ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Psicofarmacos


Enviado por   •  26 de Abril de 2015  •  3.655 Palabras (15 Páginas)  •  151 Visitas

Página 1 de 15

LOS PSICOFÁRMACOS

SE TRATA de fármacos que actúan fundamentalmente sobre las funciones nerviosas del cerebro, modificando de forma más o menos transitoria el estado psíquico y el comportamiento del sujeto. No obstante, un uso prolongado de los mismos puede conducir incluso a modificaciones estables de la personalidad del individuo.

El término general de "psicofármacos" engloba todas las sustancias que de alguna forma influyen en los procesos mentales, induciendo cambios de comportamiento, en sentido estimulante o sedante. En sentido más estricto y más práctico, se indican con este término los fármacos utilizados en la terapia de los trastornos psíquicos. Esta definición ha sido origen de numerosos problemas y ha alimentado en estos últimos años un vivo debate cultural, y no sólo en el ámbito médico.

Las dudas en torno a la definición exacta de enfermedad psíquica han dado lugar a importantes malentendidos también en relación al uso y a la utilidad de la psicofarmacología. Considerados a veces como "instrumentos de control de las desviaciones del comportamiento", los psicofármacos, al margen de su papel fundamental en el desarrollo del conocimiento de las causas de las enfermedades mentales, han representado desde el punto de vista práctico una de las novedades terapéuticas más importantes de los últimos años.

La importancia en la práctica médica de una correcta información en este sentido es evidente: al margen de la cuestión de los abusos y sobre todo de sus causas determinantes, el propio médico se ve a menudo presionado por una demanda agobiante y generalmente mal informada de pacientes que, ante cualquier molestia, piden una respuesta farmacológica taumatúrgica. Junto a aspectos sin duda positivos, no debe ocultarse un uso castigador del psico-fármaco, una utilización antiterapéutica como instrumento exclusivamente de sedación y a menudo más al servicio de la tranquilidad de la familia y de quienes conviven con el paciente que de la salud de éste. No obstante, también es extremista la postura de quienes consideran que el psicofár-maco es sólo el nuevo medio químico de contención que viene a sustituir a los antiguos medios físicos, el instrumento que, imponiendo la adaptación a los modelos y a los valores vigentes» niega la libertad de expresión y de diversidad del individuo.

ACATISIA

Akakthisia es a menudo difícil de diagnosticar. En los pacientes con pensamiento gravemente desordenado, agitado, la distinción entre la acatisia y la emoción psicótica puede ser imposible. En el otro extremo, puede ser muy difícil distinguir la ansiedad vaga o malestar emocional de la acatisia. La falta de criterios precisos de diagnóstico puede estar relacionado con la naturaleza dual de la acatisia: una experiencia subjetiva o psicológica de la inquietud y la agitación motora observable. Los investigadores no están de acuerdo acerca de la importancia relativa de estos dos aspectos.

Nuestro grupo, como es costumbre en los Estados Unidos, ha diagnosticado acatisia principalmente por las respuestas del paciente a las preguntas estructuradas sobre la inquietud interior y por la respuesta a los fármacos antiparkinsonianos. Por lo tanto, hacemos preguntas a las que casi todos los pacientes pueden responder de manera inteligible, tales como “¿Estás inquieto o nervioso?” Y “¿Es difícil quedarse quieto?” Mejora de los casos registrados de estado inquieto con los medicamentos antiparkinsonianos habituales a continuación confirman el diagnóstico.

Los británicos (2), sin embargo, han señalado acertadamente que la acatisia no puede ser fiablemente diagnosticada por el informe subjetivo del paciente. Estamos de acuerdo con Barnes y Braude (2) que “las quejas generales de malestar emocional” o “agitación interior” no son demasiado específicas para un diagnóstico de la acatisia. Barnes y Braude han añadido los criterios más observables de los movimientos de las piernas inquietas. Afirman que distinguen “entre los patrones de movimiento normal de piernas inquietas y movimientos anormales (discinesia). Nosotros, sin embargo, somos incapaces de distinguir en un gran número de casos entre los “sin sentido” y “inquieto” los movimientos de las extremidades superiores e inferiores que son normales, inquietas, o discinéticos, y dudamos que otros puedan.

Hemos propuesto que los movimientos inquietos de acatisia se limita a los movimientos del pie que todos los médicos están familiarizados con: balanceo de un pie a otro mientras está de pie o caminar sobre el terreno. Estos movimientos de los pies son fácilmente reconocibles y, en nuestra experiencia, están presentes en todos los pacientes con acatisia moderada o grave. Barnes y Braude (2) están de acuerdo.

Barnes y Braude también convienen que la acatisia leve no se manifiesta en los movimientos observables (en particular si el paciente tiene acinesia coexistente). Este estado subjetivo puede, sin embargo, atormentar (5,6,7) y puede afectar el curso del tratamiento (7,8). Un criterio razonable para “acatisia subjetiva” es una experiencia de inquietud aliviado en cierta medida por los medicamentos antiparkinsonianos.

Nos damos cuenta de que “acatisia subjetiva” no siempre se puede diferenciar de forma fiable con excitación psicótica más sutil o una serie de emociones patológicas. Sin embargo, el estado, como cualquier clínico atestiguará, existe.

La experiencia subjetiva de la acatisia

Los pacientes con acatisia pueden describir sensaciones vagas de tensión interna, el malestar emocional o la ansiedad, utilizando frases como “todo terminó como un resorte”, “nervioso como,” una “sensación de prisa”, “incapaz de sentirse cómodo en cualquier posición “,” tensa “, sentimiento que tengo que hacer algo”, “escandaloso-como”, “un sentimiento de impaciencia”, “irritable”, “nervioso, electrizado” , o “como saltar de mi piel”. Kalinowsky declaró que la acatisia puede ser “más difícil de soportar que cualquiera de los síntomas por los que … [el paciente] se trató en un principio” y advirtió de que puede ser confundido con “depresión agitada”.

Puede ser útil para describir cómo la acatisia se vivió en algunos de los casos más extremos. Una mujer de 24 años de edad, comenzó a llorar 3 horas después de tomar una dosis de prueba de 12 mg de clorhidrato de tiotixeno. Ella sentía que estaba en su “fin ingenio”, y cuando se le preguntó acerca de la inquietud, ella respondió que era “miserable con una sensación de nerviosismo.” Ella empezó a escuchar voces instándola

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (23.9 Kb)  
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com