Teoria Del Conocimiento
einer3817 de Diciembre de 2013
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PREFACIO
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
1. CONCEPTOS INTRODUCTORIOS.
A partir de la dicotomía sujeto-objeto, mente-cuerpo y teoría-práctica, y del énfasis puesto en la racionalidad como potencia superior de lo Humano, Occidente define al Conocimiento como un hecho de la conciencia, generado únicamente con el pensamiento. Es decir, lo concibe como un fenómeno puramente mental, racional y teórico, no accesible sino por medio del método de la ciencia, de manera que dicotomiza, además, el conocimiento científico del conocimiento no científico, atribuyendo al primero la categoría jerárquica de único conocimiento correcto y verdadero.
La Teoría del Conocimiento explica e interpreta filosóficamente el fenómeno del conocimiento humano. El conocimiento, como fenómeno de conciencia, es su objeto de estudio. Es una rama autónoma dentro de la Filosofía.
La Filosofía es definida (J. Henssen: Teoría del Conocimiento) como la autorreflexión del espíritu sobre su conducta valorativa teórica y práctica para llegar a una concepción racional del universo. En cuanto reflexión sobre la conducta teórica, es Teoría del Conocimiento Científico (o Teoría de la Ciencia). Como reflexión sobre la conducta práctica, es Teoría de los Valores Estéticos, Éticos y Religiosos (el arte, la moral y la religión caen en esta esfera).
La Teoría del Conocimiento Científico, a su vez, abarca dos aspectos: el formal (la Lógica) y el material (la Teoría del Conocimiento). La Lógica se ocupa de la corrección del pensamiento –es la teoría del pensamiento correcto-. La Teoría del Conocimiento se concentra en el pensamiento verdadero; es, en cuanto teoría material de la Ciencia, la teoría del pensamiento verdadero.
Las funciones superiores del espíritu involucradas son: en el lado teórico –cubierto por la Ciencia y la Filosofía- : el pensamiento. En el lado práctico (Arte, Moral y Religión): la intuición, la voluntad, y la fe, respectivamente.
El Conocimiento, como objeto de la Teoría del Conocimiento, se constituye en un fenómeno, en un hecho autónomo –hecho gnoseológico-. El método fenomenológico describe el fenómeno del conocimiento. La Teoría del conocimiento lo explica e interpreta filosóficamente.
El método fenomenológico describe el fenómeno del conocimiento partiendo de la concepción de la separación sujeto-objeto. Concibe, en consecuencia, que la función del sujeto es ‘aprehender’ el objeto. El sujeto captura al objeto a través de una imagen que contiene las características del objeto, por tanto: una imagen objetiva. El objeto es independiente de la conciencia cognoscente, es autónomo (o trascendente), y determinante: en el momento del conocimiento se produce una determinación del sujeto por el objeto, si bien lo determinado no es el sujeto sino la imagen objetiva. El conocimiento es verdadero cuando existe concordancia entre la imagen –como contenido del pensamiento- y el objeto. El objeto, en sí mismo, es decir fuera de la relación cognoscente, no es ni verdadero ni falso.
El fenómeno del conocimiento así configurado por sus tres elementos (sujeto, imagen, objeto) linda con tres esferas: la psicológica, la lógica y la ontológica. La esfera psicológica, centrada en el sujeto, se interesa por cómo surge el conocimiento; prescinde del objeto e investiga los procesos psíquicos y su conexión con otros procesos. La lógica ve la concordancia del pensamiento consigo mismo, no con el objeto. La ontológica sólo ve al objeto. Por lo tanto el problema epistemológico –el problema del conocimiento- cae fuera de la Psicología, de la Lógica y de la Ontología, ya que ninguna de las tres se ocupa de la relación sujeto-objeto. Esta relación es la esencia del hecho gnoseológico que da forma a la Teoría del Conocimiento como disciplina filosófica independiente.
En torno a la descripción fenomenológica del conocimiento como un hecho que dicotomiza sujeto-objeto, mente-cuerpo y jerarquiza a la racionalidad se inscribe el debate epistemológico en torno a cinco problemas eternamente discutidos y nunca acordados por las diversas corrientes filosóficas.
1. La posibilidad del conocimiento: ¿Puede el sujeto ‘aprenhender’ el objeto?
2. El origen del conocimiento: ¿Es la razón o la experiencia la fuente del conocimiento?
3. La esencia del conocimiento –el problema central-: ¿El objeto determina al sujeto¿ o a la inversa?
4. La forma del conocimiento: ¿Hay una aprenhensión racional? Intuitiva?
5. El criterio de verdad: ¿Cómo saber que el conocimiento es verdadero?.
2. LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO.
¿Puede el sujeto aprehender al objeto?
