado, el Estado de Veracruz tuvo una tasa baja 29.3, pero los que tuvieron un menor índice de defunciones maternas fueron los estados de Aguas Calientes con 18.5 y Baja California Sur con 8.3.^[2] Esto demuestra que la disminución de la mortalidad materna es un desafío enorme para el sistema de salud, su importancia radica en su vinculación con la desigualdad, el rezago social y económico del país. En las últimas décadas, mejorar la salud materna y en especial reducir las muertes se ha convertido en una prioridad para el sector salud con la implementación de diversas estrategias. El segundo indicador es la Proporción de partos atendido por personal sanitario especializado, este permite conocer el número de mujeres atendidas por médicos en el momento del parto, lo cual implica una mayor calidad en la atención y con ello menos riesgo de fallecer por una causa materna. Un bajo nivel de este indicador mostraría la necesidad de contar con un mayor número de médicos, clínicas de salud y mejorar la atención durante el embarazo. Sin embargo, hay un aumento en este indicador y las diferencias entre las entidades federativas en México no es grande, los estados de Coahuila, Sinaloa y Colima son los más altos con un 99.9%, Veracruz con un 95.1% y Chiapas con 89.7%.^[3]

El objetivo anterior, tiene una gran relación con el primer objetivo que se aborda en los ODS, fin a la pobreza, se pretende erradicarla, aunque se han logrado ciertas acciones, este objetivo aún no se ha llevado a cabo, puesto que hay demasiadas personas que luchan por satisfacer sus necesidades básicas, además, requiere enfocarse en los más vulnerables, aumentar el acceso a los recursos y servicios básicos. Se plasma que las mujeres son más probables que vivan en situación de pobreza, este es un factor importante que guarda conexión con la mortalidad materno-infantil, debido a la desigualdad de género en ámbitos como la educación y el trabajo, de este último hay una sección en los objetivos, el de igualdad de género, el cual informa que a las mujeres se les niegan los mismos derechos laborales que tienen los hombres.

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