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El poder de la literatura en la humanización y autoconocimiento

yiyo ryuTarea7 de Noviembre de 2025

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Momento 1Efectos de la obra literaria en la sensibilidad Bienvenida al momento

Apreciado estudiante, bienvenido a este inicio de tu curso de Humanidades III; en este

momento de aprendizaje el trabajo será individual, abordarás algunos de los cuentos clásicos más relevantes de la historia de la literatura y, de igual manera, te adentrarás en la ciencia del dios Hermes, la hermenéutica, sabiendo, de antemano, en qué consiste la literatura.

Finalizarás con un ejercicio de escritura en forma de relatoría, tal y como lo aprendiste en semestres anteriores.

La literatura, como objeto estético, constituye una de las formas privilegiadas de

acercamiento a la condición humana y, por tanto, de humanizarnos a nosotros mismos. La ausencia de una subjetividad robusta y equilibrada lleva, en muchos casos, a la incapacidad de asumir la existencia propia, así como la oportunidad que constituyen los demás.

Por otro lado, la palabra escrita te brinda la herramienta óptima para desarrollar tu lectura crítica, así como tu nivel de escritura argumentativa; ambos procesos serán abordados a lo largo de esta aventura literaria.

La literatura es una forma de la ficción como el cine, los videojuegos, las telenovelas, las

series, los comics y un muy largo etc. Así que te estás adentrado en los fangosos terrenos que “la mentira” relata, sin embargo, debes saber que todas esas mentiras, todas esas ficciones mueven miles de millones de dólares al año, somos una especie a la que le encanta los relatos. ¿Por qué crees que le invertimos tanto dinero, tiempo, esfuerzo y capital humano a

las mentiras, a las ficciones?

Actividad 1: Ficción, crítica y relatos

Indicador de los elementos de la competencia: Saber

Explica los elementos y técnicas narrativas y expresivas de las manifestaciones Literarias.

Descripción de la actividad

En esta actividad de aprendizaje abordarás dos temas fundamentales para comprender todo el curso. El primero de ellos será el concepto de literatura, para esto debes ver con atención el video de Víctor Amela sobre cómo la literatura nos constituye, de igual manera, leerás un cuento que ilustra muy bien de qué hablamos cuando hablamos de literatura. En un segundo tema, y de la mano de uno de los mejores escritores latinoamericanos de inicio de siglo, estudiarás el concepto de ficción, como actividad de seguimiento del aprendizaje tendremos un foro de participación a cerca de estas categorías conceptuales abordadas.

Somos el único animal que cuenta historias, que hace poemas y canciones, que inventa relatos para enseñar y entretener. Los seres humanos somos una especie narrativa, no podemos existir por fuera de la metáfora tal y como lo dijo Aristóteles hacia el siglo V de la era común. Sólo este hecho hace relevante que cualquier sujeto de nuestra especie dedique algún tiempo de su vida al estudio de este fenómeno en el que permanece inmerso, aunque no se dé cuenta de ello, como los peces sobre la existencia del agua. Pero, además, todo se

vuelve un poco más complejo cuando nos damos cuenta de que nuestra especie invierte enormes cantidades de esfuerzo, tiempo y dinero en las ficciones, sin estas mentiras la economía mundial colapsaría; solo imagina desaparecer el cine, las revistas de comics, la Tv, el servicio de Streaming, las editoriales, la música, los teatros, etc. Ya es hora decirlo porque lo debes estar sospechando, sin historias el ser humano no fuera lo que es, tienen que ver con nuestra sobrevivencia como especie.

Así que, adelante, comienza un viaje por el mundo de las historias escritas.

Desde que nos reuníamos en las noches, alrededor del fuego, a contarnos cómo había sido la cacería del día y cómo, quienes quedaban en la cueva, recolectaban y ordenaban su mundo, apareció la literatura. Es apenas evidente que el cazador exageraba sus hazañas con tal de impresionar a quienes lo escuchaban o, en espacial, a una persona en del auditorio. Vladimir Nabokov (2009) nos dice en su Curso de literatura europea que:

La literatura no nació el día en que un chico llegó corriendo del valle Neanderthal gritando ‘el lobo, el lobo’, con un enorme lobo gris pisándole los talones; la literatura nació el día en que un chico llegó gritando ‘el lobo, el lobo’, sin que le persiguiera ningún lobo. El que el pobre

chaval acabara siendo devorado por un animal de verdad por haber mentido tantas veces es un mero accidente. Entre el lobo de la espesura y el lobo de la historia increíble hay un centelleante término medio. Ese término medio, ese prisma, es el arte de la literatura. (p. 1S)

