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Metodologia


Enviado por   •  22 de Marzo de 2013  •  3.616 Palabras (15 Páginas)  •  273 Visitas

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CAPITULO I

1.1. La biología en la antigüedad y en la edad media.

Inicialmente corresponde a una exposición general sobre la reproducción, que inicia afirmando que la distinción entre los dos sexos no es universal. Define luego al macho y la hembra, explica sus diferencias y señala la posición y funciones de los órganos sexuales, el origen del esperma y de la sangre menstrual y la contribución de cada sexo en la reproducción, para terminar con una comparación de la reproducción de los animales y las plantas. Inicia con su respuesta a la pregunta ¿Por qué hay diferenciación sexual? Señala, luego, los modos de reproducción y, después de establecer una categorización de los animales según su grado de calor y humedad y la perfección de las crías en el momento del nacimiento, trata sobre la reproducción de los vivíparos y su desarrollo embrionario, terminado con unas consideraciones sobre los híbridos y las causas de esterilidad.

Los diversos caracteres hereditarios cuya variabilidad se debe a causas materiales como: color de ojos, forma y color de pelo, calvicie y características de la voz. Luego analiza el origen y la formación de los dientes, para finalizar con un alegato sobre la necesidad y la finalidad, donde reprocha a Demócrito su olvido de la causa final y sus explicaciones atendiendo solo la necesidad.

1.1.1. Reproducción y herencia.

Las ideas que aparecieron en la Grecia prearistotélica sobre la reproducción y la herencia se pueden reducir a tres conjuntos de hipótesis que tratan del origen y naturaleza del germen, de la determinación del sexo y del parecido de padre e hijos. La reproducción se presenta como la condición del mantenimiento de la vida -a través de la sucesión de generaciones- pero también como la condición de persistencia -aún del individuo- por el juego incesante de la reproducción en el ámbito celular y molecular, ligada al proceso metabólico. Se puede observar, además, que los seres vivientes no se reproducen necesariamente de manera idéntica, y que hay posibilidades de variación en la reproducción: semejanzas y diferencias derivadas de las leyes de la herencia. La reproducción y la variación en el ámbito de los individuos implican a largo plazo, una evolución de las especies. Todos estos procesos, están dirigidos y controlados por el programa genético (genoma de la especie) contenido en cada célula, habiéndose establecido que lo que pasa en el ámbito celular es similar a lo que ocurre con todas las formas celulares y todos los organismos de las que ellas forman parte. En verdad, por su intervención, el hombre no crea ex-nihilo cosa alguna por su acción, pero sí influye en un proceso vital que ha tenido lugar, por millones de años, más allá de toda acción humana. Sin embargo el grado de maestría logrado, que desemboca hoy en la ingeniería genética y las demás técnicas biotecnológicas, marca una diferencia sustancial en esa intervención en los procesos de utilización y de manipulación de los organismos vivos. Para la buena comprensión de las posibilidades de intervención del hombre, en los procedimientos mencionados, y sus consecuencias eventuales o deseadas, se examinarán los elementos esenciales primero en el ámbito celular antes de señalar sus particularidades en los organismos de los grandes reinos.

1.1.2. Origen y naturaleza del germen.

Sobre el origen y la naturaleza de la materia se propusieron dos tipos de explicaciones:

• Teoría seminal encéfalo-mielógena

• Teoría pangenésica.

Teoría seminal encéfalo-mielógena: Estas ideas, probablemente de origen oriental, se extendieron entre los pitagóricos y dieron origen a las hipótesis expuestas por Alcmeón de Crotona e Hipón de Regio (segunda mitad s. V a. J. C.). Alcmeón se enfrentó por primera vez, que sepamos, con un problema biológico concreto al plantearse la procedencia del semen. Su respuesta estuvo condicionada por el papel que le concedía al cerebro y por eso consideró al semen como producto y parte del cerebro. El transporte, desde la cabeza a los testículos, lo explicaba de acuerdo con una doctrina hipocrática sobre las venas que señalaba a la cabeza como el origen y centro de todos los vasos, algunos de los cuales, identificados como conductos seminales, establecen conexión con los testículos, pasando, como señala Polibio, por oídos, nuca, columna vertebral y músculos lumbares.

En el siglo V a J. C., el hipocrático Hipón de Regio introdujo una variación en este esquema, al eliminar al cerebro y señalar a la médula espinal como el veradero órgano productor de semen.

Teoría pangenésica: Según Demócrito, el semen es una representación de los átomos de todo el cuerpo. Se forma tanto en el macho como en la hembra y consiste en una imagen infinitamente pequeña de los padres, pues cada uno de sus elementos atómico corresponde a la parte del cuerpo de donde procede.

Podemos partir del pensamiento de Almeón, que consideraba la determinación del sexo, en particular, y todo el proceso de herencia, en general, como el resultado de una lucha entre el semen masculino y el femenino. El resultado de la lucha lo decidía, en primer lugar, la cantidad de semen de cada uno de los progenitores, pero también influía la calidad, venciendo aquellos más espesos y cálidos sobre los fluidos y fríos.

Con el intento de explicar más acertadamente esta lucha se introdujo, posteriormente, en la caracterización del semen la pareja de contrarios fuerte-débil. Otros hipocráticos negaron la existencia del germen femenino, ya que para ellos el papel especifico de la hembra en la reproducción era, únicamente, el de alimentar al germen, que era subministrado exclusivamente por el macho.

Ya Empédocles entendía que la determinación del sexo era consecuencia del calor existente en el útero, de tal alcanzaba un útero frío daba lugar a una hembra.

Este planteamiento condujo a caracterizar al sexo masculino como cálido y la esterilidad al frío. Posteriormente, al incorporar los hipocráticos estas ideas a su conjunto doctrinal y vincularlas al esquema cuatriparrito, las enriquecieron complementando las propiedades masculinas con la sequedad y las femeninas con la humedad.

Esta visión, que identifica a lo masculino con lo cálido y seco, mientras que a lo femenino lo hace con lo frío y húmedo, fue generalmente aceptada, e incluso sus restos se manifiestan en la actualidad en la medicina popular europea.

1.1.3. Generación espontanea.

La presencia de la esencia

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