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letu11 de Junio de 2014
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ÁCIDOS GRASOS OMEGA-3 Y CÁNCER, UNA ALTERNATIVA NUTRICIONAL PARA SU PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
OMEGA-3 FATTY ACIDS AND CANCER, A NUTRITIONALALTERNATIVE FOR ITS PREVENTION AND TREATMENT
Rodrigo Valenzuela B. (1), Karla Bascuñan G.(1), Rodrigo Chamorro M.(2), Alfonso Valenzuela B. (3).
(1) Escuela de Nutrición y Dietética, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Santiago, Chile.
(2) Laboratorio de Sueño, Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) Universidad de Chile. Santiago, Chile.
(3) Centro de Lípidos. Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), Universidad de Chile y Facultad de Medicina, Universidad de los Andes. Santiago, Chile.
Dirección para correspondencia
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ABSTRACT
Long-chain omega-3 polyunsaturated fatty acids (omega-3 LCPUFA) are essential for human beings and they should be incorporated to our body through the diet. For almost a century it is known that these fatty acids are essential for growth and development of individuals andfrom 1970 onwards, investigations have found solid evidence about several health properties attributed to these fatty acids, especially at the cardiovascular, neurological and anti-inflammatory level; it is in this sense that today a large number of investigations have focused to study the protective role of omega-3 LCPUFA against cancer, primarily based on the anti-inflammatory properties that they possess. In this paper we describe a series of evidences to establish a possible preventive and therapeutic use of omega-3 LCPUFA against cancer, specifically in prostate, breast and colon cancer.
Key words: cancer, fatty acids, omega-3 fatty acids, anti-inflammatory effect.
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RESUMEN
Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3 (AGPICL omega-3) son esenciales para el ser humano los que deben ser incorporados al organismo en la dieta. Desde hace casi un siglo se sabe que estos ácidos grasos son fundamentales para el crecimiento y desarrollo del individuo y desde 1970 en adelante, se han encontrado sólidas evidencias para atribuir diversas propiedades saludables a estos ácidos grasos, especialmente a nivel cardiovascular, neurológico y antiinflamatorio. En este sentido, en la actualidad un gran número de investigaciones se han centrado en estudiar el rol protector de los AGPICL omega-3 respecto al cáncer, principalmente por las propiedades antiinflamatorias que poseen. En el presente trabajo se exponen una serie de evidencias que permiten establecer un posible uso preventivo y terapéutico de los AGPICL omega-3 frente al cáncer, específicamente el de próstata, mama y colon.
Palabras clave: cáncer, ácidos grasos, ácidos grasos omega-3, efecto antiinflamatorio.
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INTRODUCCIÓN
En los países occidentales, las enfermedades cardiovasculares (ECV), el cáncer (Ca), la obesidad (Ob) y la diabetes tipo 2 (DM2), son responsables de más del 80% de la mortalidad (1). Se ha propuesto que los lípidos desempeñarían un papel decisivo en el desarrollo de éstas enfermedades, particularmente en referencia a la cantidad y tipo de ácidos grasos (AG) aportados por la dieta.
La ingesta total de lípidos, así como la relación en el consumo de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) de cadena larga (AGPICL) omega-6/omega-3, ha aumentado considerablemente en la dieta occidental en las últimas décadas (2). Es ya conocido que la dieta estándar actual difiere sustancialmente de aquella que consumieron los seres humanos desde tiempos prehistóricos (3). Por otro lado, está relativamente bien documentado el efecto preventivo de los AGPICL omega-3 en las ECV, ciertos Ca, DM2 y en el síndrome metabólico (SM), a través de información derivada tanto de estudios clínicos como epidemiológicos (4,5).
Si bien el efecto del medio ambiente en la expresión de los genes es aún controversial, existe certeza que la dieta puede modificar la expresión de nuestro patrimonio genético, afectando tanto en forma positiva, como también negativa, en la salud de los seres humanos (6). Es más, en relación a nutrientes como los lípidos, se sabe que la cantidad y el tipo específico de estos en la dieta, puede tener un impacto marcado y diferencial en la salud de animales con la misma base genética, incluyendo los humanos, así como en la salud de poblaciones predispuestas genéticamente (7 - 9). En el presente trabajo se expone una visión general sobre los beneficios de los AGPICL omega-3 de origen dietario, en relación a su posible efecto preventivo en el desarrollo de ciertos Ca, como el cáncer de próstata (CaP), el cáncer de mama (CaM), y el cáncer de colon (CaC). La información deriva de las evidencias clínicas y epidemiológicas disponibles en relación a estas patologías de alta prevalencia actual en la población occidental, cuya alimentación se caracteriza por una baja ingesta de AGPICL omega-3 y de una distorsionada relación entre el consumo de estos ácidos grasos y aquellos de la serie omega-6.