Ese término medio es, precisamente, la ficción de cualquier tipo, no solo la escrita. Pero ¿qué es la ficción?, y, entre las ficciones que existen, ¿qué es la literatura? Las respuestas son múltiples, ambiguas, antagónicas y dispares -así como la mayoría de los conceptos en

Humanidades- no tenemos, sobre la literatura, un acuerdo absoluto, no existe algo así como un manual de certezas irrefutables sobre lo que se entiende por lo literario. Aquí aparece, ya, otra sutileza; es probable que la literatura no exista como sustantivo sino como adjetivo, algunos textos tienen características especiales que los hacen literarios, mientras que otros no.

En la historia de las bellas letras encontramos quien nos dice que es un manejo especial del lenguaje lo que hace que algo sea literatura, otros plantean que el centro del problema está en que sea verosímil, es decir, una mentira que parezca real, una ficción; otros, finalmente, afirman que la literatura habita, persistente, en la retina de cada lector.

Tema 1: ¿Qué es literatura?

La palabra literatura viene del latín Literae que significa letra, sin embargo, no toda la literatura la encontramos por escrito, existe la tradición oral como fuente primaria de toda literatura. Como puedes ver, es claro que, desde el inicio, no ha sido fácil y unánime conceptuar alrededor de esta forma de arte que trabaja con, tal vez, lo más natural de nuestra especie desde el punto de vista de la cultura, esto es, las palabras.

Comencemos, pues, a adentrarnos en el mundo de las palabras, herramientas al tiempo salvadoras y peligrosas, amigas fieles o enemigas valientes según se las mire y aborde. Iniciemos el viaje sobre el lenguaje, ese peligroso regalo de los dioses al decir de Hegel.

Aunque la literatura existe desde que el ser humano empezó a narrar sus aventuras a sus congéneres, no se constituyó en un objeto de estudio hasta que las civilizaciones humanas se encontraban, plenamente, asentadas. En el caso de la cultura occidental, podemos afirmar que ya, en el siglo V antes de la era común, Homero era el educador de toda Grecia, sus grandes epopeyas eran estudiadas y aprendidas de memoria entre los jóvenes helenos.

Nuestras culturas pre-colombinas también hicieron lo propio; solo para dar un ejemplo, en el Imperio azteca tenemos los Calmécac que eran instituciones educativas para los nobles en

las cuales se les enseñaba “la tradición”, esto es, las historias, mitos y relatos sagrados; de igual manera, tenían los Cuicacalli, centros de enseñanza especializados en enseñanza de la historia del pueblo a través de las artes como el canto, la danza y la poesía.

Durante la edad media, de igual manera, se enseñó la literatura, en especial, la de tema religioso y sagrado y apareció el concepto de canon -ya propuesto por Aulio Gelio, siglos atrás- entendido solo como listado de autores autorizados por la iglesia católica de Roma, dando lugar a lo que conocemos como patrística.

Durante el romanticismo europeo, habiéndose consolidado las sagas nacionales, aparece un gran movimiento cuya pretensión era, entre otras, estudiar lo nacional identitario, es decir,

aquello de la cultura que los constituía como nación. Como es de suponer, la literatura de cada país, así como su tradición oral y folclore, juegan un papel de particular importancia

dentro de estos estudios, los cuales dan origen al comparativismo, método de investigación y análisis al que las humanidades deben gran parte de su estatuto epistémico.

Durante el siglo XIX se estableció el estudio formal y teórico de la literatura en las universidades, de la mano de los críticos literarios, lingüistas y folcloristas destacados, pero no será hasta la segunda década del siglo XX cuando aparecerá una pregunta obvia, pero que se daba por sentada, ¿qué es literatura? Como ves, en ocasiones, tener algo siempre al frente nos hace pensar que siempre ha estado allí y siempre ha sido igual, por lo tanto, no requiere que le cuestionemos, como en el cuento “La carta robada” (1982) de Edgar Allan Poe.

Como podrás también intuir, las respuestas han sido múltiples y dispares. Se planteó que la literatura era una función espacial del lenguaje, es decir, una manera especial de organizar

las palabras y el decir para conmover y hacer obras bellas; no contentos con esta respuesta, los formalistas rusos dijeron que lo fundamental de una obra literaria era la forma y no el contenido; por lo tanto, para que un texto fuera literatura debía ser plurisignificativo,

autónomo semánticamente, verosímil y contar una historia.

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