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MUSCULO CARDIACO; EL CORAZÓN COMO BOMBA.

Natalia BarriaInforme2 de Abril de 2017

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CARDIOVASCULAR

MUSCULO CARDIACO; EL CORAZÓN COMO BOMBA.

El corazón humano está formado por dos bombas separadas: el corazón derecho, que recibe la sangre procedente de los órganos periféricos y la bombea hacia los pulmones, y el corazón izquierdo, que recibe la sangre oxigenada procedente de los pulmones y la bombea hacia los órganos periféricos.  Cada bomba está formada por una aurícula y un ventrículo.  Los ventrículos se contraen y aumentan la presión de la sangre, lo que la propulsa para que circule.  El corazón tiene un sistema especial de conducción que mantiene el ritmo y transmite los potenciales de acción por todos los músculos cardíacos.

GASTO CARDIACO Y SU REGULACIÓN.

El gasto cardiaco es la cantidad de sangre bombeada por el corazón hacia la aorta en cada minuto. También es la cantidad de sangre que fluye por la circulación periférica; el gasto cardíaco realiza el transporte de sustancias hacia y desde los tejidos. El gasto cardíaco de un adulto promedio es de aproximadamente 5 litros/min.

El retorno venoso es la cantidad de sangre que fluye desde las venas a la aurícula derecha en cada minuto

CONTROL DEL GASTO CARDIACO POR EL RETORNO VENOSO.

Si no se produce cambios en la distensión del corazón, el gasto cardiaco está controlado por factores que afectan al retorno venoso. Uno de los factores reguladores más importantes del retorno venoso es el metabolismo tisular. Un aumento de la tasa metabólica de un tejido puede provocar una vasodilatacion local, lo que producirá una disminución de la resistencia periférica total y, por tanto, un incremento del retorno venoso. Este mayor retorno venoso produce un aumento de la presión diastólica de llenado de los ventrículos, lo que tiene como consecuencia una mayor fuerza de contracción por los ventrículos.

PANORAMICA DE LA CIRCULACIÓN; FISICA MÉDICA DE LA PRESIÓN, EL FLUJO Y LA RESISTENCIA.

La función principal de la circulación es satisfacer las necesidades de los tejidos mediante el transporte de nutrientes hasta ellos, llevándose los productos de desecho, llevando hormonas de una parte del cuerpo a otra y, en general, manteniendo las condiciones homeostáticas en los líquidos tisulares para una supervivencia y función óptima de las células

La circulación está dividida en circulación pulmonar, que provee los pulmones, y circulación sistémica, que provee al resto de los tejidos del cuerpo.  Las partes funcionales de la circulación son:

  • Las arterias, que transportan sangre a una presión elevada hasta los tejidos, poseen unas paredes vasculares fuerte y un flujo sanguíneo rápido.
  • Las arteriolas, que son las últimas ramificaciones del sistema arterial y que actúan como válvulas de control a través de los cuales la sangre se libera a los capilares; estos vasos tienen paredes musculares fuertes que pueden constreñirse o dilatarse, lo que permiten que puedan alterar en gran medida el flujo sanguíneo que llega hasta los capilares, para responder de esta forma a las necesidades cambiantes de los tejidos.
  • Los capilares, a través de los cuales se produce el intercambio de líquidos, nutrientes y otras sustancias entre la sangre y el líquido intersticial; tienen las paredes delgadas y son muy permeables a las moléculas pequeñas.
  • Las vénulas, que recogen la sangre procedente de los capilares y se van reuniendo gradualmente para formar venas cada vez mayores.
  • Las venas, que actúan como vías para el transporte de la sangre desde los tejidos hasta el corazón; las venas también sirven como reservorios para la sangre y tiene las paredes delgadas, una presión baja y un flujo sanguíneo rápido.

INTERRELACIONES ENTRE LA PRESIÓN, EL FLUJO Y LA RESISTENCIA.

El flujo sanguíneo a través de un vaso depende del gradiente  de presión y de la resistencia vascular.  

