¿QUE ES EL HOMBRE? Emerich Coreth

¿QUE ES EL HOMBRE? Emerich Coreth

Es esta una pregunta, como muchas otras, que se nos impone, tanto en la vida cotidiana como en la investigación científica. El hombre es el que interroga; el mismo que puede y debe preguntar. Solo el hombre es capaz de preguntar; cosa que no pueden hacer ni la piedra ni la planta ni tampoco el animal. Esos seres que se mueven bajo una existencia que no se plantea problemas. Ni siquiera el animal, que percibe su entorno, es capaz de preguntar. El hombre pregunta por su propio ser. Lo cual solo es posible porque siempre tiene un conocimiento de si mismo y porque el hombre se caracteriza por la conciencia y la comprensión de sì propio. Gracias a ello se eleva por encima de la vinculación ciega a la naturaleza, propia de los seres infrahumanos.

El trasfondo Histórico

El pensamiento filosòfico responde - en general y desde los tiempos màs antiguos - a una aspiraciòn fundamental del hombre. Y es que el hombre no està rìgidamente atado al acontecer natural, sino que debe enfrentarse con la realidad para configurar en ella su vida de un modo autònomo y responsable. Surge asì la problemàtica filosòfica de los primeros pensadores griegos acerca del principio de todas las cosas. Tarea que incumbe al pensamiento filosòfico de todos los tiempos: interrogar a todas las cosas por su principio, llegar al fundamento de todo.

El pensamiento filosòfico, tanto por su origen como por su finalidad, està siempre determinado antropológicamente. Hasta la edad contemporànea no existiò una antropologìa filosòfica tal como se cultiva en el presente. Es verdad que la especulaciòn filosòfica reflexiona desde antiguo sobre el pensamiento humano ( lògica ) y sobre la actuación moral del hombre ( ètica ) asì como sobre su posiciòn en la naturaleza ( fìsica ) y en la totalidad del ser ( metafìsica ).

El hombre en el pensamiento griego

La filosofìa griega antigua estuvo determinada por un pensamiento preponderantemente objetivo. Su mirada orienta al mundo, al “ cosmos “, al universo. Se pretende estudiar al ser, las formas y leyes esenciales de las cosas. Se establece un escalonamiento ordenado de los seres que va subiendo desde las cosas inanimadas hasta alcanzar las formas de vida y culminar en los modos de ser y operar del espìritu. Dentro de ese orden universal al hombre le corresponde un puesto axial. Es el centro que uifica, es un “microcosmos “. Porque en el hombre se reùnen todos los grados del ser y de la vida para formar una unidad superior que refleja la del universo.

En los orìgenes de la filosofìa preyace un trasfondo mìtico - religioso, intenta comprender el sentido de su existencia, tanto por el origen divino, de donde procede el alma - que està encadenada al cuerpo y ha sido desterrada del mundo material - como por la meta transmundana que el alma debe alcanzar algùn dìa, tras un proceso de purificación con sucesivos nacimientos.

Al hombre se le incumbe asimismo una responsabilidad por su conducta; existe lo justo y lo injusto, la culpa y la expiaciòn, a travès de las cuales debe alcanzar su perfecciòn definitiva.

Anaximandro que entiende cualquier mutaciòn y trànsito como “la culpa y expiaciòn segùn el orden del tiempo“ dandole por consiguiente una explicación antropomòrfica.

Heràclito de Efeso decìa que el hombre se caracteriza por la percepciòn del “logos“ es decir, del sentido y ley del mundo.

Gracias al pensamiento, que es la prerrogativa suprema del hombre, posee la facultad de entender el sentido de los acontecimientos mundanos que consisten en la lucha constante de contrarios.

Parmènides hablaba de una filosofía de ser en reposo. La facultad de pensar. Esa facultad le capacita al hombre para penetrar la mera apariencia del mundo cambiante y adentrarse hasta la verdad del ser.

Es Sócrates el primero en descubrir la voz divina de la conciencia. El hombre, entendido como ser racional, está ligado a la verdad eterna e inmutable y siempre vinculante, por encima de todos los cambios del mundo sensible.

Platòn decìa que el hombre està ordenado por su espìritu al mundo inteligible. Ese mundo es la verdadera realidad frente al mundo aparente y mudable de las cosas que se perciben por los sentidos. El alma del hombre es esencialmente inmortal, pertenece al mundo inmutable de las ideas y està fundamentalmente por encima del mundo cambiante. Platòn es el primero que intenta demostrar filosóficamente la inmortalidad del alma.

El alma debe liberarse de los lazos y trabas que la ligan al mundo material para retornar asì a su existencia especìfica que es la puramente espiritual. Tambièn para Aristòteles el hombre està por encima de todas las demàs cosas por su razòn.

No es exacto decir que la antigüedad griega en general no poseìa una conciencia històrica. Mucho antes de iniciarse la historiografìa propiamente dicha se encuentran interpretaciones històricas de carácter “ mitològico “ con las que el hombre intenta descubrir su origen. Ya en los escritos geogónicos y cosmogònicos de la primera època el hombre se entiende a sì mismo desde los comienzos como inmerso en un proceso històrico.

Para el pensamiento griego es mucho màs decisiva la rìgida creencia en el destino segùn la cual todo està regido por la necesidad del destino predeterminante. Esa creencia en el destino inexorable, al que estàn sujetos los hombres y los dioses, aflora ya en la filosofìa griega primitiva con Tales y Anaximandro. Constituye el motivo fundamental de la tragedia griega y està tambien al fondo de la metafìsica helènica de lo universal

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