Los trastornos digestivos son los problemas principales dentro de la atención primaria y representan un alto porcentaje dentro de las consultas ya sean con especialistas o dentro de la consulta general.

INTRODUCCIÓN

Los trastornos digestivos son los problemas principales dentro de la atención primaria y representan un alto porcentaje dentro de las consultas ya sean con especialistas o dentro de la consulta general. Estas afecciones muchas veces son difíciles de comprender aun por los especialistas, por lo cual se acude a exámenes complementarios para confirmar una patología y determinar un tratamiento adecuado acorde al perfil del paciente en proceso de cura (Quesada, 2002).

Dentro de las estadísticas, cada año se dan citas en cantidades millonarias en centros ambulatorios y se realizan iguales cantidades de endoscopias y diferentes procedimientos quirúrgicos que implican tratamiento con el tubo digestivo y a pacientes que sufren de diferentes afectaciones de este tipo. Por ello definimos a los hábitos alimenticios como un papel importante en la prevención y posteriormente también en un adecuado tratamiento con respecto a las diferentes deficiencias y trastornos gastrointestinales (Mahan, 2013).

Conjuntamente con todo lo antes mencionado, también podemos decir que tanto el estilo de vida como los cambios en la dieta del paciente, nos direccionan a un adecuado plan de salud, sin embargo se debe describir los diferentes trastornos, sus síntomas habituales así como las consecuencias que tiene cada uno conforme a la etiología patología de la enfermedad y a los factores de riesgo asociados al paciente (Mahan, 2013).

Los diferentes parámetros de valoración dentro del sistema digestivo, son de importancia fundamental en la clínica, siendo el más importante, la pérdida de peso involuntaria del paciente y esto en relación con el IMC (índice de masa corporal) y asociados a estos como: vómitos, diarreas, náuseas, problemas al mascar o tragar e ingestas inadecuadas que suelen producir alergias e intolerancias alimentarias (Mahan, 2013).

Las necesidades nutricionales suelen variar de acuerdo con el estilo de vida de la persona, así como al estado funcional y la asociación a diferentes patologías. Es por ello por lo que al observar los cambios en las diferentes dietas, se debe recomendar que estas sean con mínimos ajustes acorde a la dieta habitual del paciente, sin embargo, al no obtener resultados adecuados, se debe remitir para buscar apoyo nutricional a una persona con experiencia certificada (Brewer, 2004).

Bibliografía:

• Quesada Maria Soledad Dra. (2002). Afecciones Gastrointestinales. 04 de julio de 2016, de Centro de Información de Medicamentos-CIMED. Sitio web: http://sibdi.ucr.ac.cr/CIMED/cimed25.pdf
• Mahan Kathleen. (2013). Krause Dietoterapia. Barcelona, España: Elsevier.
• Brewer Bobbie. (2004). GUIA DE NUTRICION Y DIETA. 04 de julio de 2016, de United Ostomy Association Sitio web: http://www.ostomy.org/uploaded/files/ostomy_info/uoa_diet_nutrition_es.pdf?direct=1

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