Miomas Uterinos
aylinclaure14 de Noviembre de 2012
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MIOMAS UTERINOS
DEFINICIÓN.
Los miomas o liomiomas son tumores benignos de tejido muscular liso, siendo frecuentemente asintomáticos.
Se conocen también como fibromas o fibroides, si crecen a partir del tejido muscular y no de elementos fibrosos. Otros nombres con que se conocen son fibromiomas, luiomiofibromas.
Pueden ser únicos, o más frecuentemente, múltiples; microscópicos o gigantes. Su estructura es densa y están pseudoencapsulados.
ETIOPATOGENIA.
La causa exacta de la aparición de los miomas es, como en la mayoría de las neoplasias desconocida. Probablemente se trate de cambios genéticos adquiridos por las células del miometrio que posteriormente se ven influenciadas por promotores (hormonas) y efectores (factores de crecimiento).
Los miomas son neoplasias monoclonales y sólo en un 40% de ellos encontramos alteraciones genéticas en sus células. Estas alteraciones se suelen relacionar con miomas más grandes, irregulares y con mayor celularidad. Además existen muchos genes implicados en el crecimiento, proliferación y diferenciación de las células miomatosis.
La influencia hormonal en los miomas parece clara si tenemos en cuenta que la aparición y desarrollo de los miomas está muy relacionada con la edad fértil de la mujer, en cambio durante la menopausia se produce una regresión de éstos, aunque no lleguen a desaparecer. Algunos autores han encontrado además un aumento de los niveles plasmáticos estrogénicos en las mujeres con miomas.
Otros estudios no confirman estos hallazgos, en cambio no dudan de la influencia estrogénica. Éstos han encontrado niveles estrogénicos similares en mujeres con y sin miomas, en cambio encuentran una elevada concentración hormonal en el tejido miomatoso en comparación con el tejido sano.
FACTORES DE RIESGO.
Edad: La mayor incidencia de los miomas se sitúa a partir de los 40 años de edad.
Factores hormonales: la menarquia temprana (antes de los 10 años) se ha establecido como factor independiente de riesgo para la aparición de miomas. Asimismo la menarquia tardía (después de los 16 años) es un factor protector.
Antecedentes familiares: El riesgo de aparición de miomas es mayor en aquellas mujeres que tengan familiares de primer grado afectas.
Peso: Las mujeres obesas son más propensas a padecer miomas. Esto puede deberse al aumento de estrógenos circulantes en las mujeres ya que en el tejido graso se produce la transformación de andrógenos a estrógenos gracias a la aromatasa, además en estas mujeres hay una disminución de la proteína transportadora de hormonas sexuales por lo que aumentan los niveles de estrógeno libre.
Otros factores como la dieta y el ejercicio pueden ser factores de riesgo independientes para la aparición de miomas.
Raza: Se ha encontrado una clara diferencia racial en la aparición de miomas. Las mujeres más afectadas son las negras americanas; en ellas además, los miomas son más grandes, más sintomáticos y aparecen a una edad más temprana. En cambio las negras africanas tienen un riesgo muy bajo. La raza asiática tiene un riesgo muy similar al de las mujeres blancas.
Tabaco: En las mujeres fumadoras puede estar reducida la incidencia de miomas. Esto puede deberse a una disminución de la biodisponibilidad de los estrógenos secundaria a una disminución de la actividad de la aromatasa.
Anticonceptivos orales.
ANATOMÍA PATOLÓGICA
Los miomas son masa de consistencia dura, habitualmente redondeados, de aspecto fasciculado y bien delimitado del miometrio sano, aunque no están encapsulados (Figura 1). Los miomas pueden ser únicos o múltiples, siendo esto último lo más frecuente (Figura 2). También su tamaño puede ser muy variable encontrándose miomas de pocos centímetros hasta miomas que llegan a alcanzar varios kilos de peso.
La localización más frecuente de los miomas es el cuerpo uterino. Se calcula que sólo un 10% aparecen en el cervix, pudiendo confundirse con pólipos cervicales en la exploración con espéculo, pero su dureza característica los diferencian de éstos.
Diferenciamos tres clases de miomas en función de su localización dentro del cuerpo uterino: miomas subserosos, miomas intramurales y miomas submucosos.
Miomas subserosos.
Son aquellos que crecen bajo la serosa uterina produciendo un resalte en superficie de útero . Pueden alcanzar un gran tamaño permaneciendo asintomáticos o dar síntomas de compresión de órganos vecinos. Pueden ser pediculados. En ocasiones crecen hacia el ligamento ancho introduciéndose entre sus hojas (miomas intraligamentarios). También se han descrito casos de miomas subserosos que se adhieren al epiplon o a intestino y desarrollan una vascularización independiente del útero; estos son los llamados miomas parasitarios.
