El niño morado de Monsona Quintana
YolferiEnsayo4 de Noviembre de 2015
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El niño morado de Monsona Quintana
En el cuento “El niño morado de Monsona Quintana” vemos una de las tantas situaciones que sucedieron o aún sucede en la familia del jíbaro puertorriqueño. Se muestra la cruda realidad del entorno familiar donde se sufre de hambre, soledad e indiferencia. Esto sucedió hace mucho tiempo, basándome el momento en que fue escrito, el 1946, donde apenas en Puerto Rico se estaba “estrenando” el primer gobernador, Jesús T. Piñeiro y donde abundaba la pobreza y las familias extremadamente numerosas eran la orden del día.
La casa de Monsona Quintana y Anacleto no eran la excepción. Una familia de dieciséis hijos, como los describe “pidiones” no porque fueran “afrentaos” sino porque en un lugar donde no hay el suficiente alimento las personas siempre van a tener hambre. Además llenos de piojos, moquillentos y descalzos. Y mostrando conesto la situación social y económica que rodeaba las familias campesinas. ¿En que lugar del mundo una solamujer puede hacerse cargo de 16 niños, logrando que estén todos sanos, limpios, y cubiertas todas sus necesidades? Y para completar y a causa de la poca información y educación que había sobre planificación familiar, llegó el hijo número 17. Algo que a la luz se ve no era ninguna sorpresa ni causaba emoción. Como si fuera algo trivial como ir a bañarse, la madre lo pare a su hijo sola en un cuarto y al padre, que aparentemente estaba muy ocupado durmiendo, cuando se le avisa sobre el nacimiento ni siquiera toma un minuto para ir a verlo, es algo que puede dejar para más tarde. Hombre notablemente machista e insensible, que entienden que la mujer está preñá pero que el no carga culpas, su trabajo es proveer, y uno más vendría siendo más que una bendición, una carga.
El niño nace pequeño, entiéndase más de lo normal, flacucho y morado. Producto de, quizás el trabajo tan pesado o de la mala alimentación de la madre; y morado, puede ser por la falta de atención durante el parto, ya que una condición así se produce inmediatamente después del nacimiento si el bebé comienza a respirar más rápido de lo habitual y no consigue oxigenarse adecuadamente por quedarse líquido en sus pulmones. Sus manos y pies se tornan de color azulado, problema se soluciona por lo general en pocas horas, y para que el bebé no se canse tanto para mantener la oxigenación de su cuerpo, se le administra oxígeno mediante un dispositivo especial, lo cual por supuesto no estaba disponible. Aunque es solo una conclusión que podría estar equivocada, todo nos indica que un niño que nace en esas condiciones y no es atendido correctamente, solamente habría que esperar que pase lo inevitable a menos que Dios en su infinita misericordia haga de lo imposible algo posible.
Pero, ¿que madre encuentra a su hijo feo o quiere aceptar que está enfermo? “ Es que es indiecito” Con todo el amor del mundo le llamaba “guimbo” (también así llaman un murciélago) y esperanzada en algo sin esperanza, miraba sin ver, solo esperando ese milagro en el que solo una madre es capaz de creer. Dejando a un lado todo, aún a sus otros hijos, para atender al bebito. Podría hasta decir que en su interior podría haber una batalla de no querer dejarlo ir pero a su vez reconocer, sin decir a nadie, lo que todos saben, y mantenerse guerreando hasta el final, sin culpas y sin una conciencia que en un futuro la perturbe.
En un momento el narrador emite una especie de clamor “Monsona Quintana, jíbara desgraciada de mi patria, máter estracijada, a quien le falla con la teta exhausta su ambicionilla láctea de mai, con la oración inflexible al voluntad del cielo, con la miseria del bohío el auxilio de la tierra” Aquí utiliza algo que se ve a través de todo el cuento, el uso de metáforas. Una comparación de la mujer con la isla. Un terruño que no se da por vencida(o), que aunque lo lastimen sigue
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