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Microbiologia Celula Bacteriana


Enviado por   •  12 de Junio de 2014  •  1.987 Palabras (8 Páginas)  •  254 Visitas

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I. ESTRUCTURA BACTERIANA.

La primera aproximación que vamos a efectuar al mundo de las bacterias comenzará por un detallado análisis de su anatomía, la cual sólo ha sido posible desde la utilización del microscopio electrónico. Tras estudiar con detalle las estructuras de que están compuestas las bacterias, abordaremos su estudio morfológico como entidades individuales, considerándolas según la morfología celular y su forma de agrupamiento. Por último veremos como se agrupan las bacterias en gigantescos acúmulos (comparados con su tamaño) y podremos observarlas a simple vista en forma de colonias, cuyas características también estudiaremos.

Aunque las bacterias son unidades funcionales que actúan como un solo individuo, realizaremos una división de sus estructuras válida solo desde un punto de vista didáctico. Vamos a considerar las estructuras según la posición que ocupan en relación con la envuelta celular, que consideraremos el límite normal de cualquier célula:

- Estructuras de la envuelta celular

- Estructuras externas

- Estructuras internas.

I.A. Estructuras de la envuelta celular.

La célula bacteriana propiamente dicha está limitada por una estructura integrada, la envuelta celular, de complejidad variable. En la mayor parte de las células, la envuelta celular consta de pared celular y de membrana citoplasmática subyacente. La existencia de bacterias con formas distintas a la esférica demuestra que esta estructura tiene la suficiente rigidez como para soportar la presión superficial y la presión interna de la célula. Algunas bacterias poseen una pared celular muy delgada, casi confundida con la membrana citoplasmática; otras en cambio presentan una tercera capa o membrana externa adosada a la pared celular. La pared celular es la responsable de la diferente impregnación tintorial de las bacterias al ser teñidas mediante la tinción de Gram, que tan bien conocéis ya.

Membrana citoplasmática:

La membrana citoplasmática es una estructura indispensable para todas las células bacterianas. Está situada en la superficie interna de la pared celular y rodea totalmente al citoplasma. Las membranas citoplasmáticas bacterianas son similares, en cuanto a composición y estructura, al resto de las membranas biológicas. Las membranas citoplasmáticas de las células eucariotas poseen esteroles entre la bicapa fosfolipídica, mientras que las bacterias poseen un componente diferente: los hopanoides.

La membrana citoplasmática tiene escasa resistencia mecánica y no contribuye significativamente al mantenimiento de la forma de la bacteria, ya que las formas alargadas tienden a adoptar formas esféricas cuando se elimina la pared celular. Aunque la membrana es una estructura diferente de la pared celular, ambas están unidas por algo más que la cohesión lateral, y hay evidencias que sugieren la existencia de algún tipo de enlace entre las dos estructuras. La membrana puede invaginarse para formar orgánulos conocidos como mesosomas, que adoptan diversas formas. Su función principal parece centrarse en su participación como iniciador de la división celular.

Pared celular

La forma y rigidez de las bacterias se debe casi por completo a la presencia de una estructura polimérica grande que sirve de apoyo y se extiende por el exterior de la membrana citoplasmática, formada por una mezcla de azúcares y péptidos: el peptidoglucano. El ácido murámico parece ser característico de los peptidoglucanos de las paredes celulares bacterianas. Para un estudio más detallado sobre la composición y estructura de la pared celular y para la observación de abundantes dibujos y esquemas, os remito a la página web del Todar’s, Texbook on –line of Bacteriology, o al cap. 4 del libro Biología de Microorganismos (Brock).

Membrana externa

La membrana externa tiene una forma y una constitución similar a la de otras membranas biológicas. Se comporta como una barrera hidrofóbica para difusión de una gran cantidad de sustancias, participa en la conjugación y en la división celular y contiene proteínas especiales, las porinas, que intervienen en la toma de nutrientes y la difusión pasiva de pequeñas moléculas hacia el espacio periplásmico. También contiene lipopolisacáridos que son los principales componentes antigénicos de superficie.

