Llevando el compás de la vida

IV. Llevando el compás de la vida

Cuando se habla de ritmos, se entiende que son los fenómenos biológicos que se repiten a intervalos más o menos regulares. Respecto a los fenómenos ambientales que atienden a los ritmos biológicos, existen dos tipos de factores, exógenos y endógenos. Los primeros son generados por factores externos, mientras que los endógenos son generados en el interior de algo (por ejemplo el ritmo cardiaco y respiratorio, que son unas de las varias estrategias encontradas en la naturaleza para proveer de oxígeno a las células en un organismo multicelular complejo).

Los ciclos de sueño-vigilia (o, en general, de actividad o reposo) y de reproducción se encuentran desde los organismos unicelulares hasta el hombre, y se presentan en forma análoga en plantas como en animales. Las propiedades de los ritmos biológicos asociados a fenómenos geofísicos son: Estar determinados genéticamente, son ubicuos, independientes de la temperatura, muestran independencia a la retroalimentación conductual, la mayoría de los ritmos pueden ser sincronizados por determinados factores del entorno.

Los ritmos que son fenómenos biológicos, se clasifican de la siguiente manera: Circamareales (respecto a la marea del mar), Circadianos (respecto al ritmo del día), Circalunares (Respecto a las fases lunares) y Circuanuales (Respecto a los años). Dentro de estos se encuentra una segunda clasificación bipolar, los ultradianos (De frecuencia alta, desde 0.5 milisegundos hasta 30 minutos, por ejemplo la actividad eléctrica neuronal, ritmo cardiaco y respiratorio) e infradianos (De baja frecuencia, con periodos de hasta 6 días hasta varios años, también se incluyen en los ritmos circalunares, estacionales y circanuales).

VII. Los esclavos del reloj

En condiciones normales, todas las fluctuaciones están en armonía entre ellas y mantienen una relación temporal conocida como sincronización interna, donde por ejemplo poco antes del amanecer se alcanzan los valores mínimos de temperatura corporal, también termina la concentración de cortisol en la sangre. Conforme transcurre la mañana aumentan los valores de las hormonas tiroideas y de insulina, y baja la concentración de ácidos grasos circulantes. Hacia el anochecer aumenta el umbral al dolor y la tasa metabólica, mientras que disminuye la concentración de adrenalina en el plasma y la presión arterial. La sinergia de todos estos cambios internos con las variaciones de actividad y reposo, permiten la mejor disposición del individuo para enfrentar los retos de la vida diaria.

En un estudio realizado en Japón por Roenneberg y Ashoff, se concluyó que el factor ambiental más potente respecto a la tasa de concepción fue la temperatura, pues la alta ocurrió en temporadas templadas. Aunque debido a la influencia de los medios de comunicación y otros terceros, también

...