APORTE DIETARIO Y METABOLISMO DE LOS AGPICL
Fuentes alimentarias de AGPI omega-3 y omega-6
El ser humano sintetiza a partir de novo los AG saturados y monoinsaturados. Sin embargo, carece de la maquinaria enzimática para sintetizar AGPI, por lo que estos deben ser aportados por la dieta, por lo cual son denominados ácidos grasos esenciales (AGE). (10) Estos son los AGPI omega-3 y omega-6 y sus respectivos AGPICL derivados de ellos. Los vegetales terrestres, especialmente aquellos con alto contenido de lípidos, pueden sintetizar el primer precursor de los AGPICL omega-6, el ácido linoleico (C18:2, A 9, 12; omega-6; AL). Es así como los aceites de maravilla (girasol), de soja, pepa de uva y de maíz, entre otros, constituyen una buena fuente dietaria de AL. Por otro lado, el primer precursor de los AGPICL omega-3, el ácido alfa linolénico (C18:3, A 9, 12, 15; omega-3; ALN), es más abundante en los aceites de raps (canola), nuez, linaza y chía, entre otros, y en menor proporción en el aceite de soya (uno de los aceites más consumidos en occidente) (11). Los AGPICL omega-3 de mayor importancia son el ácido eicosapentaenoico (C20:5, A5, 8, 11, 14, 17; EPA) y el ácido docosahexaenoico (C22:6, A4, 7, 10, 13, 16, 19; DHA), los que sólo están presentes en los vegetales y animales de origen marino, siendo estos últimos nuestra principal fuente nutricional, particularmente los peces de aguas frías (salmónidos, jurel, sardina, caballa) o profundas (atún, bacalao) (12) quienes los obtienen del fito y zooplancton que forma parte de su cadena alimentaria (13). La población occidental, lamentablemente consume pocos vegetales de origen marino, los que son particularmente ricos en DHA (14). Es importante señalar que el contenido de AGPICL omega-3 de los peces varía considerablemente en función de la especie, contenido de materia grasa y ubicación geográfica de estos. Los peces de aguas profundas y de temperaturas frías tienen, un mayor contenido de EPA y DHA que los peces de cultivo (salmónidos), ya que estos pueden tener una variación significativa en sus niveles de AGPICL omega-3, derivado principalmente de las características de la dieta artificial que se suministra a estos peces (15).
Conversión de AL y de ALN en AGPICL
Los mamíferos, con la excepción de los felinos que no pueden sintetizar de novo AGPICL omega-3 y omega-6, pueden convertir al AL y al ALN en sus derivados de mayor tamaño de cadena y poliinsaturación; ácido araquidónico (C20:4 A 5, 8, 11, 14; omega-6, AA) en el caso del AL y EPA y DHA, en el caso del ALN, dado que en sus células se encuentran las enzimas elongasas y desaturasas necesarias para su biosíntesis. Estas enzimas aumentan el tamaño de la cadena de carbonos e introducen nuevos dobles enlaces, respectivamente, a los precursores AL y ALN (16). La conversión ocurre, principalmente, en el retículo endoplasmático liso celular en una primera etapa y en el caso específico de los AGPICL omega-3, continúa en los peroxisomas (17).
EFECTOS PROTECTORES DE LOS AGPICL OMEGA-3 FRENTE AL CÁNCER
Estudios de diseño caso-control, realizados en Japón (18) y en Escocia (19) han demostrado el papel protector de AGPICL omega-3 frente al Ca, al observar una relación inversa entre el riesgo de desarrollar esta patología y el mayor consumo de AGPICL omega-3, siendo esta asociación fuertemente significativa para el CaC distal (20). Por otro lado, un estudio en el que se midieron los niveles de AG en sangre, estableció una relación inversa entre la concentración total de AGPI-CL omega-3 y el riesgo de desarrollar CaP (21). En un estudio realizado en Jamaica, se observó que hombres sometidos a biopsia de próstata por elevación en los niveles del antígeno prostático específico, presentaban una correlación positiva entre los niveles de ALN y de DHA en los fosfolípidos de membrana de los eritrocitos y un menor volumen tumoral en la próstata (22).
Los antecedentes epidemiológicos actualmente disponibles permiten establecer una asociación entre la ingesta de AGPICL omega-3 y el cáncer, a través de estudios de correlación que sugieren un efecto protector de estos AG (23). Sin embargo, no todos los resultados son totalmente concluyentes, tema que aún requiere más estudios (24). Esta discordancia se podría explicar por variaciones tanto en la cantidad como de la fuente utilizada de AGPI omega-3 (de origen terrestre, ALN, o marino, EPA y/o DHA). Muchos estudios se basan en datos de ingesta dietética (encuestas de libre consumo) o de estimaciones basadas en consumos nacionales, con lo cual estas evaluaciones se correlacionan
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