Verdades y mentiras sobre la responsabilidad social de la empresa
Alejandro CórdovaEnsayo8 de Septiembre de 2015
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Verdades y mentiras sobre la responsabilidad social de la empresa
Dr. Julio Olivo Granadino*
1.Sobre su historia La Responsabilidad Social de las Empresas o Corporate Social Responsibility por sus siglas en inglés (CSR), tiene su auge –de acuerdo a la mayoría de autores- en las décadas de los años 60 y 70 en los Estados Unidos de Norte América (EE.UU.), y en algunos países de Europa (Véase: Drucker, P; Koontz, H; Keith Davis; Sheldon, O; Carrol, A; Humble, J; Stoner, J., Freeman; entre otros. Esto no significa que el fenómeno no tenga raíces históricas que puedan rastrearse mucho tiempo atrás, incluso desde el surgimiento mismo de la propiedad privada, aparecimiento de las clases sociales y la actividad económica comercial. De hecho la exigencia por la función social de la propiedad se pone de manifiesto ya en el siglo XVIII, con Robert Owen que en el marco de la Revolución Industrial, demostraría que se puede realizar un proceso productivo de manera socialmente responsable y, al mismo tiempo, eficiente (Vid. Socialistas utópicos ingleses y franceses, aportes de Marx y Engels). La Responsabilidad Social de la Empresa (en adelante RSE), no es una concesión de buena voluntad de parte de las empresas, sino que es una construcción histórica multicausal, en cuyo surgimiento y auge jugaron un papel determinante las demandas de la sociedad civil en el denominado “Movimiento de Responsabilidad Social de la Empresa (Corporate Social Responsibility Movement), en donde coincidieron en el caso norteamericano, el movimiento por la defensa y protección del medio ambiente, el movimiento en contra de la guerra del Vietnam, el movimiento por la defensa de los derechos de los trabajadores, defensa de los derechos humanos, entre otros. Precisamente la historia reporta las exigencias del Movimiento por la Responsabilidad Social de las Empresas, porque la sociedad civil –ya en la década de los 60- advierte con mayor claridad, el crecimiento imparable de las empresas, la acumulación de capital, la expansión de sus actividades económicas a nivel mundial, y con ello la producción de lo que se denomina en derecho: externalidades negativas: consecuencias negativas de la actividad comercial. Dicho movimiento, exigía: 1. Regulación de parte del Estado de la propiedad de las corporaciones; 2. Controles para evitar la contaminación que las empresas generan; 3. Que las empresas no exploten a los trabajadores; 4. Que las empresas no se involucren en violaciones a los derechos humanos; 5. Que las empresas no se involucren en actos de corrupción; entre otros. Todo lo anterior dio como resultado –décadas de los 60-70- una drástica regulación de las actividades empresariales que culmina con la creación de la figura de “Directores de Interés Público” que tendrían la función de incorporarse en las Juntas Directivas de las Empresas para vigilar que éstas no abusaran de su poder adquirido y encaminarlas hacia su responsabilidad social. Debemos considerar además, las regulaciones jurídicas en la misma dirección señalada, tales como: el Act (ley) de política Nacional medioambiental (1970); el Act (ley) de Aire Limpio (1970), entre otras. Lo anterior fue acompañado por la creación de agencias que velarían por el efectivo cumplimiento de las leyes creadas: EPA (Agencia de protección del medio ambiente), OSHA (Agencia de Protección de la Salud Ocupacional), etc. En la perspectiva histórica del tema, no es cierto (como se
promueve en círculos empresariales salvadoreños) que Milton Friedman sea abanderado de la defensa de la responsabilidad social de las empresas, ya que si bien incursiona en la discusión del tema, lo hace desde una posición opuesta al concepto, manifestándose en contra de la asunción de parte de las empresas de la filosofía de la Responsabilidad Social. ¿O que otra cosa puede interpretarse de su artículo publicado en el New York Times en 1970?…en donde afirma que: “la promoción de fines sociales para la empresa privada, por parte de los hombres de negocios, es predicación de un socialismo puro”. Para él, “la Responsabilidad Social de la empresa es la maximización de ganancias”. De hecho en su obra culmine Capitalism and Freedon (1962) sostendría que: “Mientras existan impuestos corporativos, no existe justificación para permitir deducciones para contribuciones a obras de caridad e instituciones educativas”. Más bien, debemos a este gurú del liberalismo económico, siguiendo a Adam Smith (en su teoría de los sentimientos morales) la idea de que los negocios deben conducirse de forma “ética”, o conforme a las reglas básicas de la sociedad, que se encarnan en leyes, y que a su vez devienen de normas de comportamiento moral y socialmente aceptado. En la correcta ubicación histórica del fenómeno, deben ponderarse a autores como: Howard R. Bowen que publica en el año 1953 el libro: “Social Responsibilities of the Businessman” resaltando en sus planteamientos –que luego serán retomados por el movimiento de la década de los años 60 y 70: “la doctrina de la RSE se refiere a la voluntaria asunción de las responsabilidades sociales de los empresarios para mejorar el logro de las metas económicas que buscamos”. De igual manera, debe ponderarse a Peter Drucker, reconocido autor en temas de administración de empresas, para quien la RSE está representada por lo que la empresa debería y podría hacer para abordar y resolver problemas sociales. Este último autor, nos trae a cuenta los estribillos del movimiento social de las décadas de los 60: “Si la ciencia puede decirnos como llevar a un hombre a la luna, repitieron constantemente los activistas de la década de 1960 (…) Sin duda podrá explicarnos el modo de crear un ambiente decente, salvar de las drogas a nuestras ciudades, asegurar la felicidad del matrimonio y fomentar el gusto de los niños por la escuela… Si no lo hace, la única explicación es que las prioridades de valor son erradas o que existe una conspiración malintencionada”.
