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Rumbo a Batopilas Memorias de un maestro rural

evelynLOVE13Resumen30 de Octubre de 2017

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Rumbo a Batopilas Memorias de un maestro rural

Profr. Román Corral Sandoval “El escritor de Batopilas en el siglo XXI”

En este libro se habla la historia de un maestro de 19 años de edad, recién egresado de la normal superior de la ciudad de Chihuahua comenzando sus primeros dos años de servicio en donde vivió experiencias buenas así  como malas,  que llego a la baja sierra Tarahumara, llamada Satevó, del municipio de Batopilas, Chihuahua en 1970.                                                                             Con muchas ilusiones, expectativas, ganas de hacer bien las cosas, así como también inexperto, distinguió la esencia de aquel maravilloso lugar, hermoso por sus riquezas naturales, pero más aún por las personas que habitaban ahí. Su desempeño, a lo largo de 1970 al 2000, se presenta como tal a la profesión sobre la cual se fincan las bases de cualquier sociedad en el mundo, la del Maestro que lucha muchas veces contra sí mismo por cambiar lo que en ocasiones parece no tener remedio.

Bueno, el libro comienza un jueves 17 de septiembre de 1970 viajaba en autovía el profesor Román al Pacífico desde la Ciudad de Chihuahua hasta Estación Creel, en el asiento de enseguida iba un ingeniero forestal con quien tuvo una plática sobre los distintos bosques, después de rato el profesionista se bajó de la autovía, en el trascurso de las horas el profesor era de andar para haya y para acá por los pasillos dialogando con los demás maestros, llegaron a la estación Creel en donde esta estaba rodeada de bosques coníferas que fue algo que le llamo atención al profesor Román, ahí todo era de madera, chimeneas de leña, calles no pavimentadas en donde habitaban muchos tarahumaras. Iba acompañado de un maestro llamado Samuel Mancinas Salinas con quien platicaba, compartía sus tristezas y grandes triunfos, caminaban juntos, depresiones, nostalgias, entre otras cosas.

Ese mismo día Mancinas lo acompaño a conocer la plaza de creer, visitaron la vivienda de madera que albergaban la oficina de inspección escolar federal, el profesor Miguel Ángel Acosta Ochoa, junto con otro inspector escolar de nombre Baldomero quienes rentaban dos habitaciones de la casa de una familia que era demasiado grande donde los dueños daban hospedaje, en la puerta principal por un pasillo estaba la oficina del Profesor Miguel Ángel, en donde él les expidió sus órdenes de presentación al profesor Román le otorgo la Escuela Primaria Rural Federal “Justo Sierra” de la comunidad de Satevó, municipio de Batopilas, Chihuahua y a Mancinas la escuela de la comunidad de San José de Valenzuela, localizada a 25 kilómetros al sur de Satevó ambas ubicadas en Batopilas. En un hotel de madera pasaron la primera noche junto con otro compañero José Trujillo Carrasco, donde se hospedaron los tres en la misma habitación, eran muy frías las noches, el hotel tenia letrinas y carecía tuberías de agua potable, antes de irse a dormir fueron a cenar a un restaurante "El Zafiro”, estaban con tantas dudas de que les esperaba en su primer año como docentes. Al día siguiente empezó a empacar junto con sus compañeros los libros de la SEP para sus futuros alumnos para así enviarlos por correo a sus respectivos lugares donde iban a empezar a trabajar así como también recibirían sugerencias de cómo llegar a Batopilas.

