Nuevos Antibioticos contra la resistencia bacteriana

Antibióticos modificados para combatir la resistencia bacteriana

        Tras el descubrimiento de la penicilina en 1928, la historia de la medicina tomó un impacto positivo. Muchas enfermedades bacterianas que antes se tomaban como letales ya parecían minúsculas. A través de los años, la penicilina ayudó a curar muchas enfermedades de causas bacterianas, por lo cual la esperanza de vida de los seres humanos ha podido aumentar, sin embargo, con el paso del tiempo también se ha podido observar el aumento de la resistencia a antibióticos por parte de las bacterias, especialmente a la penicilina y a sus derivados. Debido a diversos factores por y errores humanos, al igual que la selección natural de parte de las bacterias, estas últimas han podido evolucionar o mutar para llegar a ser resistentes a la línea de defensa antibiótica.

        Con el incremento de la resistencia a antibióticos de las bacterias, los humanos han tomado más pasos para prevenir una posible catástrofe o futuro donde los antibióticos no tendrán efecto, y los seres vivos mueran ante enfermedades bacterianas que antes eran consideradas inofensivas. A través de los años, muchos grupos de científicos y médicos se han organizado juntos para poder encontrar otros antibióticos efectivos en contra de las bacterias que han adquirido las resistencias a los antibióticos comunes.

        En un antibiótico encontrado hace 64 años se ha hecho progreso en su investigación para combatir bacterias resistentes. Este antibiótico a partir de la cual han conseguido muchas variantes es llamada la eritromicina. Este antibiótico es una molécula grande que tiene forma de anillo con 14 o 16 átomos de carbono y una o más moléculas de azúcar. Este descubrimiento fue hecho por un grupo de investigadores que la desarrollaron a través de la síntesis química, obteniendo alrededor de 300 variaciones del antibiótico a través de su modificación.

Aún no se han hecho ensayos químicos por lo que no se conoce efectos adversos en personas, pero este descubrimiento abre muchas puertas a futuras investigaciones que podrían solucionar la resistencia bacteriana. La eritromicina fue aislada en 1952 de una bacteria del suelo, la cual fue encontrada debido a que algunas bacterias sintetizan y secretan antibióticos para combatir otras bacterias para sobrevivir. Los efectos adversos conocidos de este antibiótico son pocos, pero uno de ellos es que cuando es encontrado en condiciones ácidas el antibiótico se vuelve muy inestable y se torna tóxica. Este puede ser perjudicial para los seres humanos, ya que condiciones ácidas pueden ser encontradas en el estómago humano. Siendo la eritromicina una molécula compleja, es muy difícil de trabajar con ella, por lo que producir diferentes variaciones, aunque sean muy efectivas y reduzcan la toxicidad, es de suma dificultad. Después de años de investigación, los investigadores lograron obtener 305 diferentes variaciones de la eritromicina, de las cuales 83% eran efectivas in vitro contra diversas bacterias, entre ellas bacterias que eran resistentes a múltiples antibióticos. Esta investigación fue muy reciente, por lo que tomará unos cuantos años más en desarrollarse al punto del consumo humano, pero es un enorme paso hacia la lucha en contra de la resistencia antibiótica.

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