Miomas submucosos.
Son menos frecuentes que los anteriores aunque suelen ser más sintomáticos y por tanto más diagnosticados. Son miomas que crecen hacia la cavidad uterina produciendo un resalte en el endometrio . Típicamente estos miomas se caracterizan por producir sangrados abundantes. Además algunos autores defienden que en este tipo de mioma la degeneración sarcomatosa es más frecuente.
Miomas intramurales.
Son los más frecuentes, estimándose en un 50-55% del total de miomas. Estos crecen en el espesor del miometrio, pudiendo aumentar considerablemente el tamaño del útero y produciendo irregularidad en la pared.
Los miomas pueden sufrir cambios degenerativos como resultado de alteraciones circulatorias, infecciones o por cambios hormonales. Estas degeneraciones pueden ser:
Edema, debido a estasis de la circulación venosa del tumor.
Atrofia, que se produce principalmente tras la menopausia debido a la disminución estrogénica.
Degeneración hialina: se produce por la sustitución del tejido conjuntivo por material hialino. Ocurre muy frecuentemente, especialmente e los miomas subserosos.
Degeneración quística: se produce por la licuación del material hialino.
Degeneración infecciosa: ocurre exclusivamente en miomas submucosos y es muy infrecuente
Necrosis: Debida al fallo circulatorio en los vasos del tumor. Puede ser focal, más frecuente en la parte central, o difusa. También existe la necrosis roja, que se produce durante el embarazo, debida a una oclusión periférica de las venas del mioma, que produce una extravasación sanguínea.
Degeneración grasa: es muy rara, suele producirse tras una degeneración hialina.
Calcificaciones: Aparecen principalmente tras la menopausia. Puede ser total o parcial y el calcio puede depositarse en el interior o en la periferia del mioma
Degeneración sarcomatosa: es muy poco frecuente. Suele iniciarse en el centro del tumor apareciendo frecuentes zonas de necrosis y hemorragias.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los miomas son frecuentemente asintomáticos; en un 50% de mujeres serán un hallazgo casual en la ecografía realizada por otra causa. En los casos sintomáticos, la clínica dependerá del tamaño, localización y número de los miomas.
Sangrado.
Es el signo más frecuente. Típicamente los miomas producen un aumento en la cantidad y duración de la menstruación, es decir, menorragias. Es más raro que produzcan sangrados intermenstruales irregulares; esto último es más frecuente en el caso de miomas submucosos en aquellos asociados a otras entidades como hiperplasias.
Este síntoma es más frecuente en los miomas submucosos, aunque los miomas intramurales también pueden producir metrorragia debido a la distensión de la cavidad uterina y aumento de la superficie sangrante. Los miomas subserosos no producen clínica de metrorragia.
Dolor.
Puede aparecer en un 30% de las mujeres con miomas. El dolor puede ser crónico y persistente, con sensación de pesadez, o agudo originado por la torsión de miomas pediculados. También en los miomas submucosos puede aparecer dolor; en algunos casos, el mioma resulta un cuerpo extraño para el útero, que intenta expulsarlo mediante contracciones dolorosas para la mujer. Puede producirse dilatación cervical y profusión del mioma hacia a vagina (parto del mioma). El dolor también puede deberse a cambios degenerativos con necrosis, y en los casos de miomas subserosas puede producirse compresión nerviosa.
Síntomas compresivos.
El aumento del tamaño del útero puede producir compresión de otros órganos vecinos como vejiga, recto, uréteres e intestino. Los síntomas más frecuentes son los urinarios con polaquiuria, nicturia y urgencia miccional, en algunos casos se produce también incontinencia.
Reproducción.
Típicamente se ha asociado la presencia de miomas submucosos con una disminución de la fertilidad, incluso algunos estudios han demostrado un aumento de la fertilidad a tasas normales para su edad en aquellas mujeres en las que se resecaba el tumor.
Los mecanismos por los que los miomas producirían infertilidad son:
Alteración del endometrio que produce dificultad para la implantación.
Deformidad de la cavidad uterina que puede interferir con el transporte del espermatozoide.
Alteración de la contractilidad uterina.
Persistencia de sangrado o coágulos intracavitarios que alteran la implantación.
Obstrucción del ostium tubárico.
Miomas subserosos e intramurales no tendrían, según el metaanálisis, ninguna repercusión sobre la fertilidad de la mujer
DIAGNÓSTICO
Anamnesis.
Es muy inespecífica, si bien la
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