Refrescos de cola descalcifica los huesos de nuestros hijos

El exceso de refrescos de cola descalcifica los huesos de nuestros hijos - AFO

23 de Marzo de 2011 a la(s) 7:44

Cantidades elevadas de ácido fosfórico, un aditivo que se incluye en los refrescos de cola, tienen un efecto descalcificante del hueso.

La asociación entre la ingesta de refrescos y el exceso de peso es tan certera como para desaconsejar a los niños su consumo, si además los refrescos son de cola, a los ingredientes comunes (agua con gas y azúcares) se agregan cafeína y ácido fosfórico, dos aditivos inconvenientes para la salud de los más pequeños, en particular. La cafeína es una sustancia excitante y el ácido fosfórico en exceso desequilibra el balance orgánico de calcio y favorece la descalcificación ósea, con el consiguiente efecto negativo en el crecimiento y desarrollo infantil puesto que en esta etapa los huesos están en pleno proceso de consolidación.

Algunas bebidas refrescantes contienen ácido fosfórico como aditivo por su papel conservante y acidificante y el hábito de tomar a diario este tipo de productos supone un aporte dietético extra de fósforo.

El fósforo y el calcio deben mantenerse en equilibrio homeostático en el organismo, de forma que la abundancia o la deficiencia de uno afecta la capacidad de absorción y aprovechamiento del otro. El exceso de fósforo causa una menor asimilación de calcio y, por tanto, implica una mayor pérdida de éste en los huesos. Aunque cualquier alimento consumido de modo ocasional y con moderación puede formar parte de una dieta saludable y equilibrada, la ingesta de refrescos no es recomendable, ni siquiera como un dulce extra en momentos y días puntuales.

Numerosos padres optan por refrescos sin azúcar o versiones descafeinadas para los niños, sin embargo, estos refrescos siguen aportando cantidades significativas de fósforo, por lo que tampoco son productos recomendables ni saludables.

Los fosfatos son la fuente dietética más abundante del mineral fósforo, están en casi todos los alimentos, sobre todo, en los más ricos en proteínas (leche, carne, pescados, huevos). A su vez, la industria de los alimentos utiliza el ácido fosfórico y sus sales como aditivos conservantes, antioxidantes y estabilizantes.

Es común su presencia en derivados cárnicos (fiambres, salchichas, embutidos, patés), puesto que al reaccionar con las proteínas naturales de estos productos se retiene el agua y aumenta la jugosidad (y el peso) del mismo. Por su cualidad estabilizante, estos aditivos se agregan a variedad de derivados lácteos. Por tanto, cabe revisar la dieta infantil y valorar qué cantidad y con qué frecuencia consumen

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