El diámetro de los vasos tiene una enorme influencia sobre la resistencia al flujo sanguíneo:

La disminución del radio de los vasos sanguíneos aumenta enormemente la resistencia vascular.  Ya que la resistencia vascular es inmensamente proporcional a la cuarta potencia del radio, incluso pequeñas variaciones del radio pueden producir grandes cambios de la resistencia

El aumento del hematocrito y el aumento de la viscosidad aumentan la resistencia vascular y reducen el flujo sanguíneo.  Cuanto mayor sea la viscosidad de la sangre, menor en su flujo por un vaso, siempre que los demás factores se mantengan constantes.  La viscosidad normal de la sangre es aproximadamente tres veces mayor que la del agua.  El principal factor que hace que la sangre sea tan viscosa es que tiene un gran número de eritrocitos en suspensión, cada uno de los cuales ejerce una fuerza de fricción contra las células adyacentes y contra las paredes del vaso sanguíneo por el que se mueven.

El porcentaje de la sangre que corresponde a las células se llama hematocrito, y normalmente es alrededor  de 40; esto indica que alrededor del 40% de la sangre son células y el resto es plasma.  Cuanto mayo es el porcentaje de células en la sangre, esto es cuanto mayor es el hematocrito, mayor es la viscosidad de la sangre y, por lo tanto, mayor es la resistencia del flujo sanguíneo.

REGULACIÓN NERVIOSA DE LA CIRCULACIÓN Y CONTROL RÁPIDO DE LA PRESIÓN ARTERIAL.

El control nervioso afecta a funciones como la redistribución del flujo sanguíneo a diferentes partes del cuerpo, el incremento de la actividad de bombeo del corazón y el control rápido de la presión arterial.  Este control que ejerce el sistema nervioso sobre la circulación se realiza casi totalmente por medio del sistema nervioso autónomo.

SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO.

Las dos partes del sistema nervioso autónomo son el sistema nervioso simpático, que es el más importante en el control de la circulación, y en sistema nervioso parasimpático, que contribuye a la regulación de la función cardíaca.

Los vasos sanguíneos y el corazón están inervados por nervios simpáticos.  Las fibras vasomotoras simpáticas salen de la médula espinal a través de todos los nervios espinales torácicos y del primero o los dos primeros nervios espinales lumbares. Después pasan a la cadena simpática y desde aquí siguen dos rutas hacia el sistema circulatorio: 1) a través de nervios simpáticos específicos que inervan los vasos de las vísceras internas y el corazón, y 2) a través de nervios espinales principalmente los vasos de las zonas  periféricas.  Casi todos los vasos sanguíneos, salvo los capilares, están inervados por fibras nerviosas simpáticas.  La estimulación simpática de las pequeñas arterias y arteriolas aumentan la resistencia vascular y disminuye la tasa de flujo sanguíneo a través de los tejidos.  La inervación de los grandes vasos, en especial la de las venas, hace que la estimulación simpática disminuya el volumen de dichos vasos.

Las fibras simpáticas también se dirigen al corazón y estimulan su actividad, aumentando tanto el ritmo como la fuerza del bombeo.

La estimulación  parasimpática disminuye el ritmo cardíaco y la contractilidad del músculo cardíaco.  Aunque el sistema nervioso parasimpático realiza un importante papel de control de otras muchas funciones autónomas del cuerpo, su principal papel en el control de la circulación es la disminución del ritmo cardíaco y una pequeña disminución de la contractilidad del músculo cardíaco.

Sistema vasoconstrictor simpático y su control por el sistema nervioso central.

Los nervios simpáticos tienen una gran cantidad de fibras nerviosas vasoconstrictoras y sólo unas pocas fibras vasodilatadoras.  Las fibras vasoconstrictoras se distribuyen por casi todos los segmentos del sistema circulatorio.  Son muy abundantes en algunos tejidos como la piel, el tubo digestivo y el bazo.

El sistema vasoconstrictor simpático está controlado por los centros vasomotores del cerebro.  Localizada bilateralmente en la sustancia reticular del bulbo y en el tercio inferior de la protuberancia, se encuentra una zona llamada centro vasomotor, que transmite impulsos parasimpáticos, a través de los nervios vagos, al corazón, e impulsos simpáticos, a través de la médula espinal y los nervios simpáticos periféricos, a casi todos los vasos sanguíneos del cuerpo.

Aunque no se conoce totalmente la organización de los centros vasomotores, parece que ciertas áreas son particularmente importantes.

Los centros nerviosos superiores afectan al sistema vasomotor.  Un gran número de áreas de la sustancia reticular de la protuberancia, el mesencéfalo y el diencéfalo puedne excitar o inhibir al centro vasomotor.

El hipotálamo  desempeña un importante papel en el control del sistema vasoconstrictor y puede ejercer fuertes efectos de excitación o de inhibición sobre el centro vasomotor.

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