En el mismo sentido, Keith Davis, subrayará que: “la idea de responsabilidad social, implica que antes de tomar una decisión una persona considera los más amplios efectos que la misma podría tener para el interés público” (sobre este punto hay una distinción teórica entre responsabilidad social, función social y acción social que no abordaremos en este artículo). Para finalizar, debemos afirmar que las raíces más remotas del movimiento de RSE, se relacionan con una etapa de filantropía, primero de los empresarios a nivel individual y luego de las empresas en su carácter social. Son ilustrativas las donaciones a obras de caridad en los Estados Unidos de Steven Girard (1831), hizo legados caritativos generosos en su testamento que ascendían a seis millones de dólares destinados a establecer una escuela para los muchachos huérfanos. Otros continuaron con sus esfuerzos sociales como el filántropo George Peabody, que regaló nueve millones (1850) a fin de promover educación y proporcionar alojamiento a los necesitados. A ellos se suman John D. Rockefeller que (segunda mitad del siglo XIX), que cedió en su vida más de 550 millones de dólares a obras benéficas.
Actualmente se conocen las donaciones en materia de educación del millonario Bill Gates de la corporación Microsoft y Pierre Omidyar de la empresa eBay. Esta corriente filantrópica, que es una etapa muy primitiva de la Responsabilidad Social de la Empresa- que algunos empresarios salvadoreños ya están asumiendo- tenía a su base las teorías de “Carnegie” (1899) quien defendía las ayudas sociales que las empresas deben aportar a los más necesitados por dos razones: 1. Por el principio que denominó: “caridad” que suponía que los miembros más afortunados de la sociedad, debían ayudar a los menos afortunados, entre ellos, a los desempleados, los minusválidos, los enfermos y los viejos. 2. El principio de custodia, derivado de la Biblia, suponía que las empresas y los ricos fueran considerados custodios, o cuidadores de sus bienes terrenales. El concepto de Carnegie decía que los ricos tenían «en custodia» el dinero del resto de la sociedad y que lo podían usar para cualquier propósito que la sociedad considerara legítimo, por ejemplo invertirlo para multiplicar la riqueza (Véase: Stoner J., y Freeman R.).(En el próximo número se abordará el concepto de Responsabilidad Social de la Empresa y sus implicaciones).
2.Aproximación al concepto de Responsabilidad Social de la Empresa y sus principales implicaciones
2.1.Contextualización
El fenómeno de la Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) que abrazó como demanda central ((décadas de los 60-70) una regulación contundente de parte del Estado, no puede concebirse al margen de premisas tales como:
2.1.1.El auge del movimiento social por la exigencia de mayor responsabilidad de las empresas, sobre todo debido a los efectos negativos que éstas ocasionan a la sociedad: contaminación del medio ambiente, violación a derechos de los trabajadores, violación a derechos humanos, actos de corrupción, y otros problemas sociales. Esto último sin dejar de ponderar las externalidades positivas, el tremendo peso de las empresas responsables en materia de desarrollo económico social: pago de impuestos, generación de empleos, inversión en infraestructura, aportes a investigaciones científicas, tecnología, etc.
Las transformaciones ocurridas en el Modo de Producción Capitalista y su componente de globalización de la actividad económica y comercial (acentuado a finales de los 80 y principios de los 90), que sitúan a las empresas o corporaciones transnacionales como el poder más grande sobre la faz de la tierra (de los 25 trillones de euros que constituyen el producto bruto mundial, dos terceras partes corresponden a 53,000 empresas multinacionales y sus 400,000 empresas auxiliares, y en algunos casos, como el del millonario Bill Gates (dueño de Microsoft) cuyo capital oscila entre 60,000 y 70,000 mil millones de dólares equivalente al ingreso de 200 millones de personas o al PIB de todos los países de Centroamérica, más Belice, Panamá, Jamaica y Bolivia (Consúltese el New Internationalist. www.oneworld.org/).
Se trata de un poder que se erige sobre el poder del Estado, y en donde las grandes empresas en países como el nuestro inciden en las decisiones de los poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Tráigase a cuenta el proceso de aprobación apresurado por la Asamblea Legislativa del Tratado de Libre Comercio (CAFTA), para que las empresas transnacionales norteamericanas tuvieran un marco legal adecuado (o propuesto a su medida) con el fin de satisfacer los intereses de expansión de su actividad comercial.
Pese a este poder, las empresas deben plantearse una nueva estrategia para la sobrevivencia del Modo de Producción que las alberga (o su propia sobrevivencia). Esto pasa por imprimir renovaciones sociales a un Modelo Capitalista-Neoliberal, duramente criticado por Stiglitz (Premio Nóbel de Economía) en el Malestar de la Globalización como excesivamente centrado en lo económico y en el mercado, en detrimento de los aspectos sociales. Uno de esos matices es precisamente la Responsabilidad Social de la Empresa, pues bajo esta teoría no se concibe empresas que acumulen ganancias sin ningún tipo de limitación y sin tomar en cuanto los aspectos sociales de su accionar.
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