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PRESENCIA DE ENTEROBACTERIAS EN AGUAS TERMALES DE MONTERREY


Enviado por   •  8 de Mayo de 2019  •  Documentos de Investigación  •  4.529 Palabras (19 Páginas)  •  127 Visitas

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  1. PRESENCIA DE ENTEROBACTERIAS EN AGUAS TERMALES DE MONTERREY- CHANCOS

  1. Justificación.  

Los pobladores que visitamos estos lugares turísticos de recreación ubicados en la zona de Vicos y Monterrey disfrutamos de sitios agradables; sin embargo después de acudir a estas piscinas se adquieren problemas cutáneos, infecciones urinarias, infecciones intestinales, se realiza este trabajo con la finalidad de averiguar que microrganismos son causantes de estos problemas de la salud.

  1. Objetivo general

Analizar microbiológicamente las piscinas de Monterrey-Chancos.

  1. Objetivos específicos
  • Comparar y clasificar los agentes patógenos de cada piscina y relacionados con los elementos químicos.
  • Analizar fisicoquímicamente las aguas termales de las piscinas de Chancos y Monterrey.
  • Aprender a usar correctamente los instrumentos del laboratorio de microbiología.  
  1. Hipótesis

Existe la posibilidad de que haya mayor cantidad de microrganismos en la piscina de Monterrey a comparación a la de Chancos.  

  1. DEFINICION DEL PROBLEMA

Este proyecto se genera por medio de declaraciones de personas cercanas a los investigadores que frecuentan estas piscinas termales: Monterrey y Chancos; que ha llamado nuestra atención y que requiere ser investigada para informar de la presencia de enterobacterias y hacer propuestas para un buen manejo de la calidad del agua

  1. ANTECEDENTES

Los agentes patógenos transmitidos por el agua constituyen un problema mundial que demanda un urgente control mediante la implementación de medidas de protección ambiental a fin de evitar el incremento de las enfermedades relacionadas con la calidad del agua (VARGAS, 1996).


La determinación de microorganismos intestinales normales como indicadores de contaminación fecal, en lugar de patógenos, es un principio de aceptación universal en la vigilancia y evaluación de la seguridad microbiana en los sistemas de abastecimiento de agua (GOEZ, 1999).

Estos microorganismos deben cumplir diferentes requisitos como: ser inofensivos para humanos, permanecer más tiempo que los microorganismos patógenos y con su ausencia demostrar un agua segura libre de microorganismos patógenos (GALARRAGA, 1984).

Además, un buen indicador debe ser específico de contaminación fecal debe hallarse en forma constante en las heces y estar asociado a las aguas residuales. Asimismo, debe ser fácilmente aislable, identificable y enumerable en el menor tiempo posible y con el menor costo. Debe ser capaz de crecer en los medios de cultivo comunes, estar distribuido al azar en las muestras y ser resistente a la inhibición de su crecimiento por otras especies (GOEZ, 1999).

El objetivo de las normas y estándares es el de controlar la cantidad de un determinado microorganismo en el agua, siendo este microorganismo la causa de una enfermedad específica o un indicador de las condiciones dentro de las cuales se podría transmitir esa enfermedad (JONES, 1997).

Los microorganismos indicadores contemplados por la Norma Técnica Nacional (NTN ITINTEC 214.003) son tres: Bacterias Heterotróficas, Coliformes totales y Coliformes fecales.


Las Bacterias Heterotróficas están presentes en todos los cuerpos de agua y constituyen un grupo de bacterias ambientales de amplia distribución, éstas son indicadoras de la eficacia de los procesos de tratamiento, principalmente de la desinfección (descontaminación).
El grupo coliforme abarca los géneros Klebsiella, Escherichia, Enterobacter, Citrobacter y Serratia. Cuatro de estos géneros (Klebsiella, Enterobacter, Citrobacter y Serratia) se encuentran en grandes cantidades en el ambiente (fuentes de agua, vegetación y suelos) no están asociados necesariamente con la contaminación fecal y no plantean ni representan necesariamente un riesgo evidente para la salud (ALLEN, 1996). Las bacterias coliformes, no deben estar presentes en sistemas de abastecimiento, almacenamiento y distribución de agua, y si así ocurriese, ello es indicio de que el tratamiento fue inadecuado o que se produjo contaminación posterior. Se ha demostrado que las especies de Enterobacter y Klebsiella colonizan con frecuencia las superficies interiores de las cañerías de agua y tanques de almacenamiento (a menudo llamado "rebrote") y crecen formando una biopelícula cuando las condiciones son favorables, es decir, presencia de nutrientes, temperaturas cálidas, bajas concentraciones de desinfectantes y tiempos largos de almacenamiento (ALLEN, 1996).

En este sentido, la determinación de coliformes se usa como indicador de la eficacia del tratamiento (CACERES, 1990). Los coliformes fecales (termorresistentes) se definen como el grupo de organismos coliformes que pueden fermentar la lactosa a 44°-45°C, comprenden el género Escherichia y en menor grado, especies de Klebsiella, Enterobacter y Citrobacter (EASTON, 1998). Los coliformes termorresistentes distintos de E. coli pueden provenir también de aguas orgánicamente enriquecidas, por ejemplo de efluentes industriales o de materias vegetales y suelos en descomposición. Como los organismos coliformes termoresistentes se detectan con facilidad, pueden desempeñar una importante función secundaria como indicadores de la eficacia de los procesos de tratamiento del agua para eliminar las bacterias fecales (OMS, 1995).

Existen microorganismos que están considerados como "otros indicadores", los cuales no están contemplados en la NTN. Entre estos se encuentran Pseudomonas aeruginosa y el grupo de los Estreptococos fecales.