Samuel Mancinas y otros maestros decidieron irse a Batopilas, en la troca del Correo, donde viajaban en la intemperie junto con bultos de correspondencia, estaba muy intensa la lluvia, donde pensaron que al día siguiente tomarían otra alternativa más conveniente para llegar a su destino. Al día siguiente llegó una troca pick-up roja al hotel para recoger el equipaje de algunos maestros que viajarían hasta la pista de aterrizaje de las avionetas, en las afueras de Creel, le pidieron al chofer de la camioneta roja que los llevara al campo aéreo al igual que a los demás compañeros, el profesor Román llevaba de equipaje un viejo veliz de piel de color amarillo que contenía su escasa ropa y una enorme caja de cartón llena de libros y cartulinas para hacer material didáctico; ocupaba esta voluminosa caja casi medio metro cúbico y pesaba bastante. Fueron seis maestros los que viajaron en el servicio aéreo serrano para viajar a diferentes comunidades del municipio de Batopilas, la camioneta roja estaba en malas condiciones por las lluvias que hubo esos días, como eso de las 10 de la mañana se empezó a escuchar la avioneta que empezaba a aterrizar, al subir el equipaje el piloto le pregunto al profesor Román que si su grande caja de libros era una televisión, siendo que ahí en la barranca de Batopilas no existía la energía eléctrica, además de que era un aparato que muchas personas no conocían, sus compañeros solamente se rieron y le dijeron que era un contenido de libros. Cuando llegaron se despidieron del piloto, empezaron a caminar en una abertura demasiado angosta llamada “camino real” rumbo a Batopilas, que era una distancia de diez kilómetros caminando cuesta arriba y cuesta abajo por el terreno montañoso, era la primera vez que Samuel Mancinas y el profesor Román estaban ahí, era algo que jamás olvidarían, al llegar al edificio de dos pisos pidieron información sobre el nombre y la localización del presidente municipal para arreglar el asunto de la cartilla militar. Por la tarde el profesor Román y Samuel andaban en busca del profesor Sergio Lujan quien les dio información de donde hospedarse esa noche y el día siguiente, antes de irse a dormir salieron hacer un recorrido con su guitarra cantando canciones rancheras. Al día siguiente hicieron un recorrido por las calles donde conoció más sobre los batopilenses y algunas maneras de llamarles a los niños y algunos animales entre otras cosas que observaba.

Llego a la comunidad de Satevo después de haber caminado ocho kilómetros el por el camino real, siguiendo el rio Batopilas,  continuo caminando por una vereda angosta verde en donde iba pesando en que la vida de componía de éxitos y fracasos, penas y alegrías así como también de ilusiones y desencantos.                                                                                                Durante las caminatas que recorrían los fines de semana de Satevo a Batopilas, vivieron varias experiencias en el recorrido Román y Samuel que en algunas veces les caía la noche y se guiaban con los ruidos del rio. Los moradores le brindaron información al profesor Román sobre la construcción del templo de Satevo el cual se volvió un lugar de tranquilidad para cuando se sentía triste, nervioso, intranquilo y con estrés. El día jueves 28 de enero lo visitaron tres seminaristas del poblado de Sisoguichi, eran de la misma edad que el profesor Román con quienes fue y comió, platico con uno de ellos mientras los niños trabajaban, al despedirse les dio dulces, y al final el profesor Román ensayo a la escolta y se retiró.

También nos habla de las condiciones materiales de la escuela cuando llego ahí el 21 de septiembre de 1970 donde el edificio de la escuela se encontraba en fatales condiciones, la carencia de maestro durante un largo año, y que el edificio sirvió para otras cosas, así como también que los estudiantes no acudían a con frecuencia a la escuela ya que unos trabajaban o sufrían de bajos ingresos y no contaban con sus suficientes útiles escolares. Su transporte era en burro y mulas, y algunos de los niños contaban con una mal vestimenta, descalzos, cuadernos usados, entre otras cosas. El día 28 de septiembre de 1970 que fue su primer día en dar clases, los niños lo veían como un desconocido vaya que lo era, era alguien nuevo para ellos, el profesor Román comenzó a escribir en el pizarrón el primer trabajo y los niños copiaban de inmediatamente, era un gran día para los padres de familia, para los alumnos así como también para en profesor Román, se presentaba la hora de saber si en verdad tenía la vocación de maestro y si resultarían todas las enseñanzas de los maestros de la Escuela Normal del Estado de Chihuahua. El Comité Estatal del Partido Revolucionario Institucional y el Comité de Administración del Programa Federal para la Construcción de Escuelas, donaron material para la escuela en donde está ya era vista como un centro de toda actividad cívica, social y cultural de la comunidad en donde ya había más colaboración de los habitantes de ahí.

El día 21 de febrero con la primera visita del inspector Miguel Ángel Acosta que venía acompañado, en la casa del maestro hicieron la cena y cenaron juntos, el día siguiente habría una asamblea en el salón de clases por parte del inspector, a las nueve de la mañana del siguiente día comenzaron la ceremonia con el saludo a la bandera y después con la asamblea, después que termino el inspector y el acompañante se fueron de vuelta a su destino. Debido a la visita del inspector animaron al profesor Román a seguir adelante en su trabajo como docente, así como también más interés por los padres de familia para los planes de ese ciclo escolar. Como pasaban los días el profesor Román se quedaba sin velas, dormía en unas tablas con una cobija en ellas y otra para taparse, las noches eran tan frías que dormía lo más abrigado posible, extrañaba su casa, empezó a tener la idea de dar clases en las noches para adultos ya que muchos no sabían leer ni escribir, además así se le pasaría más rápido el día.

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