Pensamiento Complejo

Pensamiento Complejo

Cuando leí a Edgar Morín por primera vez, tuve que cuestionar mi manera de conceptualizar la construcción del pensamiento, llevándome a imaginar un sistema complejo en donde la influencia de los elementos que lo conforman determina su funcionamiento.

Es imposible realizar la lectura sin visualizarla como una estrategia para reorganizar nuestro propio pensamiento, para ello es necesario adquirir criterios bien establecidos de orden, credibilidad, análisis y reflexión, llegando a elegir de toda la información que llega a nuestro cerebro únicamente la que nos es útil y emplearla para contrastar nuestros esquemas de pensamiento ya elaborados, obligándonos ya sea a reorganizarlos o reafirmarlos.

En los niños debemos de vencer el concepto de pensamiento simple, carente de asociación de ideas y de metamorfosis ante una nueva información, evolucionando nuestra enseñanza a la búsqueda de la consolidación de un pensamiento complejo donde claramente se contempla la heterogeneidad, ya que todo se relaciona con todo, vislumbrando a la realidad como un sistema por su relación con el entorno.

De esta manera llevar dentro del salón de clases los principios del pensamiento complejo:

• El dialógico: A diferencia de la dialéctica no existe superación de contrarios, sino que los dos términos coexisten sin dejar de ser antagónicos.

• Recursividad: El efecto se vuelve causa, la causa se vuelve efecto; los productos son productores, el individuo hace cultura y la cultura hace a los individuos.

• El principio hologramático: Este principio busca superar el principio de “holismo” y del reduccionismo. El holismo no ve más que el todo; el reduccionismo no ve más que partes. El principio hologramático ve las partes en el todo y el todo en las partes.

Con base en ellos, se plantean los conceptos de paradigma y sujeto. Considerando al primero como una estructura mental y cultural que funciona como un lente que permite mirar la realidad desde una perspectiva. Y al sujeto como una realidad viviente que tiene autonomía, individualidad y capacidad para procesar información.

El aprender es un proceso sencillo si el proceso de enseñanza es capaz de fundamentar sus procesos en dichos principios, para ello el maestro debe hacer una evaluación profunda sobre su desempeño, visualizándolo como un todo y estudiando cada uno de los elementos que sustentan su trabajo. Una vez que logremos adquirir herramientas que permitan que nuestros planes sean acordes con las necesidades que el desarrollo del pensamiento complejo demanda, abriendo espacios para el diálogo, el análisis, la reflexión, la confrontación y la puesta en marcha de estrategias que permitan a los niños evolucionar sus procesos cognitivos.

Si se pudiera establecer el

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