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La transformación de las Instituciones Educativas

Matias Ezequiel Torres ArruetaEnsayo14 de Abril de 2024

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[pic 1]                        INSTITUTO DE ENSEÑANZA SUPERIOR N° 5

                                      JOSE EUGENIO TELLO

                    PROFESORADO DE EDUCACION TECNOLOGICA

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INTRODUCCION

La educación es, sin duda, una de las más importantes referencias que nace y se desarrolla al amparo de las necesidades Educativas. Entendida ampliamente como un proceso de influencia sobre las personas en su desarrollo, cumple con una tarea fundamental que, dependiente del contexto, con el tiempo se convertiría en una necesidad para regular y organizar.

La educación se especializa y se concentra en personas específicas que utilizan también, a su vez, marcos específicos de actuación.

Los actores de la escuela, requieren de un proceso de organización que debe ser asumido socialmente con el tiempo.

La educación es un fenómeno social en cuanto se da en la sociedad y se halla ligada a su desenvolvimiento y proceso. La educación no sólo se da en la escuela, sino también en una serie de instituciones, elementos y circunstancias, de índole social, y que poseen al igual que aquella la misión educadora.

El presente ensayo pretende analizar como tema central a la Escuela y su Organización como escenario de interacción social; considerando definido como un subsistema del sistema socio-cultural, formado por la interacción dinámica de instituciones, grupos, personas o elementos que posibilitan formarse y socializarse a una determinada sociedad. Para el mismo, se tomarán como referencia aportes teóricos de bibliografía seleccionada y vinculada al tema.

DESARROLLO

Según la autora Inés Aguerrondo (1996); el conjunto del Sistema Educativo puede verse como una serie de organizaciones que traban o facilitan la provisión de un servicio equitativo de calidad. Es en la institución escolar como ‘unidad de servicio’ donde se juega la suerte de la calidad y la equidad de la oferta Educativa.

Esta visualización de la importancia central de la escuela permite también colocarla en otro lugar: unidad de organización del servicio.

Debido a que la acción básica de la Educación se desarrolla en el aula, durante mucho tiempo se pensó que la unidad de cambio del Sistema Educativo era ésta. Así, los esfuerzos innovadores durante las décadas de los sesenta y setenta tuvieron como centro principal al docente y su tarea de Enseñar.

La transformación de las Instituciones Educativas implica la demanda de incorporar cambios en los contenidos de la enseñanza y también en las modalidades que asume su Organización y Gestión. En estos tiempos, el desafío consiste en construir una escuela flexible, abierta, es decir, en continua innovación, que han cambiado en las últimas décadas teniendo en cuenta las demandas sociales. Como consecuencia se requiere impulsar proyectos que mejoren la calidad de los aprendizajes. Por tanto, la gestión debe promover la participación de las familias, docentes y alumnos, para responder a las amplias necesidades de la comunidad escolar, potenciando la creatividad individual, generando en el aula espacios de crecimiento, autonomía, pensamiento crítico y reflexivo, en los educandos, que implican competencias prácticas para aplicar en el mercado de trabajo.

Según Inés Aguerrondo; “Organización” se refiere al aspecto estructurante de la forma institucional, y Gestión: a la puesta en práctica de los mecanismos o acciones para cumplimentar determinados proyectos u objetivos. El cambio no solamente debe situarse en el ámbito áulico, sino que también se traslada a todas las dimensiones de la dinámica Institucional: Pedagógico-Didáctico (específica de la institución Escolar, Administrativa, Organizacional y Comunitaria.

La información que circula y que se procesa en una institución debería ser parte de un circuito vinculado con la evaluación y autoevaluación. La distribución de los recursos, los modos de utilizarlos en función de los objetivos y necesidades escolares, constituyen soportes materiales de la gestión y Organización Institucional.

Los   miembros   y   el   entorno, que   crean   normas, valores   y   construyen   significados   para configurar la cultura organizacional. En la práctica se considera que para lograr el cambio se precisa de la negociación, intercambio y el consenso entre los miembros de una organización. De acuerdo con el conocimiento y el aprendizaje se realizan en interacción con el objeto de conocimiento   que   deben   aplicarse   al   contexto.   Se   concibe   que   se   aprende   cuando   se reconstruye   y   recrea   la   información, y   que   el   error   es   el   motor   para   un   aprendizaje organizacional y por último, se destaca   que   en   este   tipo   de   organización   transmiten conocimiento y producen saber.

