El Río de los Sueños Olvidados

El Río de los Sueños Olvidados

En una aldea donde el sol brillaba con intensidad y las flores nunca dejaban de florecer, vivía una niña llamada Elara. Aunque el lugar parecía perfecto, Elara siempre sentía que algo faltaba. En sus sueños, veía un río cristalino que corría a través de paisajes desconocidos, rodeado de montañas altas y bosques densos. Siempre que despertaba, sentía una extraña sensación de que ese río era real, y que alguien, o algo, la estaba llamando.

Un día, mientras paseaba por el campo, Elara encontró un mapa antiguo en una botella flotante que había sido arrastrada por el viento hasta sus pies. El mapa mostraba un río marcado con una línea dorada que serpenteaba por lugares que nunca había visto antes. Al verlo, Elara sintió que algo dentro de ella despertaba. La sensación de conocer ese lugar, ese río, era tan fuerte que decidió seguir la ruta que el mapa indicaba.

Esa noche, empacó una pequeña mochila con provisiones y partió al amanecer, siguiendo el mapa y guiada por la intuición. Después de caminar durante días, cruzando valles y montañas, llegó al lugar donde el mapa parecía indicar que el río debía comenzar. Pero en lugar de agua cristalina, encontró un vasto desierto de arena dorada. Confusa y agotada, se sentó a descansar bajo la sombra de un árbol solitario.

Fue entonces cuando escuchó una voz suave, como un susurro en el viento. "¿Qué buscas, niña?", preguntó la voz.

Elara miró a su alrededor, pero no vio a nadie. "Busco el río de los sueños olvidados", respondió con esperanza.

De repente, la arena comenzó a moverse como si cobrara vida. Del suelo emergió una figura antigua, cubierta por una capa de luz tenue. Era un ser que parecía estar hecho de polvo estelar y sombras. "El río no está aquí, sino en el corazón de aquellos que aún creen en sus sueños", dijo la figura con voz profunda. "El río fluye solo para aquellos que han olvidado lo que sueñan y necesitan recordar."

Elara, aunque sorprendida, no dudó. "Entonces, ¿cómo puedo encontrar el río?", preguntó con determinación.

La figura extendió su mano hacia ella, y en ese instante, Elara vio algo increíble: una corriente de agua comenzó a formarse en el aire, como si el tiempo y el espacio se distorsionaran. La corriente serpenteó alrededor de ellos, y una visión apareció en el aire: el río cristalino de sus sueños, lleno de flores flotando sobre el agua y un cielo despejado que reflejaba sus propias emociones.

"El río solo aparece cuando alguien se enfrenta a su mayor temor: el olvido de lo que sueña", explicó la figura. "Elara, tu corazón siempre ha conocido este río. Lo que necesitas hacer es dejar ir tus dudas y miedos. El río es una manifestación de tus deseos más profundos. Si lo sigues, te llevará a la paz que buscas."

Elara cerró los ojos y, por un momento, se sumió en un profundo silencio interior. Comenzó a recordar todos los sueños que había dejado atrás con el tiempo, aquellos que alguna vez la hicieron feliz y la llenaron de esperanza, pero que se fueron desvaneciendo a medida que crecía. Se dio cuenta de que había olvidado lo más importante: seguir su propio camino, creer en lo imposible y mantener la luz de la curiosidad encendida.

Cuando abrió los ojos, el río ya estaba allí, fluyendo suavemente frente a ella. Las aguas eran tan claras que reflejaban no solo el paisaje, sino también su alma. Elara comprendió que el río de los sueños olvidados no era solo un lugar físico, sino una puerta a su corazón, una manera de recordar todo lo que había dejado atrás y lo que aún podía alcanzar.

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