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Amor Es más Laberinto

Elizzabe3 de Febrero de 2014

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AMOR ES MAS LABERINTO

Cantan dentro la siguiente copla, y salen ARIADNA y FEDRA,

Infantas, y LAURA y CINTIA, criadas

CORO 1: "En la hermosura de Fedra,

y en la beldad de Arïadna,

muestra Amor que hay mayorías

donde no caben ventajas;

porque de Amor conozcan en las hazañas,

que sin dejar despojos, consigue palmas."

ARIADNA: ¿Quién esta música ordena,

Cintia?

CINTIA: ¿Quién puede ordenarla,

sino el Príncipe de Epiro

y el de Tebas, que con tantas

demostraciones os sirven,

y en cuestiones cortesanas

apurando los discursos,

por dar a entender sus ansias,

lo que por sí mismos lloran,

por ajenas voces cantan?

Y como sois Fedra y tú,

aun más que en la sangre, hermanas

en la belleza, os festejan

con iguales alabanzas,

y no como algunos necios,

cuya adoración cansada,

sólo piensa que a una sirve

con lo que a todas agravia.

FEDRA: Cortesana es la atención;

mas oye, que otra vez cantan.

CORO 2: "En el Príncipe Teseo,

muestra la Fortuna varia

que puede haber vencimientos,

sin precederles batalla;

porque Fortuna ordena que, en sus hazañas,

haber pueda despojos, sin lograr palmas."

ARIADNA: ¿Qué es esto? ¿Qué tristes voces,

con cláusulas concertadas,

parece que contradicen

lo que las otras cantaban?

CORO 1: "Pues cuando forman sus luces

competencias soberanas,

sin quedar una vencida,

quedan victoriosas ambas."

FEDRA: ¡Oh, qué distintos afectos

explican sus consonancias;

que aquí cantan lo que penan,

y allí penan lo que cantan!

CORO 2: "Tan infelizmente muere,

que aun no merecen sus ansias

que otro logre por trofeos

el fruto de sus desgracias."

ARIADNA: ¡Qué altivo sentir! ¡Qué bien

muestra en tan noble arrogancia,

que no merece ser pena,

una pena tan hidalga!

CORO 1: "Porque cuando es el exceso

imposible en beldad tanta,

recíprocamente vencen

todo aquello en que se igualan."

FEDRA: Buena letra; y el estudio

es imposible que hallara

proposición más atenta

ni prueba más ajustada.

CORO 2: "No siente el héroe la muerte;

la afrenta sí, que es infamia

que tan bajamente muera

quien nació a vida tan alta."

ARIADNA: Bien dice, porque sin duda

que suelen ser, en el alma,

más sensibles que el morir,

del morir las circunstancias.

ARIADNA Y

MÚSICA: "¡Porque Fortuna ordena que en sus hazañas,

haber pueda despojos, sin lograr palmas!"

FEDRA Y

MÚSICA: "Porque de Amor conozcan en las hazañas,

que sin dejar despojos, consigue palmas!"

ARIADNA: ¿Cúyas serán estas voces?

LAURA: Sin duda, como este alcázar,

empezando en un palacio,

en un laberinto acaba

de tan intrincadas vueltas

y entretejidas lazadas

que el discurso las ignora

aunque las toque la planta,

pues jamás ha entrado a verlas

atención tan desvelada

a quien no turben las señas

de sus indistintas cuadras,

porque con tal artificio

las dispuso aquella sabia

industria de su arquitecto,

que, unas con otras trabadas,

son unas, y otras parecen;

son iguales, y son varias

-- prueba de esta verdad sea

el que, sirviendo su estancia

de triste prisión, adonde

de tu padre la venganza

a los atenienses pone,

para que de sangre humana

se alimente el Minotauro,

monstruo de formas contrarias,

no tiene más puerta que

su dificultad, por guarda --

y como aqueste año estuvo

la Fortuna tan airada

contra Atenas, que dispuso

que cayese la inhumana

suerte en su Príncipe mismo,

Teseo; por cuya causa

su dolorosa familia,

viendo que tu padre trata

de entregarlo al fiero monstruo,

y que un joven que de tantas

prerrogativas el Cielo

adornó -- y cuando esperaban

que a sus bélicos alientos,

a sus ínclitas hazañas,

cuando no dichosa vida,

alta muerte coronara --

hoy es tan triste despojo

de la ignominiosa Parca,

que el que ayer mandaba un reino

sirve a un bruto de vïanda;

y execrando la injusticia

con que Fortuna le trata,

dicen que es, en sus desdichas,

sólo de su muerte causa.

LAURA y

MÚSiCA: "¡Porque Fortuna ordena que, en sus hazañas,

haber pueda despojos, sin lograr palmas!"

ARIADNA: ¡Oh, qué dolor en mi pecho

han causado tus palabras!

Que le falta la nobleza

a quien la piedad le falta.

No sé qué atractivo tiene

lo infeliz para las almas

altivas, que sólo el serlo

por recomendación basta.

¿Qué mucho, si perfecciona

la miseria a la gallarda

potencia de la piedad,

haciendo que al acto salga?

Pues en el más noble pecho,

en la condición más blanda,

fuera inútil la piedad

si faltara la desgracia.

¿Y cuándo, Laura, llegó

el Príncipe?

LAURA: Ayer, con tanta

majestad, como pudiera

quien a coronarse entrara;

pero aún no le ha visto el rey,

y así es forzoso que haga

el Embajador de Atenas

la entrega.

FEDRA: ¡Suerte inhumana!

CINTIA: Pero ya tu padre, a quien

los Príncipes acompañan,

a recibir al cautivo sale aquí.

FEDRA: Pues, Ariadna, si tú gustas,

esperemos a ver una tan extraña

maravilla.

ARIADNA: Ya obedezco

tu gusto, no por la causa

de ver al preso ateniense

a quien los hados maltratan,

sino por hablar a Baco,

cuya presencia gallarda

va en mi pecho a sus finezas

asegurando la paga.

FEDRA: No diré yo de Lidoro

eso, pues sus tiernas ansias

tanto más me desobligan,

cuanto obligarme más tratan.

Y tengo en esto razón,

pues demás de ser cansadas,

finezas que hace el abuso

deberlas sin aceptarlas,

con tan grande improporción

como querer

...

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