¿Qué es una organización inteligente, o una escuela que aprende?

En el texto “La escuela como organización inteligente”, se concibe a la escuela como una organización que aprende, debido a que posee una competencia nueva, aprendiendo de la experiencia pasada y presente para solucionar sus problemas y facilitando el aprendizaje de todos sus miembros. Además, es una organización que se abre al contexto, tiene herramientas para mejorar el desarrollo institucional. Se caracteriza porque este tipo de establecimiento de enseñanza busca la formación y la innovación.

De igual manera, se la puede definir como organización inteligente, porque las personas cultivan nuevos patrones de pensamiento y la gente aprende a trabajar en conjunto, es decir en equipo, aunque del trabajo individual también necesita. Por lo tanto se pretende que una organización inteligente posea: una reacción proactiva ante los problemas, construya una visión compartida del lugar que quiere llegar, pueda trabajar en equipo, aprenda con otros y transfiera  los  conocimientos, experimenta  e  investiga  nuevos  enfoques  para  obtener aprendizajes de la experiencia, es una organización creativa ya que se desarrollan espacios de aprendizaje y reflexión entre sus miembros y revisa para modificar y reflexionar sobre la forma de pensar y hacer una institución.

Desde esta perspectiva, las organizaciones no se explican a partir de sus objetivos. Son más bien sus objetivos los que deben ser explicados en términos de las interacciones humanas de las que ellos emergen. Las leyes que las rigen no surgen de la racionalidad del diseño sino de las pautas que forman las interacciones humanas. Las tres aproximaciones que se incluyen en este grupo son la escuela de relaciones humanas, la escuela institucional y la corriente culturalista. Cuando las organizaciones son vistas como campos de interacción humana, el aprendizaje es un producto natural de esas interacciones.

En este sentido, y según lo mencionado anteriormente; es importante resaltar que los procesos de enseñanza-aprendizaje no se rigen por protocolos estandarizados, sino que se realizan de manera mucho más imprecisa comparados con la tecnología que domina los procesos de producción en el mundo de la empresa. Los factores que definen el proceso de enseñanza-aprendizaje son tan complejos, dependen de situaciones y circunstancias, que hacen muy difícil predecir resultados, controlar el proceso y evaluar los resultados.

En la complejidad de la realidad escolar y los miembros de la organización tienen que asumir en su actividad diversidad de roles en relación con los objetivos de la organización educativa para los que no se sienten en muchas ocasiones preparados, ya que los colectivos de personas que incluyen son variados (familias, profesorado, alumnado, administración, ...) en sus edades, características, objetivos e intereses, lo que produce una alta diversidad de patrones de comportamiento, de creencias, etc., y un posible choque potencial entre los diferentes intereses que se defienden, al tener una estructura de participación más democrática que en una empresa.

Por otro lado, es imprescindible en el proceso educativo saber gestionar el funcionamiento de una organización escolar que facilite la comunicación, la convivencia, la participación democrática, así como un clima y una cultura de compromiso con un proyecto conjunto con la comunidad educativa que permita avanzar hacia la construcción de auténticas comunidades de aprendizaje democráticas y participativas.

Las organizaciones escolares no son estructuras predecibles que funcionan como “relojes” con sólidos mecanismos de precisión. Las funciones que se le asignan (facilitar el aprendizaje, potenciar la formación, adaptar socialmente, etc.), son ambiguas, difusas, complejas, a veces contradictorias –adaptar socialmente y potenciar la creatividad y originalidad, por ejemplo– y no siempre bien delimitadas en sus objetivos y medios.  Por eso, su estudio para comprenderlas y para intervenir en ellas, exige la delimitación de los aspectos relevantes que las configuran. Objetivos, estructura y sistema relacional son los tres componentes básicos de las organizaciones. Son los elementos sobre los que ha de desarrollarse el trabajo para mejorar el funcionamiento y dinámica de toda escuela.

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