El grupo Pseudomonas está constituido por bacilos aerobios gramnegativos y móviles, algunos de los cuales producen pigmentos solubles en agua. Las especies del género Pseudomonas se identifican sobre la base de varias características fisiológicas. Una de las propiedades más notables de Pseudomonas es la gran variedad de compuestos orgánicos que utilizan como fuentes de carbono y energía (ONTIVEROS, 1983). Pseudomonas aeruginosa, no es un parásito obligatorio, puede ser fácilmente encontrada en el suelo y se comporta como desnitrificante, teniendo un papel importante en el ciclo del nitrógeno en la naturaleza (SOARES, 1996).

Los patógenos oportunistas están presentes naturalmente en el medio ambiente y no están catalogados como agentes patógenos en sentido propio, aunque pueden causar enfermedades a las personas cuyos mecanismos de defensa locales o generales son deficientes, por ejemplo a los ancianos, a los lactantes, quienes han sufrido quemaduras o heridas extensas, a los enfermos sometidos a un tratamiento inmunosupresor o a los que padecen el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Si el agua que esas personas utilizan para la bebida o el baño contiene un gran número de estos microorganismos oportunistas puede producirles diversas infecciones cutáneas y de las membranas mucosas del ojo, oído, nariz y garganta. Ejemplos de estos agentes son Pseudomonas aeruginosa y en menor grado especies de Flavobacterium, Acinetobacter, Klebsiella, Serratia y Aeromonas así como ciertas micobacterias de desarrollo lento (OMS, 1995).


Se ha demostrado que Pseudomonas aeruginosa es capaz de sobrevivir y multiplicarse en aguas tratadas, esto debido a una densa capa polisacárida la cual establece una barrera no solo física sino química capaz de proteger a la bacteria de las moléculas e iones de Cloro libre residual (REILLY, 2000). En el Perú, Torres (1991), efectuó estudios para evaluar la resistencia de Pseudomonas aeruginosa al Cloro libre residual obteniendo resultados que demuestran que el tiempo de reducción del 99% de bacterias a la concentración de 1 mg/l de Cloro libre residual a pH 9 es aproximadamente dos veces menos efectivo que a pH 7, siendo de 100 y 35 minutos respectivamente. Por lo que concluye que la presencia de Pseudomonas aeruginosa en el agua potable es de alto riesgo para la salud, en especial de los neonatos, pacientes hospitalizados e inmunodeficientes; debiendo ser considerado como un indicador de eficiencia de la desinfección, y ser incluida su detección y cuantificación en los análisis de rutina. En resumen, la presencia de este microorganismo es un indicador de la calidad del agua ya que su resistencia al cloro es superior a la de otros microorganismos aislados del agua (GUINEA, 1979; ONTIVEROS, 1983; APHA, 1995). 

La importancia de Pseudomonas se tornó mayor cuando se comprobó su capacidad de inhibir los coliformes, siendo los indicadores de contaminación de agua más usados en el mundo, se corre un gran riesgo de consumir agua con índice de coliformes cero los cuales podrían estar inhibidos por Pseudomonas (SOARES, 1996). Se ha comprobado que especies de los géneros Pseudomonas, Sarcina, Micrococcus, Flavobacterium, Proteus, Bacillus, Actinomycetos y levaduras son microorganismos que influyen en la detección del grupo coliforme ya que ejercen sobre éstos una acción inhibitoria (GELDREICH, 1978). Estudios efectuados por Roberts, NC y colaboradores (1982) reportaron que especies del género Pseudomonas producen una sustancia denominada "Pseudocin" (PLS) que inhibe el crecimiento de E. coli, Enterobacter aerogenes, Citrobacter freundii y Klebsiella sp. Por lo que se considera que aun cuando las aguas tratadas muestren estar libres de coliformes no se puede asegurar su potabilidad (ONTIVEROS, 1983). Le Chevallier (1985), encontró que especies de Pseudomonas, entre ellas Pseudomonas aeruginosa producen bacteriocinas con acción antibiótica frente a diversos coliformes como Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Citrobacter freundii y Enterobacter agglomerans.

Asimismo, Contreras y col. (1996) realizaron un estudio comparativo para evaluar el establecimiento poblacional de Pseudomonas aeruginosa y Coliformes fecales en agua de consumo humano, encontrando que al aumentar la proporción entre Pseudomonas aeruginosa y Coliformes fecales, éstos últimos disminuyen, demostrando que los catabolitos de Pseudomonas aeruginosa (piocinas) tienen efecto bactericida sobre coliformes, principalmente E. coli, lo cual produciría su disminución o diseminación conduciendo a resultados erróneos en el control de calidad.

Robertson (1983), evaluando Pseudomonas aeruginosa, Candida albicans y Vibrio parahemolyticus llegó a la conclusión de que Pseudomonas aeruginosa es un indicador complementario a coliformes totales y fecales en aguas, además de estar más asociado, en comparación con los coliformes , a residuos fecales humanos más que de animales.

De Vicente (1991), estudiando la relación entre Pseudomonas aeruginosa y coliformes totales, coliformes fecales y estreptococos fecales en playas marinas de Málaga, España, llegó a la conclusión de que los residuos domésticos son una mayor fuente de Pseudomonas aeruginosa habiendo una relación directa entre la densidad de Pseudomonas aeruginosa en los residuos domésticos y la densidad de coliformes totales, coliformes fecales y estreptococos fecales en las aguas de río y mar, contaminadas por dichos residuos. 

En el Perú, en un estudio realizado por Torres (1991), se indica que la ausencia de bacterias coliformes en las muestras de agua de cisternas y tanques, no significan la ausencia de riesgo microbiológico, pudiéndose encontrar Pseudomonas aeruginosa como patógeno oportunista. 


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