Leiomiomas Uterinos

INTRODUCCIÓN

El leiomioma uterino, también llamado fibroma uterino o fibroleidomina, es una tumoración benigna dependiente del músculo del útero y puede clasificarse en sub mucosos cuando invaden la cavidad uterina; intramurales cuando están en la pared del útero y subserosos cuando están por fuera de la pared del útero. Un mioma puede ser de consideración cuando del 5 al 10% de la consulta ginecológica es por miomatosis; cuando del 5 al 15% de las cirugías ginecológicas son por miomas, y cuando el 65% de las histerectomías son causadas por los miomas (Obregón, 2012).

Son los tumores pélvicos más frecuentes de la mujer y, tras el pólipo cervical, el tumor uterino más común. Aunque se ha estimado que su frecuencia durante la edad reproductiva es del 20 al 25% y que se eleva al 40% en mujeres con edad superior a los 50 años, lo cierto es que son mucho más frecuentes. Estudios de autopsias en mujeres fallecidas por distintas causas han mostrado una prevalencia del 77%. Constituyen, tras el aborto, la indicación más común de cirugía ginecológica (Bonillas, 2008).

En el Perú, una de cada dos mujeres mayores de 40 años tienen miomas, incluso, mujeres menores de 20 años pueden presentar síntomas de tener este tumor, aunque con mucho menos frecuencia. Toda mujer debe realizarse un control anual, para ser evaluada ecográficamente (ecografía transvaginal) para un diagnóstico temprano y oportuno de esta patología. Los problemas característicos es que van a padecer problemas urinarios y hasta puede comprimir el uréter, el cual es la vía por la cual el riñón envía la orina hacia la vejiga para que podamos evacuar. Si esto se produce puede haber un daño del riñón y afectar las vías urinarias o incluso puede haber efecto mecánico, hacia atrás y comprimir el recto, causando problemas para la defecación. Lo común son los sangrados abundantes, donde una mujer puede pasar de hemorragias que le lleven a la anemia, descompensándola. Si detectamos el mioma uterino en un estadio pequeño, solo nos queda la observación mientras no dé problemas, una vez que se convierten en asintomáticas, sangrados, dolor, problema de fertilidad y complicaciones urinarios, hay que pensar en el procedimiento quirúrgico (Obregón, 2012).

El descenso o prolapso de los órganos pélvicos (POP) ocurre cuando el apoyo estructural de los órganos pélvicos se debilita, o sufre una ruptura, y los órganos descienden dentro del canal vaginal. El malestar de la “caída del vientre” fue una de las primeras condiciones ginecólogas reconocidas. Prolapso genital, o debilidad de las estructuras que dan soporte a los órganos pélvicos, afecta hasta 50% de las mujeres que tuvieron un parto vaginal. En mujeres adultas, 20% tienen síntomas de prolapso y buscan tratamiento, Aproximadamente 11% de mujeres tendrán cirugía por POP antes de los 80 años de edad (aproximadamente 300,000 cirugías por año en los Estados Unidos), y casi 30% de ellas tendrán que tener otra cirugía por recurrencia del prolapso u otros síntomas de disfunción de los órganos pélvicos.

En el Perú, el prolapso genital es una condición patológica que impacta negativamente la calidad de vida de la mujer y puede llegar a presentarse hasta en 50% de las mujeres multíparas. Por otro lado, la incontinencia urinaria puede afectar a una de cada 4 mujeres y también tiene efectos negativos sobre quienes la padecen.

Los prolapsos de grado alto, según la cuantificación de prolapsos de órganos pélvicos, pueden producir incontinencia urinaria, dificultad miccional o solo bulto sin pérdida urinaria; se explica esto porque el prolapso angula la uretra y obstruye el ángulo uretrovesical, evitando la pérdida de orina al esfuerzo (Reátegui, 2012).

Existen muchas razones por las cuales los órganos pélvicos pueden sufrir prolapso. Entre las razones se incluyen dificultades en el parto vaginal, historia familiar de POP, obesidad, edad avanzada y previa histerectomía (Bladder, 2012).

LEIOMIOMAS UTERINOS

1) DEFINICIÓN:

Los leiomiomas uterinos, también conocido como miomas, fibromas o fibromiomas, son tumores proliferativos benignos bien circunscritos, seudoencapsulados, compuestos por músculo liso y tejido conjuntivo fibroso.

Los leiomiomas son los tumores uterinos más frecuentes y la neoplasia más común en la pelvis femenina. Están presentes en el 20% al 40% de las mujeres de 35 años de edad o mayores, y rara vez se observan en adolescentes. Varían de 1mm a más de 20cm de diámetro (Pfeifer, 2009).

2) FRECUENCIA

Son los tumores pélvicos más frecuentes de la mujer y, tras el pólipo cervical, el tumor uterino más común. Aunque se ha estimado que su frecuencia durante la edad reproductiva es del 20 al 25% y que se eleva al 40% en mujeres con edad superior a los 50 años, lo cierto es que son mucho más frecuentes.

Estudios de autopsias en mujeres fallecidas por distintas causas han mostrado una prevalencia del 77%. Constituyen, tras el aborto, la indicación más común de cirugía ginecológica.

La edad de máxima frecuencia oscila entre los 45 y 50 años disminuyendo después. Son excepcionales en menores de 20 años y el 90% se diagnostican tras los 30 años. Son más comunes en mujeres negras, en casadas estériles o infértiles, y menos en multíparas. No hay unanimidad sobre el aumento de incidencia en las que tomaron durante años anovuladores, ni en menopáusicas sometidas a terapia hormonal sustitutiva (Bonillas, 2008).

3) ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA:

La pared del cuerpo del útero se compone de tres capas de células (Ver Anexo Nº 1) (Botero, 2008):

• Perimetrio: Es una capa serosa que recubre externamente al útero. Su función principal es:

- Defensa.

• Miometrio: Es una capa gruesa de musculo liso, formada por tres capas imprecisas: longitudinal interna o estrato subvascular, circular media o estrato vascular y longitudinal externa o estrato supravascular. Sus funciones principales son:

- Contraerse en el momento del parto para expulsar el feto.

- Contraerse durante la menstruación para ayudar a expeler la capa endometrial desprendida.

• Endometrio: Es la capa más interna del útero y consta de un tejido epitelial y una gruesa capa de tejido conectivo. El endometrio se divide en dos zonas o capas, la capa funcional y la capa basal. Esta última capa no sufre cambios cíclicos

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