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Teoria Del Conocimiento


Enviado por   •  13 de Diciembre de 2013  •  3.448 Palabras (14 Páginas)  •  210 Visitas

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Las ciencias en el periodo nacional

En 1810 se inicia la guerra de Independencia la cual concluirá once años más tarde. Durante este período se produjo una parálisis en la vida del país, a la cual no escaparían las actividades científicas que tanto brillo alcanzaron en el período anterior. La actividad económica también sufre un estancamiento del cual no se recuperará sino hasta medio siglo después. La disputa por la nueva organización política del país y por el modelo de desarrollo que se seguirá, dividió al país en campos opuestos que se enfrentan inclusive por la vía de las armas. Una profunda inestabilidad caracteriza al período que va de 1821 a

1870, que incluye también intervenciones militares extranjeras e intentos de establecimiento de una monarquía hereditaria. Finalmente, será el programa republicano de los liberales el que triunfará, y es hacia 1870 cuando se inicia el proceso de reconstrucción del país.

En este lapso, las actividades científicas viven del impulso que les dejó el período ilustrado. En particular, los liberales actúan como ilustrados tardíos, y son ellos los que buscarán en varias ocasiones establecer un marco institucional para las ciencias, oponiéndose a ello los conservadores. Estos buscan el mantenimiento de las antiguas instituciones coloniales como la universidad y del monopolio eclesiástico sobre la educación. Por ejemplo, en 1833, el gobierno liberal de Valentín Gómez Farías puso en práctica un efímero programa de reactivación de las actividades científicas, poniendo en manos del Estado la promoción de la educación y la reorganización de las antiguas instituciones científicas (lo cual incluyó la primera supresión de la Universidad de México).

Inmediatamente, este conjunto de reformas fueron combatidas por sus adversarios políticos y antes de un año la mayor parte de ellas habían sido nulificadas. En realidad, durante esta primera fase de vida independiente ni los liberales, quienes utilizaban a la ciencia para conformar una ideología que se opondría al dogmatismo religioso, ni los conservadores que luchaban por mantener sus antiguos privilegios e ignoraban frecuentemente el valor de la ciencia, dispusieron de condiciones materiales y políticas que les permitieran poner en práctica sus respectivos proyectos de sociedad, dentro de los cuales la ciencia tenía un papel que jugar.

Algunas excepciones fueron la creación de ciertas instituciones estatales como el Instituto de Geografía y Estadística (1833), dedicado al fomento de los estudios científicos, económicos y demográficos; el Banco de Avío (1830) y la Dirección de Industrias (1842), que promovieron la innovación tecnológica. Un poco más tarde, hacia mediados del siglo se crean algunas academias y se diversifican las profesiones con una orientación científica y técnica: agronomía, ingenierías, medicina, artes y oficios, etc. Las publicaciones científicas aunque escasas, lo mismo que las publicaciones periodísticas, sobreviven con dificultades y pocas de ellas por períodos largos. En síntesis, en esta etapa el desfasamiento de la ciencia mexicana con la europea, que hacia el final del período colonial se había, eliminado en gran parte, se acrecentará de manera importante. Para mediados del siglo XIX es un estado de postración el que se vive en México, y muy pocos los signos que permitan concebir un mejoramiento.

Una vez derrotado militarmente el proyecto conservador de establecer un imperio con el príncipe austriaco Maximiliano, quien contaba con el apoyo de Francia, los liberales,

con Benito Juárez al frente, restablecen la República y logran que se inicie el proceso de pacificación y de reorganización del país. Para ello, los liberales establecieron un pacto político con diversos sectores de la sociedad con el propósito de modernizar la economía e iniciar la industrialización del país. Este proyecto requería de un Estado fuerte capaz de garantizar la paz social que no ha tenido el país desde su independencia de España. Así, terminará por imponerse una dictadura que durará treinta años, encabezada por el liberal Porfirio Díaz. Bajo este régimen se inicia la industrialización de México y las actividades científicas fueron ampliamente estimuladas, así como la enseñanza de las ciencias. En general, el país inició un proceso de modernización fuertemente influenciado por Francia, que llegó a tener implicaciones importantes para la reconstitución de la comunidad científica mexicana y las orientaciones que adoptó desde entonces.

A partir del último tercio del siglo XIX se introdujo en la política y en la enseñanza la filosofía positivista de Auguste Comte. Por lo que hace a la política, el positivismo era el modelo que se juzgó adecuado para la organización social que se buscaba instaurar en el país, ya que asignaba a los industriales y financieros el papel de motores del progreso material y de neutralizadores del conflicto social. En cuanto a la enseñanza, esta era el complemento de la ordenación que se buscaba para el país y, sobre todo, de la industrialización. Por ello, la técnica y la ciencia adquieren gran importancia durante el “Porfiriato”. De hecho, el positivismo se convirtió también en una política científica y tecnológica para México.

La situación económica del país es desastrosa al término de este período de guerras continuas, de parálisis de las actividades productivas, y de desorden social. Con el propósito de promover el desarrollo industrial y la modernización tecnológica de México se acudirá el capital extranjero. El Estado, por su parte, además de otorgar todo tipo de facilidades a la inversión extranjera, se encargará de formar los recursos humanos necesarios, desde la mano obra capacitada (para lo cual se desarrolla la enseñanza básica) hasta a enseñanza superior. La universidad, no obstante, permanecerá cerrada hasta el final del período ya que se le sigue considerando una institución que por su naturaleza no podría ocuparse de los estudios positivos, y permanecer alejada de la filosofía especulativa. También se temía que con su reapertura (en total había sido clausurada en cinco ocasiones) se reiniciara la vieja polémica entre liberales y conservadores, sobre su utilidad.

Durante este lapso, las ciencias recibieron un importante apoyo por parte del gobierno. En el plano educativo, se organizó el sistema de enseñanza desde la elemental hasta la superior, teniendo como pieza central del mismo a la Escuela Nacional Preparatoria. Este establecimiento se organizó conforme al sistema comtiano de clasificación de las ciencias y enfatizando el papel del método experimental

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