Diferentes y enfrentadas posiciones filosóficas se agrupan en torno a esta pregunta.
El Dogmatismo no considera que el conocimiento sea un problema, ya que no lo ve como una relación entre sujeto y objeto. En esta posición epistemológica son situados los pensadores griegos, quienes no plantean el ‘problema’ del conocimiento –éste aparecerá recién con los sofistas-. En el dogmatismo se sobreentiende que los objetos del conocimiento nos son dados directamente, sin la función mediadora de la percepción y el pensamiento.
El Escepticismo, que proviene de Pirrón de Elis, sostiene que el sujeto –la conciencia cognoscente- no puede aprehender al objeto debido a que el conocimiento está influido por características del sujeto, de sus órganos de conocimiento, y por el medio cultural. Debido a la presencia de estos factores subjetivos, no hay juicio verdadero, no hay una verdad. Por lo tanto no hay conocimiento y debemos abstenernos de emitir juicios. Para el escepticismo absoluto no existe posibilidad de conocimiento en general –es el escepticismo lógico-. El escepticismo relativo puede adoptar diferentes formas: el escepticismo metódico de Descartes (para quien la metodología de acceso a la verdad consiste en dudar de todo lo que se presenta a la conciencia como verdadero, para ir desechando lo falso), el escepticismo metafísico –o positivismo- (Hume, Comte niegan la posibilidad del conocimiento suprasensible), el escepticismo religioso o agnosticismo (Spencer –el absoluto es incognoscible), el escepticismo ético (Montaigne –no hay conocimiento moral-). Una modalidad de escepticismo no absoluto, es el escepticismo académico, cuyos orígenes pueden encontrarse en Arcesilao y Carneades, quienes admiten la probabilidad pero no la certeza.
El Subjetivismo y el Relativismo sostienen que hay verdad, pero ésta no tiene validez universal ni intemporal. Para el subjetivismo –originado en los sofistas- lo que es verdad para un individuo puede ser falso para otros. Los relativistas consideran que existen juicios válidos dentro de un entorno cultural y temporal. Así, lo verdadero para un círculo determinado (una humanidad, una cultura, un grupo científico) es falso para otro grupo.
Para el Pragmatismo (William James, Schiller) se reemplaza el valor de la verdad (teórico) por el valor de la utilidad (práctico). El ser humano es esencialmente un ser práctico, antes que un ser teórico-pensante. De ahí se deduce que el intelecto no nos es dado para investigar y conocer la verdad; está al servicio de la voluntad y la acción del ser humano. El conocimiento tiene, entonces, un sentido práctico de utilidad para la vida más que de búsqueda de la verdad. Es útil a la conducta práctica (Schiller), conserva la vida y sirve a la voluntad de poder (Nietzche).
El Criticismo, fundado por Kant, es una posición intermedia entre escepticismo –del cual el subjetivismo, relativismo y pragmatismo pueden considerarse como tres variantes- y el dogmatismo. Reconoce que hay verdad, pero no se la debe aceptar sin cuestionarla. Se la debe sustentar con el uso de la razón. Es decir, no se puede aceptar una verdad dogmáticamente, ni tampoco renunciar escépticamente a ella. El criticismo como método, exige investigar las fuentes de todas las afirmaciones y refutaciones, así como las razones en que éstas se fundan.
3. ORIGEN DEL CONOCIMIENTO.
¿Es la razón o la experiencia la fuente del conocimiento?
El Racionalismo defiende que es la razón, el pensamiento y no los sentidos, la fuente del conocimiento. Los conceptos fundamentales son un ‘a priori’ de la razón –son independientes de la experiencia-. Las formas que asume dicho ‘a priori’ pueden varias según distintos pensadores y permiten identificar distintos tipos de racionalismo:
El racionalismo trascendente de Platón, para quien el alma ha contemplado las Ideas en una vida anterior pre-terrenal, y se acuerda de ellas en el momento de la percepción sensible. Es la teoría de la anámnesis, según la cual el conocimiento es una reminiscencia.
El racionalismo teológico es sostenido, entre otros, por Plotino (nuestro espíritu es una emanación del Espíritu Cósmico y recibimos las ideas de él, por iluminación), San Agustín (las verdades provienen de Dios, quien nos ilumina) y Malebranche (conocemos las cosas contemplando inmediatamente lo absoluto, por intuición racional de lo absoluto).
El racionalismo inmanente de Descartes y Leibniz supone que la razón tiene un patrimonio innato de conceptos fundamentales del conocimiento.
El racionalismo lógico, en el siglo 19, atribuye a una ‘conciencia en general’ –distinta de la conciencia individual- la residencia de los principios fundamentales del conocimiento, de los cuales
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