Sensibilidad Hacia Los Seres Vivos Y El Medio Ambiente
krash00121 de Mayo de 2013
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SENSIBILIDAD HACIA LOS SERES VIVOS Y EL AMBIENTE.
En la educación científica se anima a que los niños investiguen y exploren su entorno con el fin de comprenderlo y desarrollar técnicas que permitan un entendimiento más profundo.
Aunque investigación y exploración están regidas por una actitud de respeto al medio ambiente y por una disposición para cuidar adecuadamente los seres vivos, estas actividades pueden desembocar en interferencias innecesarias o incluso en desagradables perjuicios. Por tanto, es de interés que el incremento de las técnicas de investigación y de los conceptos vaya acompañado del desarrollo de la sensibilidad ante el medio ambiente.
Estas actitudes están relacionadas más obviamente con los conceptos y la comprensión que las consideradas hasta ahora, si bien estamos convencidos de que todas las actitudes, conceptos y técnicas se interrelacionan en alguna medida. Por ejemplo es más probable que alguien, conocedor de los efectos derivados de arrancar las flores silvestres, las mire y no las toque si se desconocen, pudiendo arrancarlas entonces inocentemente. No tenemos certeza de ello; el saber ayuda, pero no es suficiente para crear la actitud afortunadamente también ocurre lo contrario: la falta de conocimiento no es una barrera inevitable para la formación de estas actitudes. Así, aunque muchos de los conceptos relativos al cuidado del entorno por excesivamente complejos para ser captados por los niños pequeños (la polución del aire y la interdependencia por ejemplo), y algunos están sujetos a debate (la necesidad de proteger especies en peligro, el anillado de mamíferos marinos, la caza del zorro) aún es posible comenzar el desarrollo de las actitudes en relación con el medio ambiente a través del ejemplo y las reglas de conducta.
Los niños pequeños captan pronto los signos que indican que determinados seres vivos deben ser tratados de forma diferente a las cosas inertes. La analogía se establece en relación con ellos mismos y con sus propias necesidades de comida, descanso, etc. Cuando su conocimiento de los seres vivos se expande desde los mamíferos con pelo , ----los únicos seres vivos considerados durante los primeros años ----- hasta incluir gusanos, arañas y plantas, es conveniente ocuparse de que la actitud de cuidado hacia los seres vivos se extienda hacia estos, disponer en el aula de hormigas, caracoles, etc., sirve para que los niños aprecien a estos interesantes animales con sus pautas de comportamiento complejas y fascinantes, pueden llevarse a la clase para efectuar un estudio detenido de los mismos, devolviéndolos posteriormente a sus ambientes naturales, la ayuda prestada al profesor para realizar estas operaciones constituye un paso adelante para que los niños adopten conductas protectoras de la naturaleza.
La forma madura de esta actitud se manifiesta en la conducta responsable tanto en la calle como en el campo, con los animales de todo tipo incluidos los domesticos. Esto requiere un compromiso por parte de los niños y un grado de comprensión que muchos no alcanzan durante los primeros años. Entre tanto es preciso asegurarnos de que lo alumnos obedecerán reglas sencillas destinadas a producir daños involuntariamente infringidos al medio ambiente.
Al principio el profesor tendrá que imponer las reglas, discutriendolas poco a poco con ellos en la medida en que puedan descubrir las razones subyacentes. Debe perseguirse el objetivo de implicar lo mas pronto posible a los niños en las decisiones relativas a las reglas y procedimientos a adoptar; las ocasiones para llevar a cabo esta experiencia puede darse con motivo de la preparación de una excursión, de un paseo por el campo o el comienzo de la reparación de la escuela. A este respeto es muy útil introducir y discutir las indicación dadas por organizaciones como el Natural Conservancy Concil.
El carácter apremiante
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