La función de la envuelta celular es la de una barrera osmótica y de un sistema regulador que separa el citoplasma del medio, y proporciona a la bacteria el entorno relativamente aislado que necesitan los organismos vivos.

I.B Estructuras externas.

En el exterior de las células bacterianas podemos encontrar tres clases de estructuras: los flagelos, u orgánulos relacionados con la locomoción y quimiotaxis; las fimbrias o pilli, y la cápsula, o capa mucosa que rodea a la célula. Ninguna de ellas resulta esencial para la existencia de la célula, pudiendo eliminarse por diversos medios y sin que exista inhibición del crecimiento bacteriano o alteración de su función metabólica.

Flagelos

Los flagelos bacterianos son prolongaciones filamentosas largas que se extienden más allá de la superficie celular. Son los responsables de la locomoción de las bacterias y se hallan implicados en la quimiotaxis y en la percepción bacteriana. Debido a su delgadez, son difíciles de ver en las preparaciones en fresco, siendo necesario teñirlos mediante técnicas especiales para ponerlos de manifiesto.

Los flagelos aparecen sobre todo en los bacilos. Su número es relativamente constante dentro de cada especie bacteriana. Los flagelos pueden estar localizados solo en los extremos de la bacteria o estar repartidos a lo largo de la superficie celular.

Las bacterias flageladas se clasifican según el número y localización de los flagelos: las bacterias que tienen un único flagelo se denominan monótricas; las que tienen dos o mas flagelos en uno de los extremos de la célula son lofótricas; aquellas que tienen penachos en ambos extremos son anfítricas, y si los flagelos están dispuestos por toda la superficie celular se denominan perítricas. Los flagelos se componen de tres porciones claramente diferenciadas: filamento, codo o manguito y cuerpo basal. El filamento tiene una longitud media de 15 a 25 µm y se halla unido al cuerpo basal a través del manguito. La composición proteica del filamento hace que este posea características antigénicas que a veces son útiles para la identificación bacteriana. El manguito flagelar es una especie de "articulación universal" que permite la transmisión del movimiento desde el cuerpo basal hasta el filamento. El cuerpo basal es la porción más compleja, encontrándose dentro de la envuelta celular y actuando como un verdadero motor. Se observan dos tipos de movimiento flagelar: de deslizamiento y de rotación. Los primeros son los encargados de dirigir a las bacterias hacia sitios concretos. Una bacteria con movimiento de traslación puede llegar a alcanzar hasta los 55 µm por segundo. Los movimientos de rotación provocaran desplazamientos aleatorios conociéndose también como volteretas o vuelcos. Gracias a los movimientos de traslación, las bacterias son capaces de evitar situaciones desfavorables o ser atraídas hacia las favorables, por ej. la presencia de nutrientes. Esta capacidad de reaccionar frente a determinados estímulos ambientales se denomina "taxia" o "fobia" dependiendo de la dirección del movimiento. Un acercamiento hacia zonas oxigenadas se denominaría aerotaxia; un alejamiento de una fuente luminosa seria una fotofobia.

Fimbrias o pillis

Estas estructuras solo pudieron ser descubiertas gracias a la utilización del microscopio electrónico, pues su longitud varia entre 0,3 y 1 µm. Pueden aparecer en los extremos de las células o pueden estar distribuidas por toda la superficie en número que oscila desde uno a varios centenares por célula.

Las fimbrias pueden ser de dos tipos diferentes, tanto desde el punto de vista morfológico como funcional: los pilli sexuales están implicados en la formación de parejas específicas durante la conjugación bacteriana, y sirven para iniciar el contacto entre dos células, uniéndolas y facilitando la transferencia de material genético. Los pilli sexuales se distinguen de las otras fimbrias por su mayor longitud y su menor número (de uno a diez por célula). Otras fimbrias parecen tener propiedades adherentes que facilitan la unión a otros tipos de células; p. ej. eritrocitos o leucocitos. La adherencia es fundamental para la colonización bacteriana en el huésped animal.

Cápsula

La cápsula es una estructura de naturaleza polisacárida que rodea completamente a la célula. El tamaño aparente de la cápsula varia ampliamente, siendo con frecuencia mayor que el diámetro de la bacteria. Su función es aún objeto de estudio, considerándose que desempeña un importante papel en la protección de la bacteria frente a agentes externos tales como la desecación, los bacteriófagos o los metales tóxicos. Quizás tenga mayor importancia la adherencia de las bacterias encapsuladas a superficies inertes de su entorno natural y a células adecuadas para su crecimiento y supervivencia. Las cápsulas bacterianas no se tiñen con los procedimientos habituales, pues no retienen colorantes con facilidad. Se pueden hacer visibles al microscopio óptico suspendiendo las células en tinta china diluida; este método se conoce como tinción negativa. La cápsula desplaza las partículas de carbón coloidal y las células parecen hallarse en lagunas, que representan las cápsulas, situadas sobre un fondo oscuro. Sin embargo, no todas las cápsulas impiden la penetración de las partículas de carbón, y algunas no pueden ser observadas de este modo. La cápsula es habitualmente inmunogénica, y los anticuerpos inducidos reaccionan con ella. Los anticuerpos se fijan a la cápsula favoreciendo su fagocitosis o penetrando en la matriz capsular y reaccionando con los polisacáridos. Esta reacción altera el índice de refracción de la cápsula, de manera que, en preparaciones húmedas no teñidas observadas microscópicamente, aparecen mejor definidas y más grandes. En 1902, Neufeld aplicó este abultamiento capsular, o reacción de Quellung, a la identificación serológica de neumococos, y desde entonces se ha utilizado para la identificación serológica de diversas bacterias encapsuladas.

I.C. Estructuras internas.

El nucleoide bacteriano

Todo el material genético de la célula está contenido en una única molécula de ADN que mide de 100 a 1400 µm de longitud cuando está totalmente extendida. Generalmente la estructura del DNA es circular, y en la célula se encuentra en una configuración superenrollada.

Citoplasma

El citoplasma en las células bacterianas parece ser menos complejo que el de las células eucarióticas. Está considerado como un gel que contiene ribosomas, enzimas y, con frecuencia gránulos que pueden representar productos de almacenamiento. Los gránulos citoplasmáticos que generalmente se observan son aquellos que se tiñen con ciertos colorantes básicos, y se denominan corpúsculos metacromáticos. Se consideran como un depósito de energía reutilizable.

La espora

La espora bacteriana es una estructura compleja que se forma dentro de la célula para asegurar la supervivencia de la especie ante condiciones ambientales desfavorables. La formación de esporas es inherente a algunos tipos de bacilos. Las esporas pueden observarse en el interior de las bacterias o libremente después de la desintegración de las células progenitoras. Cuando son intracelulares, las esporas presentan forma esferoidal, con el eje longitudinal paralelo al del bacilo. Su anchura puede ser esencialmente la misma que la de la célula madre, o ser mayor, deformando la pared de la célula vegetativa. El tamaño y localización de las esporas son relativamente constantes dentro de cada especie. En función de su localización la espora puede ser central, subterminal (entre el centro y el extremo), y terminal. En ocasiones, su tamaño y localización pueden dar lugar a una morfología característica, como en el caso del bacilo del tétanos, cuya espora terminal grande confiere a la célula vegetativa que la contiene forma de palillo de tambor.

La espora es un estado extremadamente resistente en el desarrollo de la célula. No sólo es relativamente impermeable a los colorantes, sino que también es mucho más resistente que las células vegetativas a los efectos perjudiciales del calor, la desecación, presión hidrostática y muchos agentes químicos. Algunas esporas son extremadamente resistentes a los procedimientos habituales de esterilización, necesitándose un periodo de casi tres horas en autoclave para asegurar su destrucción.

Normalmente la iniciación de la esporogénesis en células que están creciendo activamente es inducida por deplección de nutrientes. En cada célula sólo se forma una espora. Cuando la espora se encuentra en un medio favorable para el crecimiento de las células vegetativas, germina y la célula comienza un nuevo ciclo